martes, 17 de marzo de 2009

Franck Vandenbroucke

Y sigue corriendo. Después de todo lo que escribió en su biografía, aún tiene ganas de correr uno de los talentos más desperdiciados de la historia. Esta vez, lo está intentando en Australia, en un equipo continental donde tiene a Nico Mattan de director.
Y es que si le echamos un vistazo a la tercera categoría del ciclismo profesional, la llamada Continental, nos podemos encontrar con un divertido juego en el que nos entretenemos buscando viejas glorias y situaciones estrambóticas. El ciclismo ha sido un deporte capitalizado por ciertos paises, tanto a nivel organizativo como hablando simplemente de corredores. Muchos países, si los unimos al mundo del ciclismo profesional, suenan exóticos como cuando el brasileño Mauro Ribeiro ganó una etapa del Tour de Francia en 1991. Sin embargo, si miramos a la categoría continental de la UCI, lo primero que nos sorprende es que hay equipos de Andorra, Australia, Austria, Bélgica, Bulgaria, Canadá, China, Colombia, Croacia, República Checa, Dinamarca, España, Estonia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Hungría, Indonesia, Irán, Irlanda, Italia, Japón, Corea, Lituania, Luxemburgo, Malasia, México, Holanda, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, Quatar, Rumanía, Sudáfrica, Rusia, Eslovenia, San Marino, Suiza, Eslovaquia, Suecia, Taipei, Ucrania y Estados Unidos. Una variedad tan global y cosmopolita que parece no casar con un ciclismo que cuando compite parece que habla solo en francés, español e italiano. Y la mezcla de razas, el cruce de fronteras y la diversidad es aún más compleja si echamos un vistazo a las plantillas. A destacar el archifamoso Amore e Vita que antes era del País Vaticano y que ahora se ha trasladado a Estados Unidos (quizás porque le patrocina McDonald's... ¿McDonald´s y la Santa Iglesia?) y que cuenta en su plantilla con ucranianos, alemanes, americanos, daneses, italianos, australianos, polacos, canadienses y rusos. También destaca el equipo de Doha que cuenta con corredores de Quatar, Chipre, Emiratos Árabes Unidos, Argelia, Túnez o Borneo.
En general, hablando de viejas glorias, sorprende ver a ciertos directores deportivos que antes eran grandes estrellas, como Vicente Belda que ahora trabaja para Boyacá es Para Vivirla en Colombia, donde también corre su hijo o Rudy Pevenage que ahora trabaja para el Rock Racing, un equipo que un millonario americano está intentando levantar a base de nombres rutilantes, porque en la plantilla se encuentra a gente como Mancebo, Sevilla, Quique Gutiérrez, Aaron Kemps, Tyler Hamilton, Fred Rodríguez, David Vitoria o Víctor Hugo Peña. Igualmente, sorprende ver a directores que se estrenan y que hace poco veíamos con el maillot: Maarten den Bakker, Patrick Jonker, Thierry Marichal, Piotr Wadecki, Gabrielle Missaglia, Zbigniew Spruch, Vassili Davidenko, Gordon Fraser o Axel Merckx, que anda dirigiendo a un equipo americano que algo tendrá que ver con Armstrong porque se llama Trek Lifestrong.
A parte de los directores, aún se ven algunos corredores que se resisten a desaparecer, como el ya nombrado Vandenbroucke, Leon Van Bon que corre en China, Mizourov que corre en Irán, Benoit Joachim que corre en un modesto equipo luxemburgués, el polaco Rutkiewicz y su compatriota y ex del Banesto Dariuz Baranowski que aún corre con 37 años, con los mismos Axelsson y Serhey Honchar de 39 años comparten equipo en Polonia, el Corratec, o el australiano ex del Rabobank que se iba a comer el mundo, Rory Sutherland que corre en Estados Unidos, además de Andrea Moletta y Massimo Giunti que corren en San Marino por poner un ejemplo.
España, como se veía en el Rock Racing, se ha convertido en un país de emigrantes ciclistas. Mario García corre en el equipo griego donde está la estrella del país Anastopoulos, Olmo acompaña a Belda en Boyacá, Rodrigo García empezó con el Kaiku y ahora está en San Marino, Torrent, Rovira y compañía se fueron a Andorra, Ventoso y Pardilla corren en un nuevo equipo italiano y la colonia portuguesa es interminable: Bernabeu, Luis Fernández Oliveira, Vidal Celis, Eladio Jiménez, Pablo de Pedro, Isidro y Carlos Nozal, Rubén Plaza, Hector Guerra, Santi Pérez, David Blanco, Tino Zaballa y el argentino Martín Garrido.
Algunos de ellos tendrán oportunidad de ocupar algún espacio en los periódicos, otros apuran sus últimos contratos antes de buscarse otras salidas. En cualquier caso, el ciclismo empieza a abrir sus fronteras y la globalización ya se maneja implacable en todos los deportes.

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