jueves, 26 de febrero de 2009

Casey Harriman

Mucho que contar sobre Harriman y los bluejays de Creighton justo cuando están a punto de cerrar la temporada regular. Desde que hablé de ellos la última vez, los Bluejays han conseguido una racha victoriosa de ocho victorias, nueve si añadimos el último partido del que hablé en la anterior entrada. Eso les ha llevado a estar empatados en el primer puesto de su conferencia, la MVC (Missouri Valley Conference) con Northern Iowa. Pronto estará aquí el famoso "March Madness" y aunque será muy muy muy difícil ver a Creighton compitiendo por algo que no sea el título del estado no creo que podamos tachar de negativa la temporada de los de Dana Altman, aunque ya habrá tiempo para hacer recuento.
Las ocho victorias y las estadísticas de Harriman han sido las siguientes:
Ante Missouri State ganaron por 75-51, con 6 puntos y 2 rebotes en 19 minutos para Harriman.
Ante Drake ganaron por 79-68 y Casey Harriman anotó 3 puntos y cogió 4 rebotes en 16 minutos.
Ganaron a sus máximo rival, Northern Iowa, por 77-71, con 5 puntos, 5 rebotes y 1 asistencia en tan solo 11 minutos que jugó Harriman.
Victoria por 14 puntos ante Bradley, 79-65 y Harriman no anotó en 13 minutos, fallando 2 tiros y haciendo dos faltas.
Nuevo éxito ante Southern Illinois por 82-60 con 3 puntos y 4 rebotes en 14 minutos de juego que tuvo Casey.
9 puntos con 5 rebotes y una asistencia en 17 minutos para ganar a Evansville por 89-84.
Y victoria ante George Mason por 76-63 con 3 puntos, 1 rebote y 2 asistencias en 18 minutos que estuvo en la cancha Casey Harriman. Este partido fue televisado a nivel nacional y Booker Woodfox se lució con 8 de 10 en tiros ante los 17, 411 (sí, 17, 411) espectadores que acudieron a ver el partido en Omaha.
Y queda un último partido, el último que han jugado, ante Missouri State y que he dejado para el final, obviamente porque es el último pero también porque probablemente haya sido la mejor actuación de Harriman en lo que va de temporada. Los Bluejays ganaron por 65-59 para ampliar su racha de victorias y lo hicieron después de remontar una desventaja de trece puntos y liderados por un Casey Harriman que anotó sus 10 puntos en los últimos 7 minutos, además de añadir 2 rebotes. Destacar que jugó 17 minutos, el octavo jugador de su equipo en cancha, y, sin embargo, fue el tercer máximo anotador, y Stinnett y Witter solo consiguieron un punto más que él, 11 cada uno. Ya haremos recuento en los próximos días, pero, para ser un sophomore, no está mal.

martes, 24 de febrero de 2009

Jordi Tarrés

Estamos tres y, como no hay heineken, bebemos Volldam, sin prisa, sentados en una mesa, con esa calma chicha precisa que intenta acelerar los prolegómenos del sábado noche. Con los minutos, vienen y van los botellines. En el televisor, fútbol. En el bar, humo. La gente, en otras mesas, hablan de otra gente o juegan al parchís o beben en silencio. Uno de nosotros hace un comentario sobre el partido, y los otros dos dicen que sí o que no. Poco a poco, nos animamos, por inercia y por efecto de la cerveza. Como es lo más fácil, hablamos de fútbol. Después, de baloncesto. Volvemos al fútbol y acabamos hablando de Jordi Tarrés. D pregunta en uno de esos arrebatos suyos, más cómicos que solemnes, que quién es el deportista a quien más respeto le tenemos. E se ríe, yo me río. Nos reímos de D que se ríe de sí mismo pero se pone serio y dice, no, en serio, quién es. Y dice el suyo: Jordi Tarrés. Más risas. ¿Jordi Tarrés? Hace casi diez años que se sacó el carné de conducir y aún no sabe sacarlo del garaje. Con sorna, E le pincha y pone cara de circunstancias: ¿quién es Jordi Tarrés? Ni idea, digo yo con la cabeza siguiéndole el juego. D pasa de todo: sí, Tarrés, coño, el tío ése que conducía una moto sin sillín, de esas que subían por fardos y bajaban por peñascales de cartónpiedra, el que ganó tropecientos campeonatos del mundo o yo qué sé. Más risas si cabe. Y yo le pregunto sin dejar de reírme: ¿y por qué es ése tu deportista preferido? Se ha levantado hasta la barra y ha pedido tres cervezas y vuelve con ellas justo para pasar de nuestras risas bobas y etílicas y atender a mi pregunta. Muy serio, mientras se sienta, contesta: porque gracias a él me descojoné de risa durante toda mi infancia cuando tú jugabas a emularle con tu Torrot BMX y yo con mi California era Tommy Ahvala y la colección de ostias que te pegaste en el parque de Lasesarre aún me dan agujetas de recordar las risas. Y E se atraganta con la cerveza del ataque de risa y yo le miro con cara de sorpresa justo antes de pasar de todo y partirme la caja como dios manda. Pues, nada, ¡Jordi Tarres!, y mira que no fardaba yo nada con mi Torrot BMX roja y blanca.

Matthew Le Tissier

Mi primera vez en Londres. Alguien nos consiguió pasajes muy baratos para el ferry. Pasabas más tiempo a bordo que en tierra, pero el mismo sábado en el que volvíamos a bordo, nos llevaron de paseo por Londres. Me acuerdo de Picadilly Circus y de un mercadillo de Portobello. También me acuerdo de Carnaby Street, centro neurálgico de los swinging sixties. Pero eso lo sé ahora, ahora que ya he escuchado la canción de The Jam. Entonces, lo mío era el fútbol más que la música. En una tienda enorme, llena de colores y cosas que no servían para nada, me compré una camiseta. Una camiseta que durante años paseé orgulloso y dio pie a muchas conversaciones. Una camiseta horrorosa, negra, con la foto de Alan Shearer serigrafiada a todo color y la rosa de los Blackburn Rovers en el pecho. Me costó decidirme. Una opción era Allan Shearer. La otra, Matthew Le Tissier. Me decanté por el primero, pero no sé muy bien por qué. A los dos los conocía solo de oídas. Quizás por compensar, en cuanto volví de la Pérfida Albión, me preocupé por enterarme bien de quien era mi descartado, Matthew Le Tissier.
Hace unos días, por casualidad, me topé con un artículo sobre Le Tissier, que ahora anda de comentarista para la televisión inglesa y, según he leído, sigue haciendo gala de su amor por los colores del Southampton. Con una rápida búsqueda, descubrí que son varios los artículos que pululan por internet rescatando la figura de este jugador. Todos destacan lo mismo, que fue un derroche de talento y que pasó desapercibido hasta convertirse en un ídolo para mitómanos. Voy a intentar ser breve porque todo esto lo podéis encontrar en cualquier otro blog. Matthew Le Tissier, o Le God, o The Weaver (el artesano), como le apodaba su afición, nació en Guernsey, un pequeño archipiélago frente a la costa de Normandia que pertenece a la corona británica. Empezó jugando con el humilde Vale Recreation de la isla y, según cuentan, ya se le veía la calidad que atesoraba: como costumbre, tenía la de marcar goles de córner con regularidad. Probó con otro equipo antes, pero, al final, firmó por el Southampton y ya no se movió de allí, fidelidad con pocos ejemplos parecidos (Julen Guerrero, ya lo sé, ya lo sé, pero aún no me apetece) que le llevó a rechazar ofertas de los grandes de Inglaterra o del Milán. De hecho, tuvo un precontrato firmado con el Tottenham que más tarde rompió. Estas cifras bailan un poco dependiendo quien sea la fuente, pero sirven para hacerse una idea: en dieciséis temporadas con los Santos, jugó 540 partidos en la Premier y marcó 209 goles siendo centrocampista, 30 goles en una sola temporada, la 93-94. Marcó 48 penas máximas de 49 que lanzó y su único punto negro fue la selección donde, por diversos motivos, nunca llegó a marcar ni a conseguir un hueco. Se retiró sin títulos, sin amasar grandes cantidades de dinero, sin fama y sin tan siquiera disputar una competición europea, pero en Southampton ya han usado su nombre para un bloque de apartamentos. Es todo un ídolo y en Inglaterra se le recuerda por ser el jugador con más goles espectaculares de la historia. En su época, pocos jugadores tenían su toque y su remate desde fuera del área, su visión del juego y su capacidad de dribling, pero tampoco su habilidad para desaparecer de la cancha y descartarse del juego. Lo mejor que se puede hacer: ver los vídeos que, por su puesto, pueblan la red. Hay uno por ahí que creo que tiene Maldini (Maldini el de la tele, el marido de Mayte Zuñiga) en su blog donde el propio Le Tissier explica cuáles fueron los mejores goles que marcó en su carrera. Yo voy a colgar otros y, lo único que se puede decir es, disfrutad porque, aunque los marque siempre el mismo tío, parece un pupurrí de los mejores goles de la Premier League.

lunes, 23 de febrero de 2009

Glenn Whisby

Me ha dado por recapitular, una vez más. Pero, ahora, no para hacer recuento de cuántas entradas he escrito y sacar las estadísticas por sexo y edad, qué va, solo para ver qué ha pasado desde que escribí sobre cierta gente. Porque, desde que, por ejemplo, hablé de Teletovic y sus porcentajes de tiro de tres, mucho ha cambiado su fiabilidad aunque sigue igual con su temeraria obsesión por el 6'25. Aún así, campeón de Copa y MVP. Y también campeón, y MVP sentimental que yo le otorgo, Sergi Vidal, otro del que hablamos aquí. Muchos más cambios: a Phelps, le perdonaron, Cristiano Ronaldo sigue marcando, recibiendo títulos y dicendo que sí y que no a su historia de amor merengue. O'Neal haciendo caños en el All-Star y llevándose a medias con Kobe Bryant otro MVP. Meloy anunciando disco con The Decemberists. McMillan sin librarse de Sergio y Sergio sin librarse de McMillan. Ni-para-vicius ha cambiado la República Checa por Eslovaquia y allí se encontrara con aquel Glenn Whisby que jugara hace años en Gijón y en Estudiantes y como no sabía a quién poner, le he puesto a él de titular. Solaun marcó de penalty y picado con Álvaro Iglesias en el derbi ante el Sestao. Alcalá no fichó por el equipo de Matxin, Cuadra publicó un libro y, lo peor de todo, David Seco dio positivo por EPO. Otros de los que he hablado, seguirán igual, digo yo. Laiseka disfrutando, Ozkoidi de vuelta a casa, Abadía intentando ascender al Calahorra, Pueyo concentrado en ganar al Spirou Charleroi, Hayes fallando tiros libres, Clemente jugando al golf y, quizás, ya ha empezado Bruno Cirillo a hacer cástings. Y me queda Casey Harriman, que hacía mucho que no hablaba de él, pero eso para la próxima entrada.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Walter O'Malley

A pocas millas del centro de Los Ángeles, hace cincuenta años, Chávez Ravine era un barrio casi autosuficiente, una sólida comunidad formada por unas trescientas familias de origen mejicano que algunos conocían con el sobrenombre de El paraíso del hombre pobre, Poor Man´s Shangri-La.
En 1949, una nueva ley federal de construcción de vivienda pública otorgaba dinero a los ayuntamientos para promover proyectos de rehabilitación urbana. Fletcher Brown, alcalde de Los Ángeles por aquel entonces, tenía en mente un proyecto ambicioso: diez mil nuevas viviendas, miles de ellas en Chávez Ravine, bajo el nombre de Elysian Park Heights y con el diseño del reputado arquitecto austriaco Richard J. Neutra. En julio de 1950, todos los habitantes de Chávez Ravine recibieron cartas oficiales en las que se les instaba a vender sus casas. Se les decía que tendrían preferencia a la hora de conseguir una de las nuevas viviendas. Haciendo uso del llamado eminent domain, que permitía al gobierno comprar propiedad privada para proyectos de construcción considerados de interés público, el consistorio se hizo con la tierra y, para agosto de 1952, Chávez Ravine era ya un barrio fantasma.
Sin embargo, el proyecto nunca se llevaría a cabo. Los años cincuenta son tiempo del llamado terror rojo y de crecimiento desmesurado para la ciudad de Los Ángeles. Un tiempo en el que los especuladores inmobiliarios no podían desaprovechar el caramelo que les ofrecían los más de trescientos acres de Chávez Ravine. Estos especuladores se aprovecharon de aquel clima paranoico patrocinado por la cruzada de McCarthy para tachar a la vivienda pública de socialismo antiamericano. Frank Wilkinson, uno de los idealistas promotores del proyecto, fue reclamado por el Comité de Actividades Anti-Americanas y Norris Poulson ganaría las elecciones municipales de 1953 apoyándose en argumentos contrarios al proyecto. Al poco tiempo, el nuevo gobierno municipal de Poulson conseguía comprar los terrenos al gobierno federal, a muy bajo precio pero con la condición de que se usaran en beneficio público.
En esta década, como ya dije, Los Ángeles estaba creciendo de manera rápida y desproporcionada. Los responsables municipales habían decidido que la ciudad necesitaba un equipo en las Ligas Mayores para darle publicidad a la nueva urbe. Walter O’Malley, patrón de los Dodgers por aquel entonces de Brooklyn, tenía problemas para llegar a un acuerdo con el ayuntamiento de New York para la construcción de un nuevo estadio que sustituyera al viejo Ebbets Field. O’Malley decidió mover al equipo de costa. Tenía la promesa del consistorio de Los Ángeles para otorgarle unos terrenos donde construir un nuevo estadio. A O’Malley, el barranco de Chávez le había parecido el lugar ideal.
Así empezó un nuevo período de juicios. Se acusó a Poulson de tratos ilícitos con el dueño de los Dodgers, pero, finalmente, el 8 de mayo de 1959, la última familia fue expulsada de Chávez Ravine. Los favorables al estadio habían ganado un referéndum público con el 52% de los votos a su favor. Para el 10 de Abril de 1962, el nuevo estadio de los Dodgers ya era toda una realidad. Y Chávez Ravine, historia silenciada.
Desde que se mudaron, los Dodgers han ganado cuatro series mundiales y once títulos de división. Mike Piazza, Sandy Koufax, Don Drysdale, Steve Garvey, el mánager y amigo de Frank Sinatra, Tommy Lasorda, el pitcher Wilhelm, Steady Eddie... Grandes jugadores han pasado por el estadio, pero también jugadores de origen latino como Juan Marichal, Raúl Valenzuela, César Izturis, Wilson Álvarez y Manny Ramírez. Quizás ellos no sepan que aún hay gente que puede apuntarte con el dedo al punto exacto del campo donde antes su abuela colgaba la ropa. Gente que aún guarda en la memoria la historia de una comunidad que fue expulsada de sus tierras para construir un estadio de béisbol. Al menos, no fue un Starbuck's o un Wall-Mart. Un Carrefour, vamos.

viernes, 13 de febrero de 2009

Anna Rawson

Después, pasa lo que pasa: el periodista corta la frase por el principio o por el final y lo que queda en medio suena aún más fuerte. Según tengo entendido, lo que dijo la golfista de 27 años Anna Rawson cuando era entrevistada por una radio de su país natal, Australia, fue lo siguiente: "Los medios tienen hacia el golf femenino la misma mentalidad de hace 25 años, cuando el circuito lo componían unas tortilleras sin atractivo a las que nadie quería ver. No entiende que ahora hay jóvenes con talento." El titular que yo he leído en la prensa española recortaba la frase hasta dejarla en: "Hace 25 años, en el circuito femenino sólo jugaban unas tortilleras sin atractivo." Pues bueno, decirlo lo dice, ¿no? Si lees la frase entera, no es que vayas a quitarle hierro al asunto, pero, al menos, tiene un contexto, la chica intenta ser reivindicativa y se le va un poco la pinza. Si lees el titular, no hay pinza, no hay contexto, solo hay una frase impactante que te invita a hacer comentarios inconscientes igual de sensacionalistas y sesgados. Sí, se ha lucido. Lo más cerca que he estado de un campo de golf era cuando de pequeño nos acercábamos a los bunkers de Punta Galea a buscar supuesta munición de la guerra civil o cuando T y yo íbamos a visitar a E que trabajaba los fines de S en un C de Golf lleno de P I J O S. También creo que he contado aquí cuando un señor de corbata y del Corte Inglés me pegó un capón por jugar con los palos de golf. Punto. Cuando voy al monte, de lejos, veo el nuevo campo de golf de La Arboleda. Punto. Sé, porque he leído, que ahora se ha puesto de moda que las jovenes golfistas (siguiendo a las tenistas que siguen a las jugadoras de voleibol) posen para las revistas. No solo Anna Rawson, que debe ser todo un acontecimiento en la red, pero también Natalie Gulbis o Paula Creamer. A mí me parece de vicio, cada uno hace lo que quiere y no entro a juzgar todo eso. Tampoco, si quiera, voy a juzgar las declaraciones de Anna Rawson que se ha disculpado diciendo que en la radio todo va muy rápido y que no le dieron a leer las preguntas de antemano. Buena disculpa. La entrevista tiene otras preguntas y ahí, Anna Rawson se explaya siguiendo la línea de la pinza, del contexto, y critica la actitud de algunos golfistas con los aficionados y con sus propios compañeros. Ya lo sé, de ahí a lo de tortilleras que nadie quería ver va un mundo. Que cada uno cargue con el peso de sus palabras y con su propia conciencia. Espero que a Anna Rawson le preocupe más ésta que su aspecto físico, al que, por lo que he leído, le da mucha importancia.

lunes, 9 de febrero de 2009

Elena Tornikidou

Seguro que más de uno lo ha leído hoy en la prensa. A punto de cumplir 44 años, Elena Tornikidou ha sido la MVP de la última jornada de Liga. He leído que hace casi veinte años, cuando dio a luz a su hijo Anton, que ahora juega en un convenido del Pamesa, estaba retirada. Ha jugado en Brasil, en la NBA femenina y en varios equipos de la liga española, entre ellos el Hondarribia. Nació en Tashkent, Uzbekistán, donde se juega un torneo de tenis internacional, ¿no? Le llaman la abuela. ¿Cómo llamarán a Mike Ansley? Con 42 años y algún kilillo de más sigue jugando en la liga Polaca y en la última jornada su equipo venció con 37 puntos del tío que falló el triple ante el Barcelona. El equipo de Michael Antonio Ansley va quinto en la clasificación final. Ansley ha jugado ya en media docena de equipos de la Liga Polaca pero parece que aún le quedan ganas de seguir jugando al baloncesto.

Juan Tomas Martínez

¡Ha empezado la temporada ciclista! Jimmy Casper y Thomas Voeckler en la Estrella de Besseges, Tom Boonen el Tour de Qatar, Geert Steegmans en Mallorca, Mattia Gavazzi en el Tour de Langkawi o Allan Davis en el Tour Down Under son algunos de los ciclistas que han empezado la temporada con buen pie y disfrutando del sabor de la victoria. Se hace largo el invierno para aquellos a los que nos gusta el ciclismo, pero ya está aquí, y aquí está con una novedad muy importante para los aficionados vascos: la desaparición de la Bicicleta Vasca y la inclusión de la tradicional Subida a Arrate, con la que solía terminar la prueba, durante la celebración de la Vuelta al País Vasco. O, al menos, eso me pareció entender cuando leí la noticia. ¿Buena o mala noticia? Una vez fuimos hasta Elgoibar para ver la subida. Ganó Basso y Juan Carlos Domínguez se llevó la vuelta. Mi tío, como es cicloturista y vallisoletano, le dio la mano a Domínguez y prometió no lavársela en una semana. Me alegro de que esta temporada aún podamos disfrutar de Usartza, pero es una lástima que desaparezca la Bicicleta Vasca. La crisis ya venía afectando en ciclismo antes de que afectara a los bancos: los patrocinadores se asustan, las carreras se desorganizan, las televisiones se achantan y en el bar se habla más de quién se pincha de de quién demarra. Pero no va a ser siempre así porque el ciclismo nunca podrá dejar de ser un deporte noble, y como todos los deportes nobles, muchas veces se pervierte, pero nunca para siempre.
He titulado la entrada con el nombre de Juan Tomás Martínez, el volcán de Barakaldo, el ciclista más famoso que ha dado mi pueblo si me lo permite David López. Hace poco me pareció verlo en el pasillo de un hospital y, aunque sonreía, se le veía cansado y enfermo. Espero que no fuera él. Y fuera quien fuera, espero que sane pronto, claro. Sin embargo, no pude evitar recordar como tuvo que volver a aprender a caminar y hablar cuando una caída cortó de raíz su carrera como prometedor escalador. Volvió. Fuerte. Pequeño. Inmenso sobre la bicicleta, con su mellizo Ramontxu escalando las pendientes italianas. Se te hinchaba el pecho cuando el locutor gritaba aquello de ¡ataca el volcán de Barakaldo! La cadena le jugó una mala pasada el día en el que Laurent Jalabert decidió darle un vuelco a su carrera deportiva pero Juanto siempre quedará en el recuerdo de los aficionados al ciclismo. Como con muchos otros que nunca fueron coronados, el esfuerzo nunca es en balde, aunque la recompensa sea tan humilde y pequeña como este sentido y breve homenaje.

viernes, 6 de febrero de 2009

Michael Phelps

Llevo dos semanas reprimiéndome las ganas de escribir dos entradas, una sobre Michael Phelps, la otra sobre Patxi Alonso. Al final, no lo he aguantado más, y voy a escribir sobre el primero, porque la que quiero escribir sobre el segundo no va a ser especialmente agradable y prefiero pensarla bien y exponer mi opinión sin recurrir a los exabruptos más venéreos y contraproducentes. Michael Phelps ha fumado marihuana. Y News of the World siempre con su cívica actitud, lo ha comunicado sin miramientos. El resto de la prensa deportiva se ha hecho eco de ello y todo el mundo se hace cruces porque el buen modelo de superación y disciplina que Phelps proponía para la juventud se ha hecho trizas. Ahora empezaría mi diatriba, no en favor de las drogas y de su consumo moderado pero si en contra de la moral más intransigente y conservadora. Podría ponerme a mí como ejemplo, o al profesor que Michael Douglas interpretaba en aquella chirriante película, pero ninguno de los dos serían muy buenos, aunque son los primeros que me han venido a la cabeza. Hay más, pero me preocupa mi madre, y no voy a empezar a relatar por qué me preocupa una mierda que Phelps se haya puesto a fumar maría. Hasta el que ahora mismo es la figura que roza al perfección, tanto deportiva como extradeportiva (y no sin cierta razón), Rafael Nadal, ha intentado quitarle hierro al asunto aunque guardando las formas (quizás a él también le preocupa lo que piense su madre). Uno de los impulsos más primitivos del ser humano es crear ídolos. Y la respuesta más natural a esos impulsos siempre es destruirlos con tanto ímpetu como se crearon. Le han sancionado y Phelps ha balbuceado no sé qué sobre su retirada. Su impresionante actuación en la piscina de Pekín se ha convertido en una marejada a mar abierto. Y todo por fumarse un petardo, o no, era una cachimba lo que salía en la fotografía, ¿no? Pues nada, sigamos manteniendo nuestros extrictos códigos morales. Es muy sencillo: fumar maría es pernicioso y si lo hace un deportista, sea cual sea, porque, como todo el mundo sabe, es la figura modélica y ejemplarizante de nuestra nueva pero vieja sociedad (junto a ganadores de concursos musicales y medianías de la televisión del corazón), pues peor todavía. Así que redimete, Mike, y ya te propondrá News of the World una exclusiva para que confieses tu arrepentimiento y condenes a la maría como símbolo indiscutible de la corrupción de las virtudes deportivas. No quiero ni imaginarme qué habría escrito hoy si me hubiese decantado por hacer la entrada sobre Patxi Alonso.

Bobby Knight

Más baloncesto: dentro de unas semanas, según se anuncia hoy en los periódicos, el famoso entrenador de baloncesto universitario Bobby Knight visitará Bilbao para asistir a un clinic. Bobby Knight fue un jugador de baloncesto del montón, reserva en su universidad que gracias a Havlicek y Lucas se hizo con el título de la NCAA en 1960. Se retiró como jugador y desde entonces se dedicó a entrenar. Hace poco, tras casi medio siglo de carrera se retiró del todo. A lo largo de todos esos años, logró una marca de 889 victorias y 364 derrotas con las tres universidades que dirigió: empezó en West Point, significativo, siguió en Indiana, romántico y terminó en Texas Tech, sin más. Destaca la temporada 1975-1976, durante la que nací yo, y en la que consiguió el título de la NCAA para los Hoosiers con un balance de 32 victorias y 0 derrotas. El año anterior perdieron en una ocasión. En total, ha ganado tres veces la NCAA, las tres con Indiana. Ganaron la primera, con aquel record inmaculado, liderando al equipo jugadores como Kent Benson, Quinn Buckner y Scott May. Volvieron a ganar en la temporada 80-81, ante la North Carolina de Dean Smith y con Isaiah Thomas como mejor jugador del año. Finalmente, hace ya la friolera de 23 años consiguió su último título con un conjunto en el que sobresalía Keith Smart, un jugador que apenas jugó en la NBA, sobresalió en la CBA y jugó también en Filipinas. Ahora es entrenador ayudante de los Warriors, me parece.
Pero como todo aficionado al baloncesto bien sabe, por lo que más se resaltó la figura de Bobby Knight fue por su férrea disciplina, sus malos modos y sus métodos agresivos y, en ocasiones, violentos. Decir que el personaje de Gene Hackman en "Hoosiers Más que Ídolos" está basado en él, no sé si es gratuito pero es muy fácil decirlo. La parte positiva de ese acento en métodos punitivos y enérgicos era que Bobby Knight siempre fomentó un juego de equipo, basado en las pantallas y bloqueos en busca de un buen tiro y exigiendo que cada jugador fuera un engranaje de ese juego colectivo y sin egoísmos. Sus títulos personales son muchos y algunos entrenadores actuales, como el seleccionador nacional, fueron ayudantes suyos. Sin embargo, como decía, muchos solo recuerdan sus contínuas polémicas y altercados. Desde las más recientes, como cuando golpeo a Michael Prince, jugador de la Universidad de Texas Tech hasta aquella famosa frase que le dijo a Connie Chung en una entrevista y que tantos problemas le trajo con las asociaciones feministas: "Si la violación es inevitable, entonces, relájate y disfruta." Entre esos dos extremos, contínuos problemas con los árbitros, detenido en los Juegos Panamericanos por enfrentarse a un policía, la famosa silla que tiro a la cancha (cuelgo el video, no por ser morboso, solo por ser ilustrativo, ¿de verdad?) o sus famosos monólogos llenos de palabras soeces, gritos y reprimindas (algunas están colgadas en Internet y comparadas con la reciente bronca del galés Christian Bale al director de fotografía, Bale parece un niño de primaria: impagable, también lo cuelgo, espero que alguien sepa inglés y pueda entenderlo, como Bobby Knight explica por qué la palabra "fuck" es una de sus preferidas gracias a su gran expresividad).
Quedarse solo con eso o con sus éxitos deportivos. Con las dos cosas quizás. El caso es que Bobby Knight vendrá por Bilbao. Yo no voy a ir a verle, pero no podía dejar la oportunidad para que pasara a formar parte de la heterogénea lista de personajes de este blog, quien mejor que él para ser héroe y villano al mismo tiempo. Van los videos:

Mirza Teletovic

Cuando los recursos son abusos: Mirza Teletovic, ala-pivot del TAU Cerámica, 2'05 y 23 años, es un jugador fuerte, con buena mano y más recursos de los que él suele explotar. En el último partido de Liga ACB ante el Granada, su equipo ganó de un punto, y con polémica, en la prórroga. Mirza Teletovic acabó con una estadística de 0 de 7 en tiros de tres, desesperante. Ayer, perdieron en la Liga Europea, o como demonios se llame ahora, ante el Olympiakos de El Pireo, según las crónicas periodísticas, gracias a la permisividad de los árbitros con la defensa agresiva de los griegos. Teletubic, como se le conoce de manera eufemística, consiguió 4 triples de 12 intentos. Es decir, lleva 4 triples de 19 intentos en los últimos dos partidos. En lo que va de temporada en la ACB, ha conseguido 40 triples de 103 intentos, un 39% de acierto. Es decir: cuando los recursos son abusos. Y tiene más recursos de los que no abusa: corre, rebotea, intimida y tapona. La gran mayoría, por no decir todas, las jugadas que cuelgo en el siguiente video que he encontrado en youtube son mates, incluyendo los que hizo en un concurso. A ver si así recupera su recurso y no el abuso que hace de él.

martes, 3 de febrero de 2009

Iker Ozkoidi

¿Qué es un musher? ¿Qué es la Pirena? Musher es el deportista que practica el mushing y la pirena es la prueba más importante de mushing. ¿Y qué es mushing? ¿Una salsa? Pues no, mushing es un deporte de invierno que hunde sus raices en tiempos anteriores a la invención de la rueda. Es, por decirlo fácil, una competición de carreras de trineos tirados por perros. Hay varias modalidades y cierta afición en muchos países, imagino que del Norte. Iker Ozkoidi es un navarro enamorado de la montaña. Odia la ciudad. Tiene cuarenta perros, creo, y fue su padre quien le fue aficionando a la naturaleza. Hace unas semanas que le leí una entrevista y conocí todo eso. Acaba de ganar la Pirena, como decía, la prueba más importante para los deportistas que practican mushing. Ha vencido a Tom Anders, un alemán que ya había ganado en ocasiones anteriores. Soy aficionado a la montaña, pero muy poco a los deportes de invierno. Nunca he esquiado y la única vez que estuve en una estación de invierno era junio y las pistas eran escarpadas laderas de roca y hierba rala. Sin embargo, me gusta el deporte y los gestos deportivos. Si sé quién es Ozkoidi es porque antes de que ganara, hace unas semanas, salió en la televisión después de que se detuviera para ofrecer ayuda cuando su más inmediato perseguidor, el alemán Anders, tuvo un problema mecánico. No pudo ayudarle e Iker Ozkoidi siguió adelante, pero el gesto quedó. Y quedó aún más visible cuando le entrevistaron y Ozkoidi, sorprendido, le quitaba importancia al detalle y decía con naturalidad que, al fin y al cabo, ni había podido ayudarle en nada. Pues, nada, que enhorabuena, por la victoria y por todo.

domingo, 1 de febrero de 2009

Casey Harriman

Dos victorias más para los Bluejays de la Universidad de Creighton y una derrota contra Drake por 62-74 en la que Casey Harriman se quedó sin anotar pero colaboró con hasta siete rebotes en diecisiete minutos. En la primera de las victorias, ante Evansville, Casey Harriman jugó uno de sus mejores partidos. Estuvo 22 minutos en la cancha para aportar 11 puntos con un solo fallo de tiro, 4 rebotes, 5 asistencias y 2tapones. En la primera parte el equipo ya ganaba por diecisiete puntos, así que el entrenador Altman se permitió el lujo de dar descanso a sus jugadores más habituales. En la otra victoria, Harriman no pudo repetir esta actuación, pero mejoró sus números de principios de mes. Ante Indiana State, Casey consiguió 6 puntos, 4 rebotes y una asistencia en diecisiete minutos. Sigue siendo el séptimo, octavo jugador de la rotación pero sus números destacan que su aportación al juego del equipo es general: rebotea, defiende, pasa y anota a partes iguales. Esta noche, el equipo recibe a Missouri State en Omaha. El partido será retransmitido de manera gratuito a través de la página de la Universidad de Creighton, si os apetece, a partir de las 2 de la tarde hora de Nebraska, contar las siete horas de diferencia horaria, más o menos, creo.
Por cierto, os dejo este video horroroso en el que apenas se ve a Casey Harriman anotando de tres desde la esquina en el famoso Palestra. Ya intentaré colgar algún otro video de más calidad si es que lo consigo.