sábado, 18 de octubre de 2008

Oskar Jakue

Empecé este blog con mi amigo Diego y precisamente con él he tenido la oportunidad de estar este viernes. Entre salchipapas y mahous en la bodeguilla de su barrio hablamos de muchas cosas y, entre ellas, del blog del que fue protagonista al empezar. Nos dejamos llevar por la memoria y en un momento dado, nos acordamos de Oskar Jakue. Para incluirle en este blog podría esgrimir razones tan contundentes como que fue campeón del mundo de lanzamiento de boina y presidente del club de fútbol de su barrio, el Retuerto, durante años una prolífica cantera de jugadores como el ya mencionado Diego, los Bugallo, Roberto Rodríguez o Iñaki Lafuente. Y muchos muchos más, supongo, pero yo solo me acuerdo de esos porque a algunos los conocí y a otros, una vez más, los conoció Diego. Lo de ser campeón del mundo de lanzamiento de boina no es gratuito. Él, según creo, organizó el primer campeonato aprovechando las fiestas del barrio del que hablábamos antes y él mismo consiguió el trofeo. Hace mucho que no veo a Oskar Jakue. Si he de ser sincero, en mi memoria, Jakue no quedará grabado por sus logros deportivos, sino por sus logros etílicos. Verle volcar cubatas en su garganta era un espectáculo olímpico. Ver como en las fiestas del pueblo las vaquillas le sorteaban a él en lugar de al revés era más apasionante que una final de la Copa de Europa. Recordar cómo se cabreó con el de la seguridad de un pub, arrancó el baño de pared de un arreón y lo sacó a la calle para ponerse a mear en medio de la carretera fue una hazaña no sé si deportiva pero de mucho riesgo físico. Sería más fácil que hiciera una crónica deportivo-etílica. Ahí si que conocería sujetos a resaltar, pero, en fin, nunca hay que olvidar que Jakue es recordado con cariño por aquellos que le tuvieron como presidente y que, al fin y al cabo, ha sido campeón del mundo. No muchos pueden decir eso.

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