miércoles, 1 de julio de 2009

José Antonio Pérez Alonso


José Antonio, Jon Andoni, Pérez, Pérez Alonso... qué más da, no sé, no vayamos a montar la de Carod Rovira, como a él más le guste, Bolo, mejor Bolo a secas, ¿no? Bolo se retira. El delantero centro que jugó, entre otros, en Athletic, Rayo y Numancia, ha anunciado su retirada como jugador profesional para pasar a los despachos del Barakaldo Club de Fútbol. La temporada pasada, Bolo disfrutó de la última, jugando como titular, como suplente en varios encuentros, para el equipo de mi ciudad. El comienzo estuvo lleno de ilusión. Según fue avanzando la temporada, su rendimiento bajó. Incluso, por el barrio, los chiquiteros (y los zuriteros, que son peores) empezaron con los rumores sobre su peso y bla bla bla. Si te lo tomas con sorna, tiene que ser divertido escuchar esas cosas sobre uno mismo. El caso es que, al finalizar la temporada, Bolo era uno de los pocos jugadores con contrato para el año que viene. El nuevo entrenador, González Etxebarria, sin embargo, no las tenía todas consigo. Al final, han llegado a un acuerdo y Bolo seguirá formando parte del club pero con unas labores muy distintas. Quizás por efecto, el daño colateral ha sido la rescisión de contrato de Isidro Díaz, otro veterano que pasó al despacho, aunque el club desmiente que una y otra vayan unidas. En fin, se terminó el fútbol para Bolo, los goles, los golpes, los fueras de juego. No voy a describirlo ni a resumir su carrera, en Vallecas muchos se acordaran de Bolo y Bolic, en Bilbao, de Bolo y Huegun, en Barakaldo de Bolo a solas. No está mal lo que ha logrado con lo que ha tenido, dejémoslo ahí. Sin duda, la perseverancia, el trabajo, y unas pocas gotas de talento (u oficio) también dan para labrarse una carrera deportiva. Esperemos que, ahora, con el portátil y el maletín, haga también un buen trabajo. Por el bien del Baraka.

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