lunes, 23 de marzo de 2009

Mark Cavendish

Abdoujaparov (¿quién sabe si está bien escrito?), Van Poppel, Cipollini, Petacchi, Zabel, Kelly, McEwen, Boonen y ahora Mark Cavendish. Tiene solo 23 años y ya cuenta con más de treinta victorias en el campo profesional. Entre ellas, la Milán-San Remo que ganó el domingo, con un sprint final de los que crean afición. El ataque de Haussler fue demoledor y el esfuerzo del británico para coger su rueda y superarle en un último golpe de riñón, espectacular. Si aún no lo habéis visto, pinchad en el vídeo que colgaré al final, porque el esfuerzo que hacen estos dos corredores en 50 metros es digno de admiración. La escena final, que apenas pudo verse en televisión, con Haussler tirado en el suelo víctima del esfuerzo y la decepción y Cavendish fundido en un abrazo con un miembro de su equipo no hizo más que añadirle emoción a 20 segundos de suspense. El británico nacido en la Isla de Man, una pequeña isla frente a la costa irlandesa y que es conocida por no tener límite de velocidad, aún no es una estrella en su país, a pesar de ser, probablemente, el corredor más rápido del mundo. Ha ganado ya 4 veces en el Tour de Francia, dos en el Giro y como ya hemos dicho se llevó este fin de semana su primera classicissima. Sin embargo, cuentan que en Gran Bretaña lo que prima es la pista y conseguir medalla en las Olimpiadas. Por ello, otros corredores como Bradley Wiggins son mucho más reconocidos al amparo de una tradición que ha llevado a Gran Bretaña a conseguir más de sesenta medallas en los Juegos Olímpicos y en la modalidad de ciclismo en pista. Chris Boardman, el del récord de la hora, dijo una vez al parecer que en Gran Bretaña nunca eras considerado un buen ciclista hasta que no tenías medalla olímpica. Según cuentan, Cavendish es consciente de todo esto y tiene en su agenda las próximas olimpiadas de 2012. No le haría falta de todas formas, porque el británico, antes de llegar a ese año, seguramente habrá conseguido para su palmarés mcuhos triunfos y de mucha entidad. Hasta que Koldo Fernández de Larrea consiga competir contra él, nos conformaremos con disfrutar de esas pedaladas llenas de rabia que le impulsan a una velocidad dramática.
¡Ah! Y enhorabuena a Aitor Galdós porque el séptimo puesto, y pudo ser mejor, es un resultado magnífico. Cuelgo tres videos, el tercero grabado por un video aficionado donde se aprecia la velocidad a la que pasan los ciclistas.


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