viernes, 2 de abril de 2010

Panagiotis Yannakis


Creo que ahora le dicen Giannakis, pero bueno, como sea. El caso es que ya tiene al equipo en la final four. Y no era fácil, porque parecía tan fácil que era obligado, y también era obligado jugar la final de la Copa de Europa (o champions o como sea) para el Real Madrid de fútbol y no pudo ser.
El equipo de Yannakis es tan impresionante como el del Barcelona de Xavi Pascual. Ganadores natos como Papaloukas o Vujcic, con dos americanos de diferente trayectoria, un veterano como Scoonie Penn que desde que salió de Ohio State, ya ha visitado Serbia, Croacia, Turquía, Ucrania, Italia y Grecia, y un jovencísimo Patrick Beverly, que tras sorprender en las ligas de verano se fue al Dnipro y ganó el concurso de mates del All Star de la liga ucraniana. Y para trabajar, tres griegos del club del minero Stajanov, como Bouroussis, Mavrokefalidis o Glyanadakis. Junto a ellos el talento incontrolable de Schortsanitis, el israelí Halperin, el letal lituano que ya protagonizó grandes momentos con los Nuggets, Linas Kleiza y el ex-Hawks Josh Childress, un acontecimiento el año pasado que defraudó y que este año está haciendo una muy buena temporada. De postre, el talento de unos jóvenes sin vergüenza como Vasilopoulos, Papanikolau y Sloukas, y sobre todo el base con más talento y técnica de europa (esto es mío), Milos Teodosic.
No ganan la Liga de su país desde 1997 pero este año ya han ganado la Copa. Por cierto, ese mismo año de 1997 ganaron su copa de Europa, repitiendo el éxito griego de la anterior, la del Panathinaikos del tapón y de Dominique Wilkins, venciendo, de nuevo, al FC Barcelona en Roma, gracias a un entrenador en estado de gracia, Dusan Ivkovic, y un buen grupo de trabajadores como Tomic, Papanikolau, Sigalas, Fassoulas o Tarlac y el talento del gran David Rivers, que a sus 32 años, el número que llevaba Magic Johnson cuando el debutó en la NBA para darle descanso unos minutillos, dio la mayor satisfacción a la afición griega.
Si no juegan la final ante el Barcelona y dan un gran espectáculo de baloncesto, gane quien gane, será una sorpresa.
Y aquí termino el repaso a una final four que se hará extraña viendo que ninguno de los equipos participantes está entrenado ni por Messina ni por Obradovic.

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