sábado, 31 de octubre de 2009

Jose Iragorri


La noche del viernes estuvimos viendo a Richmond Fontaine en el Kafe Antzokia de Bilbao. Primero, hicieron de primer plato algunos de Los Deltonos bajo el nombre de Bravo Johnson. Cuando terminaron, encendieron las luces, y mientras Willy Vlautin y los suyos preparaban el equipo para su turno, nos dio por mirar a nuestro alrededor (menos de media entrada) para ver si veíamos a alguien conocido alrededor: que si el bajista de Cujo y El Inquilino Comunista, que si el tío de Gacela Thompson, el otro de Le Noise, un conocido, yo qué sé, y, al final, ¡mira! Allá, al fondo, un tipo muy alto, delgado, con el pelo ya cano y un bigote bien perfilado. Se apagan las luces, empieza el concierto, y Vlautin canta, Eccles mueve la melena y repasan el último disco y alguna otra canción de postre. ¿Y el tío del bigote? Al final del concierto, se acerca a nuestra esquina, para sacar unas fotos a los de Portland desde cerca. El tío del bigote era y es Jose Iragorri, que a algunos les sonará a chino, pero a otros les sonará a nostalgia, emoción y bacalao, bacalao, bacalao, bacalao que es como el gran locutor de Radio Popular suele cantar los goles del Athletic Club de Bilbao. Trecet, Montes, Segurola, Iragorri, se ve que a los periodistas deportivos les va la buena música. Porque, lo de Iragorri fue una anécdota, pero lo de Richmond Fontaine, no, la buena música nunca es una anécdota.

viernes, 30 de octubre de 2009

Cindy Lima


Es una jugadora catalana de baloncesto que se marchó al TTT Riga para poder jugar la Euroliga y de lo que rima da grima. Lima que rima con Riga y con Euroliga no rima tanto con el resultado que obtuvieron en su último partido de la competeción europea, ante el Ros Casares, 118-38, que rima con pocho y con el chocho (es una expresión) que les debió montar el entrenador por perder de 80 puntos. Muchos. Y eso que ellas mismas ganaron en la última jornada de su campeonato nacional por un total de 100 a 27. Niente. Lima estaba triste en la entrevista y no se lo creía, se lo explicaba, al periodista y así misma, pero no se lo creía. Ahora, lo mejor de todo son los comentarios de la peña en esa patraña de avance pseudo tecnológico pseudo democrático que se han inventado las ediciones digitales de los periódicos. Cosas como: "jajja, pues ahora que lo dices esta buena, jajaja" o "puso yo gane una vez a la petanca de tantos centimetros como tenia mi tranca" o "pues mi papi es agente de catalana occidente y cuando se me rompe algo me lo arregla toro, toro y toro" o "pues yo cuando era mayor era piloto de ovnis" o "joder yo el toro dia perdi en el fifa 25 0 macho"... y debieron borrar el comentario número catorce. Y no me voy a poner a repasar los comentarios del resto de noticias, pero encontraría tantas perlas como para poner un negocio de collares. Comentarios como los anteriores solo me llevan a pensar dos hipótesis: una, hay una confabulación satírica para inundar estos recursos de frases sin sentido y así criticarlos con burla, dos, ande noay, no se pué sacá... y a demá e imposible que hubiera dicho el Lagartijo en este caso. Por favor, que alguien llame al juez Garzón y prohiba esos testimonios, es mejor pensar que todo es mentira, ignorar, evitar darte de morros con la pared. Pobre Cindy Lima, además de perder de ochenta, además de dar la cara en la prensa, además de todo eso tiene que leer al tío que ganó a la petanca de lo grande que era su tranca. Y rima.

jueves, 29 de octubre de 2009

Adam Schlesinger


Por la parte popular, Schlessinger es todo un éxito. Fue nominado a los Óscar y a los Globos de Oro por "That Thing You Do" canción que compuso para la película The Wonders que protagonizaba Tom Hanks. También compuso canciones para Tú la letra y yo la música, aquella comedia a la medida de Hugh Grant, esta vez, acompañado por Drew Barrymore. Y no han sido sus únicas participaciones en el mundo del cine. Y hay más, Schlesinger también ha compuesto para grupos de póster gratuito en el Superpop, como The Jonas Brothers. Y último, a parte de tocar el bajo en Ivy y Fountains of Wayne, grupo que cofundó y que es por el que yo escribo sobre él, Schlesinger también participa en el nuevo proyecto de James Iha, el americano de origen japonés, antiguo componente de Smashing Pumpkins, Tinted Windows.
Compré Welcome Interstate Managers en un Wal-Mart. Cuando estábamos en el Target Center, toda una orquesta, con sus instrumentos de cuerda y viento, antes de tocar el Oh Say Can You See me hicieron abrir la boca con Stacy's Mom, yo aún no sabía que Schlesinger había conseguido escribir otro éxito. Y no era mi preferida. Yo me quedaba con aquella del tío de Hackensack que veía a su antigua compañera de clase en la tele, haciendo el imbécil con Christopher Walken. También me gustaba la de Mexican Wine y sobre todo All Kinds of Time. Aburrido, con todo el tiempo del mundo mientras nevaba fuera, escribí un cuento en inglés. Era el final de la historia que Schlesinger contaba en All Kinds of Time. El quaterback tenía el balón en la mano, se acordaba de su padre, de su madre, de su prometida, de sus hermanos frente al televisor y entonces lo entendía todo. El balón en su mano. El tiempo en su poder. El hombre al que tenía que lanzar el balón solo en el sitio en el que debía estar. Pero el tenía el balón en la mano y acababa de comprenderlo todo: aquel balón era todo el tiempo del mundo. Él era el dueño del tiempo. Aburrido, con todo el tiempo del mundo mientras nevaba fuera, escribí otro cuento, en castellano. En uno, el quaterback lanzaba el balón y llegaba hasta su compañero. En el otro, se quedaba quieto, sonriendo, esperando a que le placaran. En los dos, en dos idiomas distintos, el tiempo se detenía en el mismo instante. ¿Cúal era en inglés? ¿Cuál era en castellano? Como no tenía nada que hacer aquel sábado, arranqué el coche y conduje con cuidado, evitando el hielo, hasta el Wal-Mart. En la sección de lácteos, escondí el cuento en castellano. En la sección de productos de limpieza, detrás de una caja de desatascador, escondí el cuento en inglés. Al llegar a casa, puse ESPN: quaterbacks, tackles, running backs, linebackers... todos corrían con desesperación, en busca del balón, en busca del tiempo, en busca de que alguien les escribiera el final del cuento. Esperando que Schlesinger les escribiera una canción de éxito.

martes, 27 de octubre de 2009

Miguel Tarín


Esta noche comienza la NBA y los periódicos de tirada nacional se embarcan en una cruzada a marchas forzadas por actualizar plantillas, apuntarse tantos desde el principio y hacer top-tens sin ton-ni-sons. ¿Me resistiré yo? Pues, no. Pero pondré mi granito de arena para no olvidar que, para mí, el primero, siempre es el baloncesto europeo, y que mejor que titular una entrada sobre la NBA con un jugador que no tenga nada que ver con esa liga y al que, muy probablemente, se la traiga al pairo David Stern y su I-love-this-game-big-business!.
Le he echado un vistazo a las plantillas y a los periódicos antes de que hoy empiecen a botar el balón y, si se me permite, me parece un poco más de los mismos: los mismos favoritos, los mismos jugadores y los mismos entrenadores. No hay muchos cambios, me parece, aunque si te pones a hacer una lista siempre salen y parecerá que muchos, seguro, pero Wade, Anthony, Bryant, James, Howard y Arenas seguirán siendo los que salgan en las portadas y los Lakers, Spurs o Cavaliers se repartirán la final. Quizás algún rookie despunte con ínfulas de megaestrella, Evans o Griffin, o quizás Derrick Rose no espere más allá de su segundo año, pero ninguna de las dos posibilidades me parece espectacular (ni probable del todo). Lo que me ha sorprendido es el poco número de jugadores europeos que hay, sobre todo en el este donde hasta cinco equipos completan la plantilla sin ningún europeo y otros cinco con uno solo. En el Oeste hay más, pero el número ha bajado, quizás por el nuevo potencial económico de algunas escuadras del viejo continente que han conseguido repatriar a alguno de esos europeos que cruzaron el charco demasiado rápido. Por lo demás, los favoritos son los mismos: Lakers, Spurs, Cavaliers (muy bien reforzados), Magic y Celtics, y en todas esas plantillas la continuidad es la norma, solo ciertos retoques, eso sí, que quizás se conviertan en los pequeños detalles que determinen la victoria. El cambio Ariza-Artest de los Lakers, la llegada de Jefferson a los Spurs, las puntillas de O'Neal, Powe, Parker y Moon en Cleveland, la llegada de Vince Carter a Orlando o otra vieja gloria, Rasheed Wallace, para los Celtics. Esos son los pequeños detalles. Yo a la lista apunto a los Mavericks de Nowitzki, porque Cuban se ha puesto las pilas, y ahora cuentan con más banquillo, el perímetro formado por Kidd, Marion, Howard, Ross, Terry y Nowitzki va a necesitar muchos balones. Y también apunto a los Blazers, porque siguen siendo un equipo joven con talento y un proyecto en el que creen, pocos cambios, y a destacar la llegada de un veterano como Andre Miller que seguro que ayuda. Añadiría a los Rockets sin dudarlo cuando McGrady y Yao Ming se recuperen, e incluso sin ellos, creo que serán un equipo con competitividad. También a los Suns y a los Oklahoma City Thunder donde jugará Ibaka, y que junto con el rookie Harden, una de las sorpresas del eurobasket, Krstic, y Westbrook y Kevin Durant pueden hacer una buena temporada, aunque puede que esa temporada ocurra dentro de un par de años.
Miguel Tarín, por su parte, no sé dónde andará. Hace un par de años en una entrevista para un periódico, decía que estaba perdido, cansado y sin rumbo, en el paro y desengañado. Tras dejar el baloncesto sin mucho éxito aunque con repercusión por ser la torre del baloncesto español con 2'17, el catalán se dedicó a los animales, llegando a ser presidente de la Asociación Protectora de Animales. Con una filosofía de vida poco convencional (que invitó a muchos durante su época de jugador a fantasear con su vida social) e ideas que algunos llamarían progresistas con sorna y otros con orgullo(en los ochenta ya defendió la independencia de cada uno para elegir su orientación sexual), Tarín es a la NBA lo que Ismail Kadaré al Sálvame, nada, y por eso damos las gracias y le mandamos un enorme abrazo esté donde esté. Esta frase final me ha salido a la vez efectista y de un aire fúnebre, solemne, religioso, que me ha dado miedo, de verdad.

Javier Megías


Dice Matxin que hay que reinventarse. Y lleva haciéndolo tres años. Ya ni recuerdo los nombres de sus patrocinadores porque algunos, con todo respeto, casi suenan a coña, a broma, como el último, y vuelvo a decir, con todos los respetos. Dice lo de reinventarse porque se le irán la temporada que viene dos de sus puntales, Juanjo Cobo y David de la Fuente. A estos, se les ha unido un tercero del que se hacía hoy eco la prensa por lo curioso del caso: el de arriba, Javier Megías Leal. Y es que el madrileño de 26 años ha fichado por el Team Type 1, un equipo americano que se distingue por intentar fomentar una vida sana y plena para corredores afectados por la diabetes de tipo uno.
Se les conoce como el equipo de los diabéticos y fue fundado por dos corredores, Phil Southerland y Joe Eldridge hace tres años. Eldridge sigue corriendo en el equipo, Southerland lo deja este año y se concentrará en los despachos. Empezaron siendo un modesto equipo continental, pero ya tienen aspiraciones y este año han realizado cuatro fichajes de prometedores corredores europeos para darle un aire internacional a su plantilla. Además de Megías, el ruso Alexey Schmidt, el prometedor holandés Thomas Rabou y el también holandés Martij Verschoor intentarán cumplir con las ambiciones del equipo que dirije un viejo conocido, el ruso ya prácticamente americano de pura cepa, Vassili Davidenko. En cyclingnews.com Southerland se mostraba entusiasmado con el fichaje de Megías. El equipo quiere crecer y decía que confiaban en que Megías pudiera darles esa visibilidad internacional que buscan. A parte de estos cuatro, también han fichado al veterano Davide Frattini, que ya andaba por los United y a otros dos compatriotas, Thomas Soladay y Scott Stewart. A todos ellos, se les unirán los que ya seguían de la temporada pasada: Fabio Calabria, Michael Creed, Will Dugan, Joe Eldridge, Ken Hanson, Daniel Holt, Aldo Ino Ilesic, Chris Jones, Valeriy Kobzarenko y Shawn Milne. Estarán dirigidos, como ya he dicho, por Davidenko, quien de ayudante tendrá a otro esprinter de antaño, el canadiense Gordon Fraser.
No todos son diabéticos. Megías, el madrileño, sí lo es, y por eso estaba tan entusiasmado Southerland, su proyecto, además de deportivo, pretende ser educativo y concienciar sobre las buenas costumbres y el deporte para conseguir una vida saludable y normal para los diabéticos (todo esto lo dicen ellos, yo solo he ido traduciendo), por eso contar con un corredor diabético de nivel era muy importante para ellos. Otros tres corredores del equipo también lo son: el cofundador Eldridge, el recién llegado holandés Verschoor y Fabio Calabria. El equipo, según confesaba Megías en las entrevistas, les promete un seguimiento médico específico y unas condiciones de trabajo adaptadas a su enfermedad. Ya veremos qué tal les va la temporada al equipo de los diabéticos y ojalá que su proyecto dé frutos y sea todo un éxito.

viernes, 23 de octubre de 2009

Chema Martínez


Mañana, para cuando Chema Martínez llega a la meta, es muy probable que yo ya esté pedo, pedo de sidra y más sidra, porque Coviella me espera para un fin de semana de buen comer y mejor beber. Lo único que me duele es que no podré estar en la primera maratón nocturna de Bilbao. No podré estar en el arcén, animando a los corredores, porque para poder estar en el asfalto, dándole a las piernas, me queda tanto por recorrer que para cuando llegue ya no me quedarán ganas de correr un maratón. Si queréis saber más sobre todo esto, una vez más, click en el link y visitad pormaratones, ahí tenéis todo lo que necesitáis. Esta entrada es tan solo para desearles lo mejor a los tres que nos tocan de cerca en el pelotón de más de mil quinientos corredores de mañana. A Don M.U., a nuestro vecino de pormaratones y a I. alias G., a quien por cierto, hace mucho que no veo, no queda más que decirles que: envidia, mucha envidia, y mierda, mucha mierda si lo del teatro funciona también en las largas distancias. Tíos, fuerza, paciencia, buenas piernas, y cuando la recta de Lamiako, a oscuras, sin gente en el arcén se os haga eterna, pensad que yo estoy en Asturias, bebiendo sidra, pero acordándome de vosotros. Haced caso del pecho también, él manda más que los pies. Mucha suerte. Y que gana el que llegue antes.

Terry Tempest Williams


Ayer quedé con mi hermano para ver el partido europeo que el Athletic tenía que jugar ante el Nacional de Madeira. En el bar de Charo no conseguían contratar el partido en Canal Plus, así que nos trasladamos, bajo una fina lluvia, hasta el Dunixe, donde, generalmente, la media mañana se celebra con un buen café. Había ambiente. Aunque estábamos descolocados, incómodos porque eran ángulos nuevos. El primer tiempo pasó rápido, entre conversaciones sobre nuevas noticias laborales y burocráticas. El gol de Rubén Micael casi no fue ni un mazazo porque no fue más que un minúsculo suspiro de resignación tan bien entrenado que ya ni duele. En la segunda parte, se presentó I, con unas botas de agua nuevas y una resignación distinta, ajena al fútbol, enemiga del fútbol, una resignación activa que intentaba robarnos la atención del televisor. Y, en ocasiones, lo agradecíamos. A veces, hay partidos de fútbol que te excitan sin saber muy bien por qué, quizás no es el partido en sí, si no tú y tus circunstancias, y una apuesta ridícula que te conecta a un televisor de manera irracional. I nunca me había visto festejar un gol. Y lo juro: soy de pocos aspavientos, como para adentro, pero ayer, quizás por mí y mis circunstancias, no era así, y el segundo gol de Llorente lo celebré con un grito desgarrado, un poco sordo, pero desgarrado, y alguna vocablo que sin contexto suena más ridículo que procaz. I se reía. También se reía de mi hermano. Y decía que no con la cabeza. Y se volvía a reír, nunca te había visto así, añadía. Mi hermano también decía que no con la cabeza. Y mirabas alrededor y todo el mundo parecía asentir diciendo que no con la cabeza. Sentimiento grupal, tartamudeé a duras penas, necesitamos sentirnos parte del grupo no, como cuando vamos a los conciertos... I aceptó la justificación con una dulce ironía: sí, claro.
Terry Tempest Williams fundó un clan hace mucho tiempo, casi al mismo tiempo que su novela-crónica personal-alegato ecológico Refuge: An Unnatural History of Family and Place empezaba a convertirse en un éxito. El clan tomó un nombre muy sonoro y significativo, con el eco de lo enterrado y la luz de lo gritado: el clan de las mujeres de un solo pecho. La madre de Williams sufrió cancer de mama, ella también, ambas habían vivido en el territorio interestatal donde su gobierno decidió que los daños colaterales eran mínimos, así que se podía probar con la ingeniería atómica. Eran lo que los americanos llaman unas "downwinders." Otro buen libro para entender todo esto es The Day We Bombed Utah de John G. Fuller.
Pero a lo que iba, Williams, en la introducción a Crossing to Safety de Wallace Stegner, dijo lo siguiente que yo mismo traduzco:
"[Stegner] dignificó tanto el poder del individuo como el lugar del individuo dentro de una comunidad. Stegner nos recordó que teníamos obligaciones para con los dos." Y eso lo dice alguien que confesó que prefería pertenecer a una tribu fronteriza dentro de su propia gente, que tolerar la obediencia ciega en nombre del patriotismo y la religión. Pero, al fin y al cabo, pertenecer siempre necesitamos pertenecer. Y por eso celebré con tanta emoción el gol de Fernando Llorente, ostias. I añadiría, sí, claro.
Por cierto, en esa misma introducción, Terry Tempest Williams también tenía esta cita que yo mismo vuelvo a traducir torpemente:
"parte de la tensión de ser humanos se encuentra en nuestro deseo, e historia de amor, tanto con el riesgo como con la seguridad. ¿Qué arriesgamos en pro de nuestra seguridad? ¿Qué aseguramos en una vida llena de riesgos?"
Quizás debieran contestarla Edurne Pasaban o Juanito Oiarzabal, pero, en realidad, todos podemos contestarla.

domingo, 18 de octubre de 2009

Edward A. Murphy Jr.


En 1949, Murphy, según dicen, pronunció su famosa ley que intenta explicar la inevitabilidad del infortunio.
Gran fin de semana que empezó con un viaje inútil en metro, congelado porque aún no he sacado la ropa de invierno e impotente al encontrarme con esta contestación en la taquilla del teatro: "agortuta daude", que para aquellos que no sepan euskera, significa: te jodes, gilipollas, has hecho el viaje en balde, ya no quedan entradas. El énfasis es porque me encanta echar leña al fuego de mi victimismo. Y el deporte, que es donde canalizo mis ilusiones potencialmente más inútiles y venéreas, no ayudaron ayer. Samuel Sánchez se tuvo que consolar con un segundo puesto y el Bizkaia Bilbao Basket perdió, según dicen merecidamente, ante el Fuenlabrada. Para celebrar, pero aún quedaba el domingo. Y, pues eso, el Barakaldo empató ante el Izarra, y gracias, después de un ejercicio de desesperación. El Athletic, siempre tan atento, le puso la guinda al pastel con una derrota ante el Spórting que duele más porque somos tontos y nos fiamos de una suerte que es tan antojadiza como escurridiza. Vamos, que no nos queda más que mentar al ingeniero Murphy.
Eso sí, es tan patético que ni sirve, porque en la otra orilla del río, Phillippe Gilbert está con una sonrisa de oreja a oreja, los de Luis Güil dormirán a pierna suelta, los navarros del Izarra se sentirán satisfechos y Manolo Preciado estará orgulloso de sus muchachos. Así que, en Bélgica, Fuenlabrada, Estella y Gijón la tostada cayó por el lado donde no habían untado la mantequilla. Qué PUTA mierda de fin de semana, pero lo juro, es la última vez que me pongo en ridículo, que ingenioso es la impotencia más pasajera, la que mañana ya se me habrá olvidado, la que dura lo que dura la próxima jornada. Si me pongo en plan filosófico, concluyo que las pasiones humanas, impotentes y caprichosas en el mejor de los casos, tiene una utilidad purgativa: echas toda esta bilis enternecedoramente fúnebre y grotesca y sin darte cuenta te vas haciendo inmune, impasible aunque murphynianamente vulnerable. Qué PUTA mierda de fin de semana, Murphy, tío.

Paul Westphal


Que hay que vender periódicos. Ahora que Nate McMillan quedó atrás, le toca a Paul Westphal, y rima. Titular para empezar: "Paul Westphal no invitó a Sergio Rodríguez a la fiesta de los Kings." Y el canario que dirá. Igual le pasa como a mí, que en realidad me la trae floja porque son casi las dos, hoy domingo, y estoy escuchando a Wolfmother medio de resaca, así que estoy flying over y me la trae floja, pero bueno, por comentar, ahora que Nate McMillan quedó atrás, le toca a Paul Westphal, que rima. Pero... ¿Westphal está entrenando en Sacramento? No jodas. Fue el tipo que llevó a Barkley a la final, ¿no? Después se fue a Pepperdine, que bonito nombre para una universidad, Pepperdine. Si yo tuviera dinero para comprarme una universidad, la llamaría Peppermint. Westphal, sí, que no Westhead, ¿dónde está Westhead? Qué dos años en los Nuggets, con aquella técnica del run-and-gun, 119 puntos de media por partido, y 130 puntos recibidos. Dos temporadas, 44 victorias y 120 derrotas, con 107 puntos en aquella mitad de partido con los Suns y Michael Adams, Orlando Woolridge y Walter Davis con las muñecas doloridas. Pero no es Westhead, no es Westphal, no es Sergio Rodríguez, no es Andrew Stockdale, es la tomatada, que se me pega, y hay que comer en nada. Así que punto y final.
El vídeo de Wolfmother, ya sabes, inserción desactivada por solicitud, así que: http://www.youtube.com/watch?v=nWvdKPpVWzw. ¡No, conseguí uno! Gracias a mi bella secretaria:

Edvald Boasson Hagen


Otro de esos esprinters que van a retirar a Freire antes de tiempo. Puede que los últimos metros del pelotón estén capitalizados en los próximos años por esprinters del norte. Entre Ciolek, Griepel y Hagen pueden repartirse la mitad del pastel. La otra mitad, para los anglófonos, Farrar y Cavendish.
El danés aún tiene 22 años y ya lleva varios de profesional. Si los datos de internet no me fallan, lleva ya unas 35 victorias. Entre ellas, algunas ya de relumbrón como la clásica Gante-Wevelgem, una etapa del Giro, 3 veces campeón de Noruega, y etapas en Tour de Gran Bretaña, Eneco Tour, Tour del Porvenir, Criterium Internacional, Tour de Normandía o Vuelta a Polonia.
Hasta ahora, ha corrido en dos equipos. El modesto equipo del Bianchi y en el exitoso Team Columbia. El año que viene cambiará. Según publica hoy el Daily Telegraph, Edval Boasson Hagen está entre los 16 corredores que ya tiene fichado el nuevo proyecto británico llamado Team Sky, que ha fichado a Steve de Jongh, veterano esprinter para hacer las labores de director técnico. De Jongh trabajará codo con codo con Scott Sunderland, otro tipo rápido, y contarán con un buen presupuesto y un patrocinador, British Sky Broadcasting, empresa operadora de Sky Digital que en gran parte pertenece al omnipresente Rupert Murdoch, el australiano que se compró los Dodgers a cambio de una cifra impúdica, que ha firmado un compromiso hasta el 2013. Hagen tendrá como compañeros a seis británicos, Geraint Thomas, Steve Cummings, Pete Kennaugh, Chris Froome, Ian Stannard y Russel Downing, y a otros nueve corredores que, a primera vista, prometen muchas victorias: el sueco Lokvist, el veterano Arvesen, mi amigo Gerrans, el contrarrelojista Carlstrom, el prometedor sudafricano Augustyn, el también esprinter Greg Henderson, el italiano Possoni y un desconocido Lars Petter Nordhaug. Falta uno, pero este siempre necesita que se le destaque, porque la presencia latina en el equipo no podría ser mejor: Juan Antonio Flecha.
Así que Edvald Boasson Hagen seguro que se lleva otro buen puñado de victorias este año y Murdoch lo celebra. Ahora, lo que no sé es si seguirá besando así (en la foto) a la esquiadora de la Universidad de Colorado, Karoline Borgnes. Igual que tampoco he conseguido averiguar si Edvald Boasson Hagen tiene algún tipo de parentesco con Hagen, Hagen de Merak Beta, el Hagen de 21 años y 1'80, nacido en Asgard y cuyas principales técnicas son la gran presión ardiente y el universo congelante o yunibaasu furiijingu. Y eso que no me gusta mucho el manga.

viernes, 16 de octubre de 2009

Kresimir Cosic


A principios del siglo XIX, un joven llamado Joseph Smith salió de paseo. Había leído en la biblia como dios le invitaba a rezar y preguntar cuando tuviera dudas. Smith estaba superado por la cantidad de iglesias rivales que profetizaban la llegada de cristo en aquellos tiempos. Quería saber cuál era la verdadera iglesia. Según quedó confesó tiempo más tarde, un ángel se le apareció. Ése fue el comienzo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o, como comúnmente se la conoce, la Iglesia Mormona. El Ángel le contó a Smith que ninguna de esas iglesias era la auténtica y que, en realidad, él había sido elegido para restaurar la verdadera iglesia de Jesucristo.
Desde aquel año de 1827 hasta 1875 cuando se fundó la Universidad de Brigham Young, los Mormones fueron expulsados de Ohio, Missouri e Illinois hasta encontrar un pequeño pedazo de tierra que nadie quería en lo que más tarde se conocería como Utah. Para entonces, Joseph Smith ya había sido asesinado en Carthage, Illinois. Brigham Young era el nuevo líder, un hombre dinámico y enérgico que fue capaz de conducir a los mormones a lo largo de un largo éxodo que muchos no superaron.
Junto al gran lago salado construyeron una ciudad que después pasó a ser un territorio y consiguió la categoría de estado tras largas disputas con el Gobierno Federal. Hoy en día, la iglesia Mormona es una de las más poderosas de los Estados Unidos, con un importante sistema de captación, una sólida economía y una previsión de crecimiento que llevó a Harold Bloom a proponerla como la religión americana.
¿Qué tiene que ver esto con Kressimir Cosic?
El que para aquellos que veían baloncesto antes de que yo supiera que era una canasta, Cosic fue uno de los mejores jugadores de baloncesto croata. También fue un gran líder diplomático de los mormones. Jugó dos años en los Cougars de la Universidad de Brigham Young (a partir de ahora BYU) y murió en Baltimore, Maryland, hace unos quince años.
No ha sido el único jugador salido de la BYU (una de las universidades privadas más grandes de los Estados Unidos y con el 98% de sus estudiantes de fe Mormona), un equipo de baloncesto que ha aparecido 22 veces en las series finales de la NCAA (la última en 2009). Los Cougars, que juegan en la Mountain West Conference de la 1º División, nunca han ganado la NCAA, pero entre sus filas ha contado con jugadores como Danny Ainge, Shawn Bradley, Greg Kite, Rafael Araujo Fred Roberts o Jim Eakins. En España, hemos disfrutado de jugadores que triunfaron en Provo, sede de la universidad, y que tan buen recuerdo dejaron, como Michael Smith, que jugó en Gijón, Estudiantes y Pamesa, el gran Steve Trumbo, Tom Gneiting (al que Coello define muy bien y que se arrepintió de cambiar por McNamara en el Murcia de los 90), Andy Toolson (con quien prácticamente empezamos este blog y que fue ayudante de Steve Cleveland en la universidad a principios de este siglo) o Travis Hansen. Los últimos héroes de los aficionados a los Cougars han sido Keena Young y Lee Cummard, el primero jugaba hasta hace poco en Kosovo y el otro en Alemania.
Yo no soy Mormón, por cierto, ni un tipo muy religioso, la verdad, pero, por casualidades del destino, me he visto tan cerca de ellos que no deja de sorprenderme la internacionalidad de una cultura tan particular y compleja. Y, además, ¿quién coño sabía que Cosic era Mormón? Yo, no, por lo menos.

jueves, 15 de octubre de 2009

Fortunato Vencedor


Curioso nombre, ¿verdad? Y le hace justicia. El domingo subimos a Artxanda. En coche. 420 personas subieron corriendo. Casi diez kilómetros desde Bilbao, siete prácticamente cuesta arriba. Nosotros subimos para ver al nuestro, el vecino de pormaratones, que, en un mal día, consiguió entrar de la mitad para arriba: puesto 192 a 5'14 el kilómetro para un total de 51 minutos y 47 segundos, un cuarto de hora más tarde que el ganador, nuestro amigo Josu Amutio, al que vimos entrar al trote, solo, saludando bajo la lluvia. Les vimos entrar con envidia, uno por uno, algunos disfrutando, otros sufriendo, probablemente todos orgullosos de haberlo hecho, al menos. Nosotros, por lo menos, tuvimos un buen desayuno allá arriba. Después, el nuestro, se fue a duchar. Todavía subían corredores cuando bajábamos a por el coche y decidíamos donde ir a celebrarlo con unos potes mañaneros. Por el camino, vimos llegar a Fortunato Vencedor, cerquísima ya de los ochenta años, con un tiempo de una hora y trece minutos. Si buceas por la red, encontrarás que Fortunato es un animoso corredor popular, veterano y esforzado, que disfruta de correr tanto como, supongo, de vivir. Su ejemplo es saludable y digno de elogio. Igual que el de Domingo Lolo Sánchez, último corredor en alcanzar la meta con un tiempo de una hora y 25 minutos. Cuando él llegaba, nosotros ya estábamos en el coche. Viéndolo de lejos, bajé la ventanilla, y al verle venir, le grité: vamos, campeón, no te queda nada, ya lo tienes. Venía forzado, a ritmo costante pero derrotado, con la mirada inquieta y las manos prietas, pero en aquel esfuerzo trágico e incompredido, Domingo tuvo tiempo, con una media sonrisa más mueca que sonrisa, para darme las gracias por el ánimo. ¿Qué se puede decir? Fortunato le podía haber prestado el apellido porque los dos, los tres si contamos a Amutio, los cuatro si contamos a nuestro vecino que merece el mismo elogio, los 420, en realidad, fueron ganadores indiscutibles. Correr nunca ha sido de cobardes, si no te persiguen y si la meta te importa lo más mínimo. Enhorabuena a todos, y a ver si en la próxima no es solo envidia lo que sentimos.
(Posdata: la foto la he robado de otro blog, gracias, y perdón, que lo he hecho sin permiso).

Jean Joel Perrier-Doumbé


El día a día es surrealista aunque no nos demos cuenta. Estoy fumando un cigarrillo, en la cocina, en calzoncillos. La tele está puesta. Pepe el brujo asegura haber sido contratado por una novia despechada para hacerle brujería a Cristiano Ronaldo. Pero hay más: el video empezaba con el que ya pasará a ser histórico "que la chupen, que la sigan chupando" presentado por Marujita Díaz. Antes de llegar a casa, me he tomado un café en el Lagos. Me he pasado la mañana en un curso de gestión de contenidos de páginas web. Código, carpeta, lenguaje html, xml, xxl, y los funcionarios gritaban: "José Manuel, ¡error!" Abro el periódico deportivo y leo: fichaje histórico, Jean Joel Perrier, después aprendo que es Perrier-Doumbé, conocido como Joe Doumbé, ficha por el Tolouse proveniente del Celtic. Lo histórico, el procedimiento, la burocracia. Antes Santiago Bernabéu fichaba de palabra. Hasta hace poco, se hacía vía fax. El del camerunés por el Tolouse es el primer fichaje telemático. Los dos equipos han seguido el protocolo TCM propuesto por la FIFA. Concluye el periódico: a partir de ahora, todos los fichajes serán así. La mañana terminó con la nueva ley de protección de datos y recalcando que el futuro de los trámites administrativos se ubicaría en la red de redes. Eso sí, fumar fumaremos cigarrillos, en calzoncillos, mientras vemos como Mermelada y Marujita hablan de un brujo, del pibe, de una vida surrealista que a veces da verdadero asco. Tengo frío. Voy a ponerme unos pantalones... y perdón por tanta información innecesaria.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Thierry Claveyrolat


Me resistía, pero bueno. Hablemos de Franck Vandenbroucke. Hace dos días que lo encontraron muerto en una habitación de hotel. 34 años, decían que una embolia, pero, por supuesto, ahora resulta que quedan cosas por esclarecer. Igual que no podía ser que Michael Jackson muriese de algo tan vulgar, todavía queda por escribir en relación con la muerte del belga. Y no es humor negro. No he leído su biografía, y no recuerdo con exactitud cuáles fueron esas noticias tan morbosas que dejaron a Vandenbroucke acompañado tan solo de la sensación de ser un talento malgastado y un muñeco roto del éxito, a que me ha quedado chulo. Es que no tengo muchas ganas de escribir sobre esto, la verdad. Me recuerda a Thierry Claveyrolat, de quien me gustaban su apellido (que le voy a hacer) y como ganaba subiendo Arrate. Claveyrolat se pegó un tiro, según parece debido a que no conseguía superar una depresión tras ser culpable de un accidente en el que cuatro miembros de una familia resultaron gravemente heridos (fuente: wikipedia y mi poco fiable memoria). Vandenbroucke solo fue culpable de su propio accidente, del que también salió muy mal herido.
Corrió en tantos equipos que algunos ahora suenan a nostalgia poética: Lotto, Mapei, Cofidis, Lampre, Domo-Farm Frites, Quick Step, Fassa Bortolo, Mr. Bookmaker, Unibet.com, Acqua e Sapone, Mitsubishi-Jartazi y, el último, Cinelli-Down Under, un equipo australiano en el que se retiró consiguiendo su última victoria. A pesar (y digo a pesar) de los problemas (y digo problemas por no especificar) que tuvo (y digo tuvo como puedo decir que provocó), el belga consiguió más de cincuenta victorias, entre ellas, la París-Bruselas, Trofeo Laigueglia, Plouay, Matteotti, Gante-Wevelgem, Ordizia, Het Volk, Lieja-Bastogne-Lieja, cinco campeonatos nacionales, etapas en París-Niza o Vuelta España, incluida ésa que yo y muchos no olvidarán con su enorme ataque en Ávila. Y ya no digo nada más.
Para lo demás, prensa escrita. Y siete minutos en el youtube:

Posdata: y sí. Puede que alguien haya estado conectado hace unos segundos y haya visto que se publicó esta entrada con el nombre de Vandenbroucke y ahora con el de Claveyrolat. He visto que Vandenbroucke ya encabezó otra. ¿Patético? ¿Hipertexto? Yo me quedo con lo primero, pero confesarlo no lo mejora. En fin. Empezamos mal y peor terminamos.

lunes, 12 de octubre de 2009

Chris Lofton


Empezó la ACB, ya lo sabéis todos, ¿verdad? Empezó con buenas sensaciones para los aficionados de Bilbao. No estuve en el BEC porque estuve en otro sitio del que espero escribir una entrada en un par de días, pero he leído las crónicas y parece que se mantienen las expectativas. Dicen que la principal diferencia con el año anterior es un salto de calidad. El francés Moiso, Mumbrú que anota, rebotea y pasa con la misma facilidad, la eterna fiabilidad de Salgado digan lo que digan y la generosa participación de los demás generan más ilusiones que dudas. Dicen, los que dicen que entienden, que será una liga de dos. A mí, si me dejo llevar por el análisis más científico, me parece una liga de uno, pero sé que siempre hay sorpresas, aunque gane el mismo de siempre, y nunca puedes evitar sentirte contento aunque no ganes.
La primera jornada nunca da datos suficientes para sacar conclusiones, pero invita a proponer impresiones, y, como eso es más literario que las previsiones, a mí se me da mejor. La primera jornada dejó claro que Ivanovic es un mago y siempre consigue sacarse de la chistera un equipo competitivo. Ahora resulta que sí puede convertir a San Emeterio en lo que siempre fue y de repente su confianza en Barac, que no parecía completa, se convierte en un jugador de pies de bailarín y determinación ante el aro. Y eso que no debutó Lofton en el equipo vitoriano, y veremos de lo que es capaz, porque 17 triples en un partido de la liga turca, lo haga quien lo haga, no puede ser fácil. El Barcelona es mejor analizarlo cuando falle, mientras gane todo parecerá lógico. El Real Madrid no dejó que Plaza se vengara y parece que se empeña en demostrar que es verdad lo que dicen de ellos. Me alegró lo del Joventut porque la apuesta de Sito Alonso es tan atractiva como atrevida. También la de Manresa que seguro que demuestra, una vez más, que los nombres no lo son todo: Gladyr, Cusworth y Nivins seguro que acabarán siéndolo, nombres, quiero decir. En Valencia, parecía que iban a caer chuzos de punta, pero la gota fría se quedó para más tarde, ¿cómo no van a conseguir victorias teniendo los jugadores que tienen? Que me den a mí a Nando de Colo, Perovic y Claver, no me hace falta mucho más. ¿Por qué la juventud no despierta nunca, en baloncesto, tanta confianza como en el fútbol? Lo del Unicaja seguro que es solo un tropiezo, y no creo lo mismo del Estudiantes, incluso cuando sus jugadores se recuperen de la Gripe A. Y, por último, que no me da tiempo a más, el Fuenla siempre me sorprenderá. Fitch, Batista, Berzins... no me parecían para tanto, pero Güil debe tener un as escondido.
Tengo que quedar con alguien para hablar de esto, dejándolo por escrito queda más patético, ¿verdad? La letra escrita es para hablar del amor, de la angustia y de si dios existe o no y me cercena o tampoco, pero no para soltar gilipolleces sobre la primera jornada de la liga ACB, Holden, por dios, que ya tienes una edad, además, a ti no te gustaba el deporte, ni el cine, solo el bourbon con soda y pasear por Central Park con tu hermana pequeña. Escribe de eso, chico, deja el resto para Ramón Trecet y sus pupilos.

domingo, 11 de octubre de 2009

Mateo Sancristóbal










Pedro se llama, ¿no? El hijo de la panadera, quiero decir. El que ve pelis de zombies junto con el dichoso Doctor Mateo. ¿Y a mí que me recuerda a Julen Guerrero cuando era joven? ¿Que no? Se deja el pelo un poco más largo, adelgaza un poco, y la perla de Mareo. Y el pueblo, San Martín del Sella, ¿no?, como Emanuelle Sella, pero en la vida real se llama Lastres, como Pablo Lastras. ¡Qué me dices! Y está a solo dieciocho kilómetros, unos veintiseis minutos en coche, de Sietes, el pequeño pueblo asturiano que Microsoft ha seleccionado, ingenios de publicitario, para presentar su W7. Y de Sietes era José Manuel Suárez Rivas, que aún juega en el Lealtad, y antes lo hiciera en Oviedo, Valencia, Rácing de Santander, Alavés, Murcia y Numancia. Durante toda su carrera, se le conoció como Sietes, apodo que tomó del lugar donde nació. Ya sabéis, un puebo de Villaviciosa a solo dieciocho kilómetros de Lastres, que en la ficción se llama San Martín del Sella y Mateo Sancristóbal es el médico rural y el chaval se llama Pedro y a mí me recuerda a Julen Guerrero.

viernes, 9 de octubre de 2009

Roberto Heras


Tengo cinco minutos. Cinco minutos no dan para nada. Sí, dan. En cinco centésimas de segundo se decide un campeonato del mundo de 100 metros. En cinco segundos, mi amigo G decidió si se metía su primera raya o no. En cinco minutos, me da tiempo a decir que Roberto Heras ha sido campeón del mundo de bicicletas plegables, que Jennifer Aniston y Brad Pitt se reunieron en una habitación de hotel, que Barack Obama, y no estoy bromeando, ha sido nombrado Premio Nobel de la Paz, que Herta Müller, ya, yo tampoco, lo fue ayer del de literatura, que Mendilibar defiende a Nivaldo, que P está preparando las oposiciones para la Ertzantza, que me pierdo el concierto de Love of Lesbian, que volvió a escribir Phyllis Barber, que Julian Casablancas saca disco, que el deportista preferido de Casey Harriman es Tiger Woods, que ganaron los Utah Jazz, que cuántos años lleva ya Jerry Sloan, que acabo de pelar las patatas para la comida, que a AA le han elegido un artículo para una prestigiosa revista, que cierta cantante famosa vive recogida y anónima en el Baztán, que Aragón pretende las Olimpiadas de Invierno de 2022, que Mínguez y Sesma estarán como unas castañuelas, que me he metido una ostia tremenda esta mañana mientras corría, que me gusta el póster de The Decemberists, por cierto, que propongo hacer una liga cerrada para el simulador de la NBA, que Guti es más cristiano que nunca, y Cristiano más guti que nunca, que faltan dos minutos para que se acaben los cinco y que, lo dicho, Roberto Heras campeón del mundo de bicicletas plegables. Ah, y ha vuelto Emanuele Sella, y, ah, ¿Tal Burnstein va a fichar por Fuenlabrada?, y, ah, vuelven a tocar los Horses of Disaster, y, ah, aunque no lo creas ya han volado los cinco minutos. Cinco minutos dan pa mucho, y, si no, no hay más que ver los informativos. Esto ha sido todo, y así se lo hemos contado. Mañana más, pero no mejor, porque es imposible.

jueves, 8 de octubre de 2009

Casey Harriman


Bueno, volvemos. Ya ha pasado el verano y Erin Andrews no fue más que un... agradable prólogo. Aún queda casi un mes, porque nuestros Bluejays de Creighton no empezarán la temporada hasta el 13 de Noviembre. Por segundo año consecutivo, seguiré la carrera de mi antiguo vecino, Casey Harriman, que este año debe dar un paso adelante y convertirse en un jugador importante dentro del equipo. De paso, espero que disfrutemos de la competición baloncestística por excelencia en los Estados Unidos, y lo he dicho yo, no es más que una opinión personal.

La temporada se presenta apasionante para la universidad católica de Omaha, Nebraska. Más aún cuando hace solo unas semanas se supo que el Qwest Center de Omaha era seleccionado para albergar alguna de las primeras rondas de la fase final de la NCAA. Más motivación para los chicos de Dana Altman. Y es que Altman continuará una temporada más en el cargo de entrenador principal, y van 16, aunque aún está muy lejos de los 33 de Boenheim en Syracuse o los 29 de Krzyzewski en Duke. Esta vez, como ya sabemos, no podrá contar con Booker Woodfox, que sigo sin saber dónde piensa jugar esta temporada y Josh Dotzler, uno de los mejores defensores de la temporada pasada. A cambio, llegan cinco freshmen y se queda la columna vertebral del equipo, los Cavel Witter, Kenny Lawson Jr., P'Allen Stinnet, Kaleb Korver y Justin Carter. De los nuevos, se espera bastante de Wayne Runnels, Darryl Ashford y Andrew Bock. Hasta que la temporada finalize allá por marzo, todos estos jugadores intentarán pasar a la historia de una universidad que ya cuenta con jugadores de renombre, algunos que llegaron a la NBA, como Wally Andarzunas, Neil Johnson, Bob Portman y Paul Silas, entre los sesenta y los setenta, o los más recientes Chad Gallagher, Benoit Benjamin, Rodney Buford, Kyle Korver, Kevin McKenna, Anthony Tolliver o Alex Stivrins, al que yo recuerdo más jugando en Canarias.

Hasta Noviembre, les dejaremos que entrenen y que Altman les explique que espera de ellos esta temporada. A partir de entonces, volveremos a saber cómo le va al bueno de Casey Harriman. Seguro que el verano, de vuelta en Ida Grove o de viaje en Colorado, lo ha aprovechado para acampar, pescar, cazar, andar en bici y jugar al golf. Creedme, no hay mucho más que hacer en Ida Grove. Bueno, sí, a mí me divertía escupirle a las ardillas de Main Street, pero bueno.

martes, 6 de octubre de 2009

Erin Andrews


Ya puede desnudarse tranquila en los hoteles. El vendedor de seguros o lo que fuera que la perseguía y espiaba para intentar grabarla (y conseguirlo) mientras la periodista de ESPN se quitaba la ropa, ha sido detenido. El instintivo hombre de negocios o lo que fuera pretendía (y consiguió) vender luego los vídeos a una página de internet.
El tío tenía como unos treinta años. Iba al gimnasio, digo yo. Estaba borracho, seguro. Decía que no, pero no soltaba los codos de la barra para guardar el equilibrio. Yo solo quería una cerveza. El bar, lleno y los Tar Heels perdiendo.

- Tío, yo voy a ser alguien grande.
- ¿Eh?
- Al entrenador Donahue le pueden dar por el culo.
- Sí.
- ¿A qué sí?
- Claro.
- Un día llegaré a la portada de Sports Illustrated.
- Claro.
- Y me follaré a Erin Andrews.
- Me lo creo.
- Mejor aún... me casaré con ella.
- Seguro.
- Me la follaré y después veremos a los putos Gators ganar la NCAA, ¿qué te parece?
- Cojonudo, tío.
- Por cierto, me llamo Mark.
- Yo Ángel.
- ¿Eingel? ¿Qué coño de nombre es ése, tío?


Ahora, Erin Andrews no temerá que la vuelvan a grabar desnuda, eso sí, millones de Marks seguirán desnudándola, aunque sea con la mente. Soñar es gratis, ¿no? Por cierto, voy a seguir viendo Flashforward, quizás Mark siga soñando lo mismo.

domingo, 4 de octubre de 2009

Raúl Gañán


Hoy ha ganado el Salamanca y Raúl Gañán ha vuelto a ser titular. El bilbaíno tiene ya 35 años y ya casi va para la decena jugando en el equipo charro. Empezó en el filial del Athletic, se vino al equipo de mi ciudad, y de allí se fue al Alavés para volver tras una temporada en Badajoz. Yo no sé si serán muchos los aficionados del Barakaldo que se acuerden de él, han pasado ya once años más o menos, pero yo me acuerdo de sus galopadas por la banda. Hizo una temporada espectacular que le llevó a jugar en Primera División.
Desde el jueves hasta hoy he vivido (claro que es un eufemismo) en el hotel Petit Palace Las Torres de Salamanca, con una habitación que daba a la calle Concejo, a diez pasos contados de la Plaza Mayor. Las obligaciones laborales me dejaron entrar y salir con prioridad por el edificio Anayita y la facultad de Filología, justo en frente de la Catedral Nueva, donde ya había visto al astronauta y al león comiéndose un helado como un año antes. Tres días de callejear de la Rúa Mayor a la Antigua, de la Antigua a la Mayor, de la Plaza Anaya a la calle del Expolio, unos minutos en la casa de Lis, la calle Silencio, el huerto de Calixto y Melibea, y una ruta ya típica por los bares que nos agenciamos por internet, esta vez, el British Museum, el homenaje subterráneo a Gaudí llamado Country y el arrinconado Tun-Tun. Seguro que nos quedamos en turistas y nos perdimos muchas cosas que ver, pero la sensación que queda es que Salamanca es un hervidero de actividad, un vórtice de movimiento juvenil, un laberinto con encanto donde la piedra y el marmol rosáceo se confunden con la cara sonrosada de tanto estudiante extranjero. Y mientras estaba sentado en la terraza del Hernández y Fernández pensaba, ¿igual me encuentro por aquí con Raúl Gañán?
No fue así, pero al llegar a casa, la inercia me ha llevado a mirar qué es lo que hizo hoy el Salamanca. Espero no perder nunca esa extraña ilusión mitad romántica mitad naive que acompaña el descubrimiento de una nueva ciudad. Seguro que no, sobre todo mientras siga abusando del Cvne.