domingo, 30 de octubre de 2011

Margaretha Geertruida Zelle

Siguiendo con mi racha de nombres que no vienen a cuento, ahora encabezo con el verdadero nombre de la famosa bailarina Mata Hari. Condenada por espionaje, la holandesa fue ejecutada, según cuentan, el 15 de Octubre de 1917. Dos años más tarde, y resultando vencedor un vecino de Elgoibar de nombre Juan Muguerza, se disputó la primera edición de la Behobia-San Sebastián.
Y es que de eso íbamos a hablar, porque apenas quedan diez días para que se dispute la edición número cuarenta y siete de esta histórica prueba del atletismo popular y, como ya hemos dicho en este blog, muchos corredores apuran su preparación para disputar los 20 kilómetros que llevan desde la frontera hasta la capital de Gipuzkoa. Entre ellos, muchos pormaratonianos, y, uno de ellos, ejerciendo de Mata Hari practicamente, me pasó ayer dos fotografías de la nueva camiseta. Jugar a descubrir los colores del diseño de la camiseta de la B/SS se convierte en parte recurrente de las conversaciones sudorosas mientras corremos. Y muchos de los que van a participar, ya sabrán cómo va a ser la de este año, porque ya se puede ir a recoger las bolsas del corredor, pero otros aún estarán ansiosos por descubrir los colores de esta edición. Pues nuestra particular Mata Hari, que no baila igual que ella y es mucho más masculino, nos lo ha descubierto:

Ahora, se admiten comentarios, reflexiones, comparaciones y hasta exabruptos varios si alguien lamenta que este blog haya desvelado el diseño antes de daros el placer de descubrirlo vosotros mismos. También podéis comentar la elección del color de la madera para el suelo de la vivienda de nuestro espía, la moqueta ya no está de moda. En fin.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Dave Lombardo

Porque Dave Lombardo, a quien todo el mundo conoce como el batería de Slayer, tocó con Metallica la primera canción de su tercer disco, el Master of Puppets. Porque esa canción se llama Battery. Porque soy un gilipollas al que le van los chistes malos y al decidirme por escribir una batería de noticias me ha venido a la cabeza la canción de Metallica titulada Battery.

Y es que no he tenido mucho tiempo ni muchas ganas de escribir en el blog durante los últimos días y la verdad es que se han producido un montón de noticias que podrían haber tenido cabida en este blog y haber dado lugar a entradas en las que se tratara las mismas no como una simple mención, si no dando lugar a análisis, comentarios o glosas más expansivas, como solía hacer, y me da la sensación que he dejado de hacer. ¿Soy yo solo, o a alguien más le parece que este blog va de mal en peor? No es una encuesta, no hace falta que contestéis. Tengo el día torcido, y me apetece flagelarme. Pero, vamos, a lo que vamos, a la mención y no a la noción. Una battery de noticias que deberían o podrían haber tenido su hueco en este blog y la demora o la desidia no lo han permitido:

- Adiós a Marco Simoncelli.

- Gran victoria de Nueva Zelanda ante una digna Francia, con la noticia posterior de la ridícula sanción a Francia por enfrentarse a la haka de los allblacks. A Thierry Dusautoir le nombraron mejor jugador del año.

- Sergio Canales y Carlos Gurpegui. No era el día para forzar las rodillas en Mestalla. Una larga lesión para el cántabro y toda la temporada perdida para el de Andosilla que ya ha anunciado que esto no es más que otra prueba que superará.

- Serge Ibaka ficha por el Real Madrid. Y David Stern, los propietarios y los jugadores siguen sin ponerse de acuerdo. Los rumores crecen, muchos ya viajan hacia China y Batum debutó, Kirilenko se lució y Rudy curró en la Euroliga. Nuestro vecino de las asics ya vio jugar a Tony Parker en directo. Ahora, los rumores apuntan a Nocioni y Scola volviendo a su país, Nowitzki fichando por el Bayern Munich, Turiaf uniéndose a Parker o el Real Madrid haciéndole una oferta a Marc Gasol.

- Marcus Brown se retiraba. El máximo anotador de la Euroliga se retiró tras un intento de ser entrenador-jugador en Lituania y dejando detrás de sí una de las carreras más exitosas de un jugador americano en Europa. En Málaga le recordarán durante mucho tiempo, y los aficionados al baloncesto no podrán olvidar su carácter ganador (¿quién no recuerda aquella tangana en el túnel de vestuarios en la final contra el TAU?) y su capacidad para anotar. Pero si no os vale con eso, un solo dato: nueve títulos de Liga en cinco países distintos, Francia, Lituania, Rusia, España y Turquía.

- José Vicente García Acosta. El gran capitán del pelotón estatal anunciaba su retirada. El ciclista navarro cerraba su carrera con una conferencia de prensa en la que confirmaba lo que siempre se ha sabido de él: "solo quiero ser recordado como un buen ciclista y un buen compañero." Y eso es lo que ha sido: uno de los mejores gregarios del pelotón y un rodador con clase (dos etapas en la Vuelta a España y una en el Tour de Francia). Será extraño un pelotón sin Carlos Sastre, Iñigo Cuesta, Iñaki Isasi o Chente.

- Y el Bilbao Basket debutó en la Euroliga de la mejor manera posible. Fotsis Katsikaris venció a su maestro, Dusan Ivkovic, y los bilbaínos, liderados por un genial Marko Banic, le ganaron por quince puntos a unos griegos a los que les falta rodaje y donde solo brilló Martynas Genevicius.

- El comienzo de la última jornada vino marcada por la exhibición de Javi Varas, con penal parado y todo.

- ¿Qué le dijo, qué no le dijo, qué escuchó, qué no le escuchó? ¿Serán amigos o enemigos forever and ever Cesc Fábregas y Frederic Kanoute?

- Mehdi Sohrabi, porque el nombre de este corredor iraní ya entrado en la treintena sirve como ejemplo máximo de en lo que se ha convertido los criterios deportivos de la UCI y su afán por revolucionar el ciclismo año tras año. El carrusel de fichajes, alguno imaginario, muchos misteriosos, llevó a que el anuncio de la clasificación por equipos según criterios deportivos haya deparado varias sorpresas. Y una de ellas es la inclusión del Lotto-Ridley entre los quince equipos que consiguen licencia para competir con los mejores. Y el único secreto de que entraran en ese grupo de elegidos es el fichaje del corredor iraní. Un corredor que estuvo apunto de fichar Matxin, luego sonó para todos los equipos franceses, se habló de alguien más, y acabó como compañero de Jurgen van den Broeck y André Greipel. Con todos sus puntos, todos conseguidos en el Asian Tour el equipo belga consiguió entrar entre los más valorados.

- Josean Fernández Matxin no gana para sustos. Y todo el mundo conoce la noticia. Y algunos, según me han contado (y esto no suena muy profesional) porque yo me niego a escucharlo, lo escucharon de labios de José Ramón de la Morena que dio la noticia sin ningún ápice de ética ni rigor periodístico.

- Y, para la última, la sección de prensa rosa, porque ahora resulta que el que dicen que es el secreto del sorprendente líder de Primera división (y sigue siéndolo porque hoy han ganado 3-2 a la Real Sociedad con un gol de falta en el minuto 93), su entrenador Juan Ignacio Martínez, fue guardaespaldas de Isabel Pantoja.


Y el Padrino del doble bombo no pintaba nada en esta entrada, pero nunca está de más nombrarle.

domingo, 23 de octubre de 2011

Abdellah Taghrafet




Efectivamente, como un asiduo dijo la semana pasada, esto parece “pormaratonianos por el mundo”. Y es que mientras el padre del asunto (y primer e histórico ganador de la porma) se cabreaba de celos al vernos a todos ocupados este fin de semana, y se marcaba un entrenamiento de 18 kilómetros a 4:40 el minuto por Lyon (Francia), otro pormaratoniano, precisamente el de la ocurrencia, corría la Media del Mediterráneo en Cataluña y, por último, otro buen puñado de pormaratonianos nos reuníamos en Bilbao a eso de las 9 y media de la noche para participar en la tercera edición de la Bilbao Night Marathon.
Primero, lo objetivo, los tiempos:
Tres pormaratonianos participaron en la Carrera Pirata que consistía en un circuito por Bilbao de siete kilómetros y medio. En concreto, el mejor de los tres fue Oskar, con un tiempo de 36:39 en el puesto 196. Gaxen y Riki, puestos 248 y 249, llegaron a 38:04. Junto con ellos, hubo un cuarto, al que no he llamado pormaratoniano porque no estuvo en la primera edición de la Porma pero que fue bienvenido al grupo y lo celebró con el mejor de los tiempos entre todos ellos: Rubén Rodríguez, alias Ciric, se hizo con el puesto 118 y un tiempo de 34:43.
Los otros tres pormaratonianos nos atrevimos con unos cuantos kilómetros más y nos apuntamos a la media maratón. 21 kilómetros y 92 metros que nos llevaron desde la salida junto al Guggenheim, por el centro de Bilbao hasta cruzar a la orilla derecha, seguir hasta Elorrieta, volver y terminar en el mismo sitio. Otros siguieron, hasta dar otra vuelta y completar así la distancia entre Maratón y Atenas.
Como era de esperar, Jacobo fue el mejor de los tres, con 1:49:06, ocupando el puesto 1138. El tiempo en la pantalla de meta y la cifra oficial es de 1:51:08, pero la misma fuente indica que la marca de tiempo real es la anterior. Mi compañero de entrenamientos, Mitxel, llegó 89 personas después de Jacobo, en el puesto 1228, con un tiempo de 1:52:50, aunque el tiempo real fuera de 1:50:48. Un buen tiempo que seguro que mejora el año que viene. Por último, un servidor, digamos que Holden, necesitó diez minutos más que sus compañeros. Con 2:03:16, y un tiempo real de 2:01:13, llegué en el puesto 1610. Aún así, he de confesar que mi tiempo real no pudo ser más que de unos pocos segundos por encima de las dos horas si tenemos en cuenta que no paré el reloj durante los segundos que pasamos quietos en los embotellamientos de los primeros metros ni cuando aún en el kilómetro cuatro, al pasar por el parque de Doña Casilda y ver un baño público, no pude resistirme a la tentación de pararme a orinar. Eso no me consuela del todo, porque me hice ilusiones de ver mi reloj con menos de dos horas en los números digitales.
Los verdaderos protagonistas de la carrera, eso sí, fueron los ganadores. El ganador de la carrera Pirata fue Gotzon Solaegi con 24 minutos y 10 segundos. En categoría femenina, Itxaso Milara, con un tiempo de 30:23. En la media, el vencedor fue Héctor Carmona, con un tiempo de 1:10:22. En categoría femenina, la vencedora fue Gurutze Frades con 1:22:18. Por último, en la maratón, la primera mujer fue Meseret Terefe Gebretsadik con un tiempo total de 2:53:36, mientras que el ganador en categoría masculina fue el verdadero héroe del día. El marroquí Abdellah Taghrafet, le sacó más de diez minutos a sus compañeros de pódium, Tewodros Zewdu Asfaw y Tadele Kapsay, para acabar con un tiempo de 2:08:21, la segunda mejor marca de la historia en suelo peninsular y la mejor del año, para así poner a Bilbao en el mapa de las maratones más proclives para las marcas más épicas. Verle pasar camino de Elorrieta, mientras yo volvía, fue todo un espectáculo. A falta de cien metros para meta, oí las sirenas que anunciaban que Taghrafet ya iba cruzando Campo Volantín y suspiré. Suspiré al sentir que no sería doblado, aunque fuera por poco.
No me voy a enrollar mucho con la crónica personal. Riki me ha comentado que la Pirata se le hizo dura a la altura de Mazarredo, pero que correr por Gran Vía fue una grata experiencia y que emuló a Kiko llegando a línea de meta. Los tres mediopormarationanos, por nuestra parte, compartimos sensaciones al final de la carrera: mucho cansancio y dolor de piernas. Pero, si les apetece, mis compañeros ya harán sus comentarios aquí. Yo, personalmente, puedo decir que sufrí, que se me hizo largo, eterno, pero que puede que haya aprendido una buena lección para saber más adelante cómo controlar los esfuerzos. Mantuve las indicaciones de los expertos, y bebí, y hasta comí, en todos los avituallamientos, menos en uno, y lo sufrí. Fui bien en toda la primera mitad, sabiendo que podía apretar un poco más, aunque no quería. Salir del centro, abandonar Deusto y llegar a Elorrieta entre la oscuridad, se me hizo largo y costoso. Al volver, el frío del agua que me vertía al beber y el viento de frente, me revolvió el estómago y me temblaban el cuerpo. Pero me veía con fuerzas y confiaba en bajar de las dos horas. Eso sí, perseguía los carteles con desesperación, buscando que los kilómetros bajaran. Por debajo del puente Euskalduna, camino de Campo Volantín, en torno al kilómetro 17, empezó mi calvario. Las piernas se me endurecieron de manera repentina, me tiraban los gemelos, el estómago se me hinchó y dejé de adelantar a gente para empezar a ver cómo me adelantaban a mí. A la altura del ayuntamiento, me vine abajo del todo. Pensaba que no llegaba, soñaba que tenía que cruzar un puente antes que el del Arriaga, seguía a espasmos, empezaba a intentar aceptar la idea del fracaso. Pero seguía. Seguía, y crucé el puente, y torcí en dirección contraria, y creí que me sentía mejor, y pensé que aún podía bajar de las dos horas, y apreté y vi que no podía, y frené, y volví a apretar, y juro, y no quiero ponerme melodramático, que por un momento todo lo hacía por inercia. A menos de cien metros, cuando escuché de lejos a aquel tío gritando ¡media! y apuntando a la derecha, apreté los dientes, cerré los ojos, y empecé a esprintar como si no acabara de correr veinte kilómetros. Así llegué a meta para intentar consolarme por no haber hecho realmente lo que creía que sería capaz de hacer.
Se pueden contar más cosas, pero esto empieza a alargarse demasiado, casi tanto como la carretera, y aún tengo sed, ando cansado y tengo sueño, la verdad, así, sin más, para dar pena. Una buena experiencia esto de mi primera media, pero dura. Ahora queda volverlo a repetir y, quién sabe, quizás algún día, me atreva a dar dos vueltas, aunque, ahora mismo, lo veo difícil. Todo es entrenar, dice Mitxel. Ya veremos. Por ahora, a descansar un par de días y, en breve, volver a la exigencia porque en nada, llega la Behobia. Si repito esta media, mejoraría en un par de minutos mi marca del año pasado, aunque intentaremos hacerlo mejor. Eso sí, lo importante, como siempre, es participar y disfrutar. Enhorabuena a todos los que lo hicieron este sábado por la noche.


Y la esperada foto del delito:



jueves, 20 de octubre de 2011

Thomson Cherogony

Este año no sé si el keniata participa, pero yo sí. Ahora, él apenas superó la hora cuando pasó por la media, y después siguió corriendo hasta completar los 42 famosos kilómetros con sus 195 metros de postre. Yo, no. Yo me pararé cuando llegue a los 21 kilómetros, con sus 97 metros de postre.

Ya se acerca el día. El sábado, a eso de las 9:30 de la noche, y si no hay ninguna noticia desagradable hasta entonces, allí estaremos, cerca del Guggenheim de Bilbao, con nuestras zapatillas caladas y la tensión en los puños. Yo estoy nervioso. Es la primera vez que me voy a enfrentar a una cifra que me merece mucho respeto. Lo sé, los que saben me dicen que la Behobia es más dura y ya la corrí el año pasado, pero cada uno tiene sus sensaciones y sus temores, y los lleva como puede.

Tengo la sospecha de que he mejorado a peor. Me explico: en los últimos meses he entrenado bastante, mi ritmo de carrera ha mejorado, y mucho. He rebajado en más de treinta segundos los parciales por kilómetro que hacía antes en los entrenamientos, tanto en los exigentes como en los que no lo son. Me veo más fuerte y más seguro, pero menos sólido. Puedo comenzar siempre con una carrera explosiva, por encima de mi ritmo y cada vez la alargo más, pero eso me ha llevado a que he perdido destreza para carburar, para templar, para dosificar. Hasta ahora todas las carreras que he corrido se han distinguido porque siempre he llegado a meta con la sensación de que podía haber ido más rápido. Soy prudente, guardo al principio, a veces demasiado, y aprieto al final, a veces mucho, depende de lo que haya reservado al final. Pero, ahora, parece que he perdido esa cualidad. La inercia y la emoción de ver que tu zancada puede ser más rápida y efectiva, me hace perder la perspectiva, la noción de la distancia. El miércoles, es decir ayer, hice mi último entrenamiento serio antes del sábado. Hoy no podré salir y mañana solo trotaré un rato acompañado de nuestro compañero M. En mi último entrenamiento, salí convencido: no corras, recula, disfruta, el rollo es hacerse kilómetros y volver a recuperar la sensación de que sabes calcular. Al principio parecía que sabía hacerlo, e iba ligero y ágil. Pero cuando quise darme cuenta mi ritmo había subido demasiado, pero mi cuerpo lo aceptaba y no podía rechazarlo. Como era muy tarde y no había mucha luz, había cambiado de recorrido, así que no sabía cuantos kilómetros llevaba y no quería mirar el reloj. Por tozudez, me obligué a frenar, pero enseguida me podía la inercia, y para cuando miré el reloj, calculé que llevaba unos siete kilómetros, empezó a llover, torcí en dirección a casa, y empezó a temblarme la resistencia. La caja empezaba a fallar, la espalda se encorvaba, temía que se empinara un solo grado la carretera. En un kilómetro, las sensaciones cambiaron por completo y empecé a pagar el ritmo anterior. Al final, acabé apretando los dientes y esprintando con ganas, pero apenas había hecho 600 metros más después de cumplir los 12 kilómetros, y la sensación final y general era que, definitivamente, había perdido mi principal cualidad como patético corredor de fondo popular: el sentido común.

En fin, ésas son mis malas sensaciones. Además de que me pinchó un poco la rodilla izquierda. Las buenas son que sí, que la Behobia es más dura y la terminé esprintando y bajando de las dos horas, que para mí era un logro. Las buenas son que sí, que he ganado en resistencia, si antes me sentía mal paraba mucho antes, me venía abajo rápido, ahora el fondo me arrastra por unos cuantos kilómetros más. Las buenas son que sí, que sé que luego siempre doy un poco más. Y las buenas son que sí, que tengo ganas de verme ahí, de ponerme contra las cuerdas, de superarme, de llegar a meta y sentirme a gusto conmigo mismo, orgulloso de seguir una zancada más, sin parar. Ésa es la única sensación que busco cuando corro, una sensación que tiene una doble repercusión con respecto a los momentos del día en los que no corro: por un lado, sirve como de sortilegio, de purificacción, por otro sirve como de lección, como de proyección. Corriendo parece que alivias tus penas, desconectas, pero quieto parece que aplicas las lecciones que tu cuerpo te enseña mientras corres.

Ah, y por cierto, otra mala sensación que suena a risa: no entiendo el mapa del recorrido. Así que empezamos bien. Pero ya me lo explicarán. Y, si no, me dejo llevar. Lo dicho, el sábado estaremos allí, saldremos más tarde que Cherogony, si es que corre, y esperemos llegar antes que él aunque con 20 kilómetros menos en las piernas. Y, después, lo celebraremos por todo lo alto, con un experimento arriesgado: ¿cómo tolerará la cerveza nuestro cuerpo después del esfuerzo? Publicaremos los resultados por el bien de la ciencia.






martes, 18 de octubre de 2011

Gustavo Lionel Siviero

"El Pájaro" Siviero no sabe ni por qué le llamaban así. Dicen que se parecía a alguien que tenía ese apodo, así que se quedó con él y sin saber a quién se parecía. Empezó a jugar al fútbol en Argentina, en el Colón Santa Fé. Tuvo que emigrar a Colombia, al América de Cali para regresar con credenciales a Argentina. Antes de hacerse el petate e intentarlo en Europa, Siviero jugó en Argentina con San Lorenzo, Newell’s Old Boys y Lanús. Entonces, saltó el charco. Y saltó el Mediterráneo para jugar en la Liga española con el Mallorca. El de Laguna Pavia tenía ya 29 años y llegaba a Mallorca acompañado de otro compañero de Lanús, Ariel Ibagaza. Además, en la isla se reencontraba con Carlos Roa, antiguo compañero en Lanús, que había hecho el mismo viaje el año antes y acompañado por Óscar Mena, con el que ya no coincidiría en Mallorca porque se fue ese verano al Atlético de Madrid. También andaban por allí, claro, Gabi Amato o Héctor Cúper, del que después llegaría a ser segundo entrenador en equipos como el Betis o el Parma. Fue el Mallorca de los títulos y Siviero se quedó con el balón de la final de la Recopa para regalárselo a su mujer que andaba embarazada. Con 33 años, marchó al Albacete, donde volvía a coincidir con Roa. Ambos fueron fundamentales para ascender a primera después de siete años de ausencia de los macnhego en la Primera división. Sin embargo, el argentino no disputaría muchos partidos y decidió volver a Colón, donde colgó las botas.
Siviero aprovechó sus primeros y buenos años en Mallorca para llamar la atención del por entonces seleccionador argentino, Marcelo Bielsa. En 1999 fue convocado para un amistoso contra Holanda, pero no debutó y ya no le volvieron a convocar.
Desde que se retiró, Siviero estuvo haciendo labores de entrenador dentro de la cantera del Mallorca pero el año pasado, y tras la marcha de otro exjugador del Mallorca, Goran Milojevic, tomó las riendas del Atlético Baleares.
Milojevic anda ahora entrenando en Eslovaquia y Siviero triunfa en el histórico equipo balear.
El equipo es líder con 21 puntos. Han ganado seis partidos y empatados tres. No han perdido ninguno. Llevan 16 goles a favor y 6 en contra.

El Atlético Baleares, y creo que ya lo he dicho antes, es un equipo histórico. Excepto algunos años que disputó en la regional, siempre ha competido en la Segunda B y la Tercera división, de cuyo grupo ha sido campeón en once ocasiones. Fundado en 1942, aunque sus orígenes se remontan a 1904. Juegan en el vetusto Estadio Balear, con una capacidad para 18.000 espectadores. Visten de blanco y azul. En algún foro, he leído como se considera que el At. Baleares es el equipo del pueblo y de la izquierda. Incluso en la wikipedia, se lee lo siguiente: “tradicionalmente ha estado asociado a las clases trabajadoras de la ciudad.”
El club, al parecer, pasó por muy malos momentos no hace mucho. Se temió, incluso, por su supervivencia. La llegada de un nuevo presidente, Fernando Crespí, le dio aire al club. Según he podido leer, Crespí reflotó el club gracias a la ayuda económica de Matthias Kühn, un adinerado hombre de negocios alemán que reside desde los años ochenta en Mallorca. Es dueño de muchas propiedades en la isla y dicen que novio de Norma Duval. Algunos ponen en duda la legalidad o moralidad de sus negocios, pero yo no tengo los datos para corroborarlo ni he tenido el tiempo de acceder a más fuentes.
De todas formas, parece que Kühn ha dejado el club tras la renovación del mandato de Crespí como presidente. Crespí se propuso y logró convertir el club en sociedad anónima deportiva y lo ha hecho, en parte, gracias al apoyo económico de otro hombre de negocios muy conocido en la isla: Bartolomé Cursach. Cursach es un magnate del ocio nocturno, al que, ya allá por 2003 el diario El País le dedicó un artículo con el título de “un magnate misterioso.” Cursach es dueño de Inverfútbol, una empresa que lleva la representación de varios futbolistas. En su día llegó a ser dueño y presidente del Mallorca.
Con la inyección de dinero y las ambiciones deportivas, la nueva junta se propuso darle buenas cartas a Siviero para que ganara la partida del ascenso. Intentaron fichar a Ariel Ibagaza, pero no pudo ser. Aún así, el Atlético Baleares tendrá probablemente una de las plantillas más fuertes, si no es la más fuerte sobre el papel, de toda la Segunda B. Un rápido repaso no deja lugar a dudas:



Brayan Angulo, defensa colombiano, ex del Dépor y del Rayo.
Javier Dorado, ex del Real Madrid, Salamanca, Spórting, Rayo o Mallorca.
El portero francés Nicolás Bonis que jugó en el Alavés o el Pontevedra entre otros.
El brasileño de la cantera del Fluminense, Thiago Benevides.
El antiguamente prometedor exdelantero del Betis, Dani, que también jugó en Cádiz, Elche o Recre.
Otro delantero andaluz que fue promesa, Antoñito, que hace poco volvió a primera con el Xerez, y ha jugado también en Murcia, Recreativo o Sevilla, con este último también en Primera, donde también jugó con el Sevilla y el Rácing. Se le conocía, si no me equivoco, como el Romario del Polígono.
José Jesús Perera, jugador en Primera y Segunda, donde fue pichichi. Ha pasado, entre otros, por Mallorca, Celta, Elche, Rayo o Albacete.
David Sánchez, el sevillano que deslumbró en el Barça B de Sergio García y Andrés Iniesta. Aunque no llegó tan alto como estos, calidad no le faltó nunca, y, a menudo, a raudales. Acabó jugando en Albacete, Alavés, Gimnastic, FC Timisoara en Rumanía, Castellón y Elche.
Biel Ribas, otro portero. Debutó con el Espanyol en Primera. También jugó con el Lorca y el Salamanca.
El riojano que fue titular con Osasuna, José Izquierdo. También jugó en el Gimnastic y el Logroñés.
El senegalés César Diop que además de jugar en categorías inferiores de Francia ha jugado en el Gimnastic y el Lorca.
Además de esto tienen a tres nigerianos, un andorrano, otro francés y un argentino.

Estoy convencido de que con estos jugadores y con el resultado que están dando hasta ahora, la afición del Atlético Baleares estará bien contenta e ilusionada. No sé qué opinarán a cerca del cómo más que del qué, aunque, probablemente no se podría hacer el qué sin el cómo, como no me entiendo ni yo mismo, pregunto, ¿el qué? Pero yo creo que sí se entiende. Habrá diversidad de opiniones, supongo. En cualquier caso, como ya explicaba, esta entrada solo nace de la curiosidad y es hermana de la anterior. Me sorprendió ver a Siviero entrenando en Segunda B y más me sorprendió aún ver el elenco de jugadores que se habían reunido para jugar en el Estadio Balear. Pero ya está, los juicios, incluso los sumarios, se los dejamos a otros.

lunes, 17 de octubre de 2011

Hristo Vidakovic




Él el primero porque así lo ha querido la diosa fortuna. Voy a hacer otra de esas entradas que demuestran que me gusta perder el tiempo. Otro ejercicio de curiosidades sin mucho fuste ni utilidad. Cuento el contexto y paso al contenido. Esta mañana estaba tomando un café y he cojido el primer periódico deportivo que tenía a mano. A falta de interés en otras noticias, me he puesto a curiosear los resultados de la Segunda B, ya que, desde que el equipo del que soy socio descendió, no la hago mucho caso. El caso es que se me ha ido la atención a los nombres de los entrenadores que venían en negrita y mayúscula justo debajo de las alineaciones. Y me han empezado a sonar nombres. Nombres que me sonaban a... álbum de cromos. Nombres de los tiempos lejanos, de las decadas de los ochenta y los noventa, cuando te dejabas la paga en comprar cromos que luego pegabas con dedicación en un álbum al que venerabas con una pasión infantil y entrañable desde esta perspectiva. Son nombres de antiguos jugadores que ahora se empeñan en ser entrenadores profesionales y buscan su oportunidad en las categorías inferiores. El caso es que como no tenía muchas ganas de meterme en el Dia a hacer las compras, he ido apuntándolos en el móvil, y luego cuando al final he salido del Dia y he subido a casa y he colocado cada cosa en su sitio, me he puesto a hacer una lista y a buscar los currículos de esta gente. A mí me parece curioso, a otros les parecerá una estupidez, pero, al fin y al cabo, ésta que sigue es la lista que me ha salido. He copiado el nombre del entrenador que antes era jugador y a su lado he puesto el nombre del equipo que ahora entrena, todos de segunda B. A renglón seguido, he buscado cuáles fueron los equipos en los que jugaron cuando se vestían de corto, para cerciorarme. Quizás haya otros, pero ya digo que mi búsqueda ha sido caprichosa porque es personal y el único criterio ha sido mi memoria sentimental. Por cierto, hay uno al que no nombro porque le voy a dedicar una entrada a parte. Al descubrirlo, me he dejado llevar por la curiosidad, he rebuscado más, y al final ha salido material para una entrada única.


En cualquier caso, ahí va la lista.


Hristo Vidakovic en el Betis B
Jugó en su país, en el Sarajevo, en el Estrella Roja, el Betis, el Osasuna y el Poli Ejido
Santi Castillejo en el Reus
Delantero navarro que comenzó en el Tudelano, pasó al Osasuna, Alavés, Numancia, Castellón, Gimnastic, Conquense, Leganés, Reus y Villafranca del Penedés. Por cierto, creo que es el máximo goleador histórico de la Segunda B.
Luis Elcacho en el Spórting Mahonés
Hizo toda su carrera en el Oviedo hasta que marchó al Lleida en Segunda división.
Miquel Soler en el Mallorca B
El Nanu fue internacional con España y con la selección de fútbol playa. Ya hemos hablado de él en este blog por la cantidad y calidad de los equipos con los que jugó en Primera División: Espanyol, FC Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla, Real Madrid, Zaragoza y Mallorca.
Víctor Manuel Torres Mestre en el Badajoz
Llegó a entrenar con el Barakaldo cuando ya era veterano y buscaba equipo, pero no cuajaron las negociaciones. Salió de la cantera del Real Madrid para jugar luego en Logroñés, Espanyol, Girondins en Francia, Alavés, Betis, Varzim portugués y Spórting Mahonés.
Vicente Mir en el Valencia Mestalla
En primera, llegó a debutar con el Valencia. En segunda, con el Palamós y el Valencia Mestalla. En Segunda B, con Elche, Alcoyano, A.D. Mar Menor, Yeclano y Benidorm. En Tercera, Benidorm y Villajoyosa.
Asier Garitano en el Orihuela
Bilbao Ath, Eibar, Cartagena, Cádiz, Real Unión, Gavá, Rácing de Ferrol, Burgos, Alicante y Benidorm han sido los equipos por los que pasó el de Bergara.
Juan Eduardo Esnáider en el Real Zaragoza B
Su carrera es conocida, pero la listo: Ferro Carril Oeste, Real Madrid, Zaragoza, Atlético de Madrid, Espanyol, Juventus, Oporto, River Plate, Ajaccio, Murcia y Newell’s Old Boys. Este año, ya sabemos todos por qué se le volvió a nombrar en prensa.
Luis García Tevenet en el San Roque de Lepe
Tras empezar en el Sevilla, pasó por el Zaragoza, Atlético de Madrid B, Las Palmas, Poli Ejido, Algeciras, Lleida y Orihuela.
Jordi Vinyals en el L’Hospitalet
Jugó en el Barça B, Sabadell, Castellón, Betis, Oviedo, Villarreal, Figueres y Terrassa. Yo, sobre todo, le recuerdo en el Oviedo.
Luis de la Fuente en el Alavés
Acaban de cesarle en Gasteiz. Hizo su carrera en el Athletic campeón de liga, el Sevilla y el propio Alavés.
Manolo Zuñiga en el Puertollano
De allí es y allí empezó, para luego pasar al Espanyol, Cádiz, Sevilla, Sabadell y Écija. Fue internacional sub21.
Roberto Olabe en el Real Unión de Irún
Empezó en el Mirandés, se fue al Alavés, fichó por el Salamanca y acabó jugando en la Real Sociedad un par de partidos.
Asier Intxaurraga en el Amorebieta
Siempre en clubes modestos pero con un bagaje muy viajado. Empezó en la Cultural de Durango, pasó al Arenas de Getxo, jugó en el Barakaldo, y más tarde en el Eibar, Las Palmas, Málaga, Elche y Albacete.
José Ángel Ziganda en el Bilbao Athletic
Todos sus goles fueron para el Osasuna y el Athletic. Llegó a ser internacional absoluto.
Félix Sarriugarte en el Oviedo
Jugó en el Athletic, Oviedo, Las Palmas y Gramanet. Llevaba cinco años sin entrenar desde que no triunfara su fulgarante carrera hasta el banquillo del Athletic.
Ramón Calderé en el Palencia
Empezó en el Alcalá pero también jugó en el Barcelona, Valladolid, Betis y Sant Andreu. Yo, de otra generación, le recuerdo por sus años en Segunda B y aquella fase de ascenso entre el Sant Andreu y el Lugo que tuvo como protagonista a Japón Sevilla.
Claudio Barragán en la Ponferradina
Levante, Ceuta, Elche, Mallorca, Deportivo, Salamanca y Elche. Pero, sobre todo, se le recuerda por formar delantera en la época del SuperDepor de Arsenio Iglesias. A ver si me sale: Liaño, Nando, Albistegi, Ribera, López Rekarte, Fran, Mauro Silva, Djukic, Aldana, Claudio y Bebeto. ¿Está bien? ¿Podía ser esa la alineación de cabecera del SuperDepor?
Balta Sánchez en el Salamanca
Que yo sepa, hizo principalmente su carrera en el Salamanca.
Imanol Idiakez en el Guijuelo
El hermano de Iñigo Idiakez no llegó tan arriba como él, pero hizo carrera en las categorías inferiores y ahora intenta hacérsela en los banquillos: Sanse, Beasain, Avilés, Linares, Ciudad de Murcia, Girona, Reus y Burgos
José Alberto Toril en el Real Madrid Castilla
Empezó en el mismo equipo que ahora entrena, el Real Madrid B, y luego se fue al Celta, Espanyol, Extremadura, Albacete, Rácing de Ferrol y Numancia.
José Rojo "Pacheta" en el Oviedo
Como futbolista jugó en el Numancia, en dos épocas, el Burgos, Atlético Marbella, Mérida y Espanyol, donde lo entrenó Bielsa como recordaba el argentino hace unos días.
Josip Visnjic en el Alcalá
Jugó, entre otros, en el Radnicki, Partizan, Mérida, Rayo Vallecano y Hércules.
Milinko Pantic en el Atlético de Madrid B
Empezó en el Partizan, se fue a Grecia a jugar en el Panionios, triunfó en el Atlético de Madrid, machó al Le Havre y y terminó otra vez en el Panionios.
Ángel Merino en el Osasuna B
Centrocampista que empezó en el Leganés, jugó en Primera en el Osasuna, y luego marchó al Celta, Las Palmas, otra vez Leganés, Burgos y Ceuta.
Meho Kodro en la Real Sociedad B
Aún añorado en Donostia. Empezó en Velez Mostar, fichó por la Real Sociedad, se salió y se marchó al FC Barcelona, para luego terminar su carrera en Tenerife, Alavés y Maccabi Tel Aviv.
Quique Setién en el Lugo
14 temporadas en primera con Rácing, Atlético de Madrid y Logroñés. Según cuentan, Jesús Gil se refería a él cuando habló de lo de “con alevosía y nocturnidad”.
Antonio Calderón en el Tenerife
Centrocampista que jugó en el Cádiz, Mallorca, Rayo y Lleida, antes de emigrar a Escocia, donde jugó en Airdrie United, Kilmarnock y Raith Rovers. En este último, empezó su carrera como entrenador.
Manolo Sánchez Murias en el Spórting B
Comenzó en el Spórting, pasó después al Celta, Osasuna, Córdoba, Numancia, Tenerife y Rácing de Ferrol.
Manolo Alfaro en el Toledo
Delantero que llegó a tener su renombre en equipos como Alcalá, Atlético de Madrid, Valladolid, Hércules, Villarreal y Murcia.



Una cosa que me sorprende después de haber escrito todo esto es la capacidad migratoria de los profesionales del deporte. Aunque los viajes se puedan hacer en tren y sin salir del país, entre todos, no sé si habrá quedado alguna comunidad autónoma sin nombrar. Ya más tarde, si eso, hablo del último que me ha sorprendido esta mañana y a cuyo club he decidido dedicarle una entrada completa.

Sam Warburton




Coloquialmente, to go for a burton, en inglés, significa irse al carajo. La guerra se le fue al carajo a Sam Warburton a los 18 minutos de las semifinales del Campeonato del Mundo de rugby cuando placó de manera agresiva al francés Vincent Clerc. A sus 23 años, Warburton ya es el capitán de la selección de Gales y todo un veterano, pero en semifinales fue protagonista por una acción que no le resultó tan positiva.
Creo que fue el viernes cuando recibí un correo de nuestro amigo y vecino el de las asics que me venía a preguntar si estaba siguiendo el mundial de rugby y que si lo estaba haciendo tenía que escribir una entrada sobre las semifinales y colgar el vídeo de ese placaje porque era impresionante. Nuestro vecino, como sabéis, se está haciendo las galias, y se está dejando empapar por la cultura deportiva de nuestros vecinos: además del rugby, el tío se va a ver al Villerbaune en baloncesto y ya visitó el campo del Olympique de Lyon. Le contesté diciéndole que igual esperaba a que se resolviera la siguiente semifinal. Y eso he hecho. Pero nuestro vecino tenía razón, el placaje es impresionante y merece la pena ver el vídeo. No entro en la polémica de si Warburton se merecía la roja o no, porque soy bastante iletrado en esto del rugby. Y aquí respondemos a la pregunta, ¿he seguido el Mundial? Pues sí, pero muy por encima. En parte, gracias a un habitual del blog, mi compañero de entrenamientos, que me mantenía al día de vez en cuando. También he hecho mi propio seguimiento, pero he de confesar que mi pasión por el rugby siempre se queda a medio camino. Es un deporte que me atrae y me repele al mismo nivel. Y repulsa quizás no sea la palabra más adecuada, y sí pereza. Tengo cierto recelo a entender el juego porque me cuesta, pero siempre digo que me lo voy a proponer porque me apetece, pero nunca acabo por hacerlo. Es un deporte que requiere cierto compromiso por parte del aficionado. No te puede gustar a medias, debes comprometerte, tener los ojos abiertos, hacerte preguntas, tomar decisiones. Y eso a veces da pereza, pero la pereza es mala. También confieso que siento una admiración profunda por la capacidad física de los jugadores de élite. Su porte me parece impresionante. Tan impresionante como el de los ciclistas o los maratonianos, pero de una manera completamente distinta.
Hecha toda esta digresión, sí, Francia accedió a una final en la que ganó su rácana defensa, según he leído, para aprovechar un resultado muy corto que los galeses no consiguieron voltear. El experto del diario As para el mundial de rugby es contundente: dice que esta selección de Francia ganaría el mundial de manera "lícita pero injusta" y que en semifinales demostró su "perfil más mezquino". He copiado lo que él escribió aunque le he cambiado el género a los dos primeros adjetivos, pero todo lo podéis leer en su crónica del 16 del 10 de 2011. Este cronista, de nombre Fermín de la Calle, distingue entre dos corrientes tradicionales de rugby en la tradición francesa, y que él llama el Rugby Champagne y el Rugby Rambo. Al parecer, la primera se destaca por un rugby mucho más vistoso, desarrollado y completo, mientras que la segunda versión apuesta por un juego más resultadista, defensivo y práctico. El adalid de esta segunda tradición sería el seleccionador nacional francés, Marc Lievremont, que ya sabe que aunque gane el Mundial, Mundial que repite la final de la primera edición y que propondrá ecos de venganza tras aquel partido de hace ya una década entre ambas selecciones y que mucha gente señala como uno de los mejores partidos de rugby de la historia, será sustituído por Phillipe Saint-André al que, según el mismo cronista, se le puede relacionar con la otra tradición. El caso es que los franceses han accedido a la final no sin polémicas y escisiones entre la afición y los propios miembros de la selección. Para ponerle la guinda, el propio Lievremont se salió ayer con unas declaraciones rotundas al decir que sus jugadores son irresponsables y malcriados y que parte de la culpa de los problemas que han tenido durante estos años se deben a esa actitud. Todo esto porque después de las semifinales de rugby alargaron el tercer tiempo hasta altas horas de la madrugada.
En el otro lado, los elogios llegan para el juego de los allblacks que se deshicieron de los wallabies para acceder a una final a la que estaban obligados a llegar ya que el Mundial se está disputando ante su público. Otros cronistas que no son el del As me han dejado leer que el juego de los australianos fue decepcionante, que los locales Aaron Cruden y Piri Weepu llevaron el peso del partido, que los neozelandeses pudieron haber conseguido una victoria más contundente si hubieran acertado con los golpes de castigo y que con esta victoria consiguieron vengarse del seleccionador australiano y de Quade Cooper que juega con Australia aunque nació en Nueva Zelanda.
Ahora quedan dos cosas. Una, colgar el vídeo del famoso placaje y eso no va a poder ser, la federación internacional de rugby ya se ha encargado de denunciar el uso de esas imágenes en internet porque son de su propiedad. A cambio, os tendréis que conformar con unas pocas fotos que cuelgo al final. Dos, esperar hasta el próximo domingo cuando la ciudad de Auckland, si no me equivoco, vivirá la final entre gallos y all blacks y decidirá el campeón mundial de rugby. 24 años lleva esperando un país que se desvive por este deporte y que ya se ve como ganador por segunda vez en su historia. En 1987, año de la primera edición, los all blacks ganaron en la final a Francia. Desde entonces, se han disputado otras cinco ediciones que han ganado, consecutivamente, Australia, Sudáfrica, Australia de nuevo, Inglaterra y Sudáfrica una vez más. Según cuentan algunos expertos, el verdadero escollo para ganar el título era Australia. Una vez conseguido, la afición neozelandesa espera con ganas la llegada del próximo domingo cuando en su país esperan celebrar dos cosas: el día del trabajador y el campeonato del mundo de rugby.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Juan Arango


Ésta ya es una noticia de ayer. Y ayer quise haberla escrito, casi el primero, casi de madrugada, cuando me levanté temprano para desperezarme antes de ir a correr con mi compañero de retos. Pero como estaba en pleno proceso de desperezamiento, me dio pereza, y no la escribí.
Ahora ya es tarde, ya es una noticia antigua, de hemeroteca, conocida por todos. Ya le han felicitado por twitter, ya le han dedicado un espacio en todas las versiones digitales, ya han colgado su video en el youtube que yo voy y cuelgo ahora también. Aún así, la he escrito. La entrada, digo. Y la escribo por dos razones. Una, porque tengo que llenar con algo los veinte minutos que me quedan antes de ponerme a trabajar y no quiero fumar. Tengo muchas ganas, pero no quiero fumar. Dos, porque me alegro un montón por él. Amorebieta siempre me ha parecido un jugador misterioso. Quizás no tenga ningún misterio, pero parece emanar cierta oscura incertidumbre. Apenas habla para la prensa, porque él mismo se vetó. En el campo es un jugador excitado más que excitante, furibundo, de los que llaman expeditivos. Te pones nervioso cuando le ves correr para cerrar a un rival. Pero sus buenas actuaciones nunca son suficientemente subrayadas. A veces, porque él les pone la mácula con algún exabrupto. Otras veces, por la inercia del defensa, porque el fútbol que se ve se juega, como dice César Ortuzar, en las zonas erógenas, y, a veces, se nos olvida lo que ocurre después del sexo, lo que permite el sexo, eso no lo vemos. Así parece en el campo, eso trasmite. Otros jugadores son más plásticos, más trasparentes, o simplemente aparecen más en televisión. Sobre Amorebieta solo tenemos interpretaciones, gestos, vaguedades.
Igual que todo el mundo jugó a interpretar su decisión de jugar con Venezuela. Nació en Venezuela por razones laborales de sus padres. A los dos años, ya estaban de vuelta. Lo que él tenga de venezolano no es cuestión interpretativa de nadie. Pero se interpreta. Yo mismo lo interpreto. Creo que no tiene nada de venezolano, pero ha decidido jugar con su selección y yo lo aplaudo. Tiene 26 años ya casi si no los ha cumplido ya, y aunque ha estado cerca, nunca ha llegado a debutar con la selección nacional de España. Vicente del Bosque, con su propio criterio y su derecho, ha optado por otras opciones y Fernando Amorebieta, ansioso por vivir la experiencia del fútbol internacional de selecciones, decidió jugar con Venezuela porque legalmente tenía derecho. Así es como lo interpreto yo, como lo entiendo y como lo aplaudo, porque no dudo del compromiso de Amorebieta con el colectivo, sea más o menos venezolano que Boris Izaguirre. Además, nuestra identidad personal no está sujeta a un pasaporte o a una partida de nacimiento, nos definen tanto nuestras raíces como las rutas que tomamos para alejarnos de ellas. Somos donde estamos pero también donde estuvimos, y de dónde vinimos y a dónde vamos. Y esos viajes y esas estancias no son solo físicas, también pueden ser virtuales, incluso telemáticas, y, por supuesto, futbolísticas. Amorebieta le dio una alegría inmensa a todo un país, rubricó la buena decisión que tomó y manifestó con su ejemplo que nuestras identidades cada día son más complejas y más intrincadas.
Por eso he acabado por escribir la entrada. Por eso y porque ahora solo quedan ya cinco minutos y he estado los otros quince sin fumar. Me voy a trabajar.



Posdata: Sé que es triste, pero es así, me pongo en evidencia. Ya sabéis todos que sigo con el empeño de no repetir nombre en este asunto de encabezar entradas. Hasta que llegue el día en que sea irremediable. Esta entrada se ha pasado publicada como medio día, y ahora voy y le cambio el título. ¿Por qué? Porque me he dado cuenta de que a Fernando Amorebieta ya le dedique un encabezamiento. Que es triste, un empeño un poco ridículo, lo sé, lo sé, pero todo el mundo lleva a cuestas su sambenito y este es el mío en lo que concierne a mi práctica bloguera. Así que ahora le regalo la titulación a Juan Arango, estrella de la vinotinto, que fue quien sacó el córner y le puso el balón en la cabeza al de Abadiño. El de Maracay, por cierto, sigue jugando en Alemania si no me equivoco e, igualmente, sigue siendo el segundo goleador en la historia del Mallorca. Ahora, le toca otro galardón aún más relevante: encabezar una entrada de crónica deportiva, ¿que no?, aunque sea por la lesión titular de un compañero, me entendéis.

lunes, 10 de octubre de 2011

Douglas Coupland




Creo, sin ser sincero, que a Douglas Coupland le haría gracia esto. Creo, sin ser muy cierto, que fue Coupland el que describió la ironía como la capacidad de mantener dos ideas opuestas al mismo tiempo.

Corrígeme si me equivoco: ¿no estás a veces en el puto trabajo y solo piensas en marcharte de vacaciones? Pero luego estás de vacaciones y... ¿no piensas en que estás cansado del ocio y del vicio y echas de menos la rutina? ¿No estás en un sitio y quieres estar en otro? ¿No te vas al otro y echas de menos de donde venías? ¿ No vives la paradoja?

A Coupland le haría gracia esto, creo, sin ser consciente, nombrarle para hablar de un equipo de Tercera División. Pero es así: llevamos ocho jornadas de esta nueva temporada. El club del que soy socio lidera la tabla. Seis victorias y dos empates: invictos. 16 goles a favor que hemos celebrado, tres goles en contra que hemos sufrido. Todo es de un color de rosa fucsia que se difumina, que se vuelve mate, gris, vago, cuando recuerdas que estamos en la tercera división. Después de más de veinte años soñando con ascender, descendieron de categoría. Y, ahora, somos líderes, no hemos perdido, hemos metido trece goles más que los contrarios, jugamos al fútbol, disfrutamos en nuestro campo, acabamos aplaudiendo y no solo para reconfortarlos/nos. Y, sin embargo, las sonrisas siempre parece que son truncadas. Se vive todo con un cierto aire de complacencia dolorosa. Dos sentimientos opuestos al mismo tiempo. Quiero y no quiero estar en la Tercera División. Creo, sin ser muy listo, que a Douglas Coupland le quedaría bien ser socio del Barakaldo Club de Fútbol.

domingo, 9 de octubre de 2011

Niv Berkowitz

Que los hijos salgan tan buenos como los padres, especialmente cuando los padres han sido muy buenos, es difícil. Y lo sé, no hay por dónde coger esta frase, pero es así. Y no me voy a poner a dar ejemplos. Bueno, sí, uno, de baloncesto, pero es solo una disculpa.
Niv Berkowitz tiene 26 años ya. Despuntó en edad juvenil y le reclutaron para Marquette, pero no duró mucho. Sentía nostalgia de su país y se volvió. Desde entonces, ha jugado en varios equipos de la primera división israelí y ha sido internacional absoluto. Pero le será muy difícil emular a un padre que es toda una leyenda en su país. Alguien que consiguió más de 35 títulos nacionales en algo más de una docena de temporadas profesionales, todas con el Maccabi de Tel Aviv, al que también llevó a ganar dos títulos europeos y ganó una medalla de plata en un europeo con su selección, allá por 1979. Muy difícil de superar. Al menos, con sus 7 partidos en Marquette, consiguió convertirse, junto a su padre, que jugó otro puñado de partidos para la Universidad de Nevada Las Vegas en la primera pareja padre-hijo del baloncesto israelí que pasaban por la NCAA.

Pero yo quería hablar un poco de baloncesto en Israel, porque, como en muchos otros sitios, empezando por aquí, la competición está de estreno. Y uno de los últimos fichajes de los equipos israelís me ha llamado la atención. Y es que el Bnei Hasharon de Roy Hagay ha fichado a Kenny Lawson Jr., antigua estrella de nuestros adorados arrendajos azules de la Universidad de Creighton y del que tanto y tanto llegamos a hablar en este blog. Lawson Jr ha tenido un verano muy intenso: ha disputado la liga nacional China con buenos resultados, jugó aunque fuera para ayudar a una iglesia baptista en Australia y estuvo apunto de firmar por un equipo de la segunda división israelí. Lawson Jr tiene una página web en la que cuenta sus experiencias, entre continuas referencias bíblicas y reflexiones espirituales. En sus testimonios, se ve cómo sufrió en su última temporada en la NCAA tras pasar de titular a jugador de banquillo. También se aprecia cómo ha tenido que reciclarse para entender que en el baloncesto profesional, en ocasiones, priman otras motivaciones ajenas al puro placer del juego. Ahora, por suerte, ha encontrado una buena opción, y tendrá la posibilidad de demostrar su talento en una liga plagada de jugadores norteamericanos, algunos con mucha experiencia NBA. Desde los ya conocidos fichajes de Jordan Farmar y Jon Scheyer por el Maccabi de Tel Aviv, también cabe destacar que en otros equipos de la liga te puedes encontrar a jugadores como Sean Williams, Luke Jackson, D.J. Strawberry, Jarvis Varnardo o Trevor Booker, compañero precisamente de Kenny Lawson Jr y, a cuenta de quien, le han ofrecido un par de meses al ex-pivot de Creighton. Junto a ellos, destacan otros conocidos de Europa y de la ACB, como Meir Tapiro, Raviv Limonad, Dan Grundfeld, Jan Martín... o, como no, el equipazo, bien caro, supongo, que se ha montado David Blatt en Tel Aviv para devolver al Maccabi a lo más alto. A saber: Jordan Farmar, Jon Scheyer, Theodoros Papaloukas, Richard Henrix, Devin Smith, David Bluthenthal, Sofoklis Schortsanitis, Lior Eliyahu, Tal Burnstein, Guy Pnini, Milan Macvan... Difícil competir contra ellos.

Sin embargo, desde este blog, animaremos a Bnei Hasharon cuando nos acordemos de ello, y, a ver si hay suerte, y el bueno de Kenny Lawson Jr aprovecha sus meses en Israel y consigue hacerse un hueco en el deporte profesional. Esperemos también, que por mucho que se acostumbre a pensar en el dinero, no deje de aspirar a seguir viendo todo esto como un juego. Supongo que eso sería mucho más saludable para él. Niv, por mucho que lo intente, no podrá alcanzar a Miki. Pero tampoco le hace falta, la verdad.

viernes, 7 de octubre de 2011

Igor González de Galdeano



Pues sí, yo también me quedé sorprendido y preocupado. No creo que ningún aficionado se esperase esta noticia. He necesitado unos días para asimilarlo, que vuelve a ser una de esas frases trágicas que tantas veces utilizo y no me las creo ni yo.
Lo resumo rápido por si no os enterasteis: Igor González de Galdeano, hace un par de semanas, anunció que presentaba su dimisión como mánager general del Euskaltel-Euskadi. Sus razones, decía, eran personales y apuntaba al desgaste y la presión propias de su puesto. Con muchos reflejos, la Fundación Euskadi recompuso su organigrama técnico a los pocos días: Miguel Madariaga recuperaba su posición como cabeza visible del proyecto, Gorka Gerrikagoitia aceptaba mayores responsabilidades deportivas e Iñaki Isasi colgaba la bicicleta para aceptar la oportunidad de coger el volante de un coche de equipo. Al poco tiempo, José Antonio Ardanza, presidente de la empresa de telefonía Euskaltel, aprovechando que presentaba su biografía, respondía a preguntas que incumbían al equipo ciclista dejando un halo de incertidumbre sobre la renovación del acuerdo de patrocinio a partir de 2012. Primero dijo que había que ver cómo funcionaba el proyecto deportivo después de la pérdida de uno de sus mimbres más importantes. Después, reculó, y dijo que su postura era puramente empresarial. Madariaga, ágil de reflejos una vez más, interpretó las palabras del ex-lehendakari como quiso y dijo que él pensaba que se refería a que, a partir de 2013, Euskaltel tomaría las riendas del proyecto. Lo que, a mí, como aficionado, casi me produce más incertidumbre que las declaraciones originales.
Al final, el resumen no me ha salido tan corto.
Todos estos días, mientras esto ocurría, yo hacía mis interpretaciones, como Madariaga, jugaba a imaginarme las consecuencias o intentaba averiguar qué era lo que realmente ocurría, o podría ocurrir.
La verdad es que este club ciclista profesional es distinto y extraordinario, por lo tanto, frágil y vulnerable. Las noticias que provocan no se multiplican pero se magnifican. Todo parece una tragedia. Recuerdo los tiras y aflojas con la renovación de Iban Mayo, las dramáticas esperas por las invitaciones del Tour, los casos de dopaje, ciertos enfrentamientos con representantes... Solo hay que visitar ciertos foros, escuchar a ciertas personas cuando hablan. Este proyecto levanta tantas envidias y enconos como simpatías y apoyos. O quizás no tantos, pero algunos. Y eso mortifica, mina. Me creo las explicaciones de Igor González de Galdeano y, además, nadie tiene potestad para ponerlas en duda. Apoyo las críticas constructivas, todo es mejorable, pero es cierto que este equipo ha sido, a veces, objeto de demasiadas expectativas y de posturas ácidas que no le hacían ningún favor. Es frágil, lo vuelvo a decir. Y la sensación que nos han dejado estos días es que ahora es más frágil que nunca, cuando deportivamente, parece más sólido que nunca.
Las dos últimas temporadas, si se analizan en perspectiva, han sido esperanzadoras. Y no me refiero solo a los triunfos. Me refiero también al potencial que, por ahora, solo se asoma. No han salido Abraham Olanos ni Miguel Indurains, pero las previsiones de futuro, con corredores como Mikel Landa, Mikel Nieve, Romain Sicard, Gorka Izagirre y otros que aún no han llegado o acaban de hacerlo, más los que han emigrado, como Jonathan Castroviejo o Beñat Intxausti, nos llenaban de ilusión a los aficionados. Unos aficionados que siguen viviendo el vínculo sentimental que mantiene a este proyecto con vida. Un vínculo sentimental que siempre me apresuro a puntualizar, porque lo que más me gusta de este deporte es que puedes sentir una apasionada simpatía por un equipo, sin minimizar el respeto y la admiración que te inspiran los rivales. El ciclismo siempre deberá ser eso, siempre deberá ser ese el espíritu de los aficionados al ciclismo: la capacidad para repartir entre todo el pelotón nuestro entusiasmo por este deporte. Pero estoy perdiendo el hilo.
No creo, y lo espero de corazón, que se tambalee este proyecto. Creo que la estructura deportiva está sólidamente fortificada, que se puede superar la marcha de Igor González de Galdeano. Las mejores actuaciones deportivas del equipo han ido siempre acompañadas por la labor técnica de Gorka Gerrikagoitia. Confío en su trabajo, como simple aficionado. Y confío en la labor que viene realizando el equipo Orbea, y confío en que se mejoren las relaciones con los demás equipos de la cantera vasca y que todos los equipos participen del proyecto. Por supuesto, también confío en que esto no se convierta en un monopolio, que haya otros proyectos, que Caja Rural crezca, que Matxin confíe en la cantera vasca, que Unzué nos los quite si es para hacerlos mejores ciclistas aún. Creo que todo tiene cabida. Creo que este deporte forma parte del tejido social y que se debe mimar como se deben mimar todas las manifestaciones deportivas como parte fundamental de nuestra convivencia y de nuestras opciones tanto de ocio como profesionales. Y vuelvo a perder el hilo.
Pero es difícil centrarse. Ahora pienso en Pat McQuaid y los muchos intentos de la UCI por modernizar las estructuras asociativas y competitivas que rodean a este deporte. Mi sensación, ajeno a los entresijos, como simple aficionado, repito, es que llevan años dando palos de ciego. Me he perdido entre siglas, ránkings, licencias, jerarquías y auditorías, y me da la sensación de que ninguna ha proporcionado la viabilidad y la eficacia que todos esos proyectos buscaban. Creo que el ciclismo es un deporte frágil y vulnerable, como el Euskaltel-Euskadi, pero al mismo tiempo invencible y pertinaz, como el Euskaltel-Euskadi, y creo, con total sinceridad, que, pase lo que pase, se invente lo que se invente McQuaid, haga lo que haga Ardanza, siga o no siga Madariaga, se vayan o no se vayan con Unzue, se dopen o no se dopen, vuelva o no vuelva la Vuelta, nos cobre entrada o no nos cobre Mutiloa, creo que, al final, la gente seguirá motando en bicicleta, seguiremos emocionándonos con el esfuerzo de los ciclistas, y sea del color que sea la marea, seguirá habiendo marea, y los aficionados seguiremos acercándonos a la cuneta porque, cuando estás ahí, cuando ves sus rostros, cuando sientes como encorvan sus cuerpos, cuando escuchas rodar sus cadenas todo toma sentido y pierde la fragilidad y la vulnerabilidad.
He perdido el hilo por completo, pero tampoco tenía muy claro qué era lo que quería decir, así que...

miércoles, 5 de octubre de 2011

Borja Prado Eulate


No sé si le gustará el baloncesto, pero este madrileño ha decidido dejarse un pastón para que el nombre de su empresa se trague las siglas de la Asociación de Clubes de Baloncesto. Sí, amigos, otro nombre que teneis que aprenderos. Que si Liga Adelante, que si Liga Para Atrás, y ahora la Liga Endesa porque ya no existe eso de la acebé.

Y esto empieza ya.

Mañana como quien dice. Este fin de semana, en concreto. Una Liga que ha invernado durante el verano mientras la selección coleccionaba otro oro y Dwayne Wade se encaraba con papá Stern. Porque ha sido el verano del Europeo y el del lockout. Un lockout que lleva camino de confirmarse del todo y que ya ha traído sus consecuencias: Jordan Farmar, Andrei Kirilenko, Ersan Ilyasova, Deron Williams, Nicolas Batum, Boris Diaw, Nenad Krstic, Tony Parker... Solo por nombrar unos cuantos que han decidido firmar, aunque sea temporalmente, por equipos europeos. España no se ha visto muy "afectada", y he elegido el verbo con motivo, y son pocos los casos: Kevin Seraphin, Rudy Fernández... Aunque estamos a la espera de saber si los Gasol harán algo más que entrenar. ¿Qué hará Ricky Rubio? Si se confirma el lockout, aún tendremos alguna sorpresa. Pero mientras tanto, me propongo hacer un análisis bastante ligero y caprichoso de los equipos instantes antes de que empiece la Liga. Lo repito por si acaso, ligero y caprichoso, soy un aficionado, con un ligero bagaje de partidos vistos, con una opinión formada, con espíritu crítico pero constructivo, que no deja de ser un aficionado y reconoce su ignorancia antes que su conocimiento. Subrayo esto porque el otro día, por accidente, rebuscando algo en el blog, encontré un comentario de alguien que no daba su nombre criticando, y no diría de manera airada aunque se le veía algo enconado, mi opinión sobre un jugador NBA. En su día, se me pasó el comentario, y creo que me la habría traído tan al pairo como me la trae ahora si lo hubiera leído, pero me hace pensar que no me explico muy bien. En fin.

El favorito sigue siendo el Barcelona. Ha hecho más cambios de los habituales y no siguen Ricky Rubio, Grimau, Lakovic, Alan Anderson y Morris, pero han fichado recambios de garantías como Marcelinho Huertas, Chuck Eidson, Judson Wallace y Xavi Rabaseda. Un ejemplo, en la Supercopa, tuvieron que descartar a un hombre y Kosta Perovic se quedó sin banquillo, todo un lujo.

Bizkaia Bilbao Basket solo ha hecho retoques y mantiene el bloque y una aspiración muy ambiciosa, porque todo el mundo sabe que es más duro quedarse que llegar. Raúl López y Grimau darán veteranía o experiencia al grupo. D'or Fischer les da más robustez en la zona, sobre todo en defensa. Fallaron en la Supercopa, pero solo en dos cuartos, luego mejoraron su imagen.

La gente en Madrid, todavía andan preguntándose por qué el club ha apostado por Pablo Laso. Puede parecer una apuesta arriesgada, pero creo que el Real Madrid tiene una plantilla compensada y capaz de plantarle cara al Barcelona. Tiene un juego interior de garantías, Pocius dará trabajo y si Rudy Fernández no se vuelve al otro lado del charco, el equipo será más competitivo, y espera si Florentino no les da alguna otra sorpresa.

Kerejeta e Ivanovic siguen a lo suyo en Gasteiz, volviéndose a sacar una plantilla aparentemente accidentada, pero que siempre acaba por responder. Baskonia ya ha jugado la primera final del año, y cuando Dorsey y Reggie Williams empiecen a carburar, subirá el nivel del equipo. Seraphin puede ser un buen refuerzo para la zona. Lampe tardará en jugar.

Me ha sorprendido Valencia. La pérdida del patrocinador auguraba un nivel más bajo, más aún cuando el equipo perdía a Javtokas, Savanovic, Omar Cook y Pesic. Pero Paco Olmos ha reunido a un buen puñado de jugadores para substituirlos. Markovic llevará a De Colo a jugar de escolta, San Miguel es un buen fichaje para apuntalar la dirección, Caner-Medley ya ha demostrado sus prestaciones y Kuksiks y Ogilvy son un misterio, pero parece que los dos son buenos en lo que han venido a hacer, tirar triples uno y coger rebotes el otro.

Gran Canaria mantiene el bloque apuntalado con Rasual Butler que creo que al final no jugará, si no he leído mal. Marquez Haynes sonó para Bilbao y es un auténtico jugón. Parece que al final Michael Bramos no se irá a Olympiakos.

Fuenlabrada seguirá haciendo milagros, esta vez de la mano de Porfi Fisac, que el año pasado hizo vibrar a la afición de Valladolid. Se han ido Valters y Rabaseda, pero han llegado Sergio Sánchez y Kirk Penney, quizás tenga su punto débil en la zona, donde apuestan todo a Gustavo Ayón.

Chus Mateo se ha ganado la confianza de los dirigentes del Unicaja de Málaga. Y le han dado buen material. EJ Rowland es un base alto y con buena mano. Le ayudará Valters. Siguen los pesos pesados del equipo, Berni, Freeland, Fitch, Saúl Blanco, y también han fichado a Luka Zoric, un jugador interior con buenos pies y buen tiro, y a Tremmel Darden, un americano que el año pasado triunfó en Francia con el Nancy.

Valladolid suplió la marcha de Fisac con un veterano, Casimiro. Tiran de jugadores comprometidos o aspirantes, como Umeh, Uriz, Zamora o Seawright, más un ex-NBA como Dalibor Bagaric y un francés que se ha pasado toda su carrera en Italia, Hervé Touré. Las últimas noticias decían que por el asunto de Lamont Barnes, la FIBA podía negarle los transfers de Touré y Bagaric, lo que sería una mala noticia. Touré, por cierto, me llama la atención fuera de la cancha: culto, con estudios, prepara el que sería su tercer libro publicado.

El CAI Zaragoza de José Luis Abos sigue creciendo. Bracey Wright, Jon Stefansson, Jacob Burtschi, el joven Pablo Almazán o Robert Archibald tienen que subir el nivel del equipo y hacer olvidar a Paolo Quinteros.

En Sevilla, Joan Plaza sigue sumando talento a su Cajasol, que aspira a hacer una temporada mucho mejor que la pasada. Es uno de mis equipos preferidos sobre el papel. Me declaro admirador de Satoransky, Joan Sastre o Txemi Urtasun, y, a ellos, este año se sumarán Milenko Tepic, Carl English, Pancho Jasen, Luka Bogdanovic, Guille Rubio y Ondrej Balvin, un joven de 2'16, los demás, tiene currículo y talento para convertir al equipo sevillano en un aspirante a las primeras plazas.

Estudiantes apuesta por una vuelta a las raíces, o eso parece sobre el papel, con la vuelta de Pepu al banquillo y Carlos Jiménez a la cancha. Además, se apuesta por la cantera, los ya consagrados, como Granger o Daniel Clark, y otros que querrán crecer pronto, como Víctor Serrano, Jaime Fernández o Edu Martínez. De todas formas, Pepu ha conseguido a dos americanos que pueden sumar mucho, como Antoine Wright y Cedric Simmons, y un dominicano pequeño pero jugón, acostumbrado a hincharse a meter puntos, Luis Flores.

Al Joventut vuelve Salva Maldonado y ha hecho una plantilla un poco rara, si se me permite. Han perdido a Josep Franch, lo que me sorprendió bastante, pero mantienen a Pere Tomas, Jelinek, Norel o Nacho Llovet como representantes de su cantera. Reconozco que poco sé de Latavius Williams, un poco más de Pape Sow y un poco menos de Derrick Obasohan, aunque el americano de origen nigeriano ya llevaba unos años luciéndose en Francia o Turquía. Parece que tendrá protagonismo, igual que Pooh Jeter, Albert Oliver o Fede Van Lacke.

Ramoneda, el presidente del Lagun Aro, quiere que su equipo crezca rápido y sólido. Ha traído al banquillo a Sito Alonso que regresa al tajo y dice que ha aprendido mucho mientras no ha estado. Korolev no jugará hasta febrero, pero los de Donostia han incorporado para la zona a Andy Betts. Junto con Adeleke, Lorant, la perla brasileña Raúl Neto, Papamakarios y, sobre todo, Sergi Vidal, el equipo tiene que crecer.

Manresa y Ponsarnau son dignos de admiración. Este año han fichado más y mejor. Recuperan a Javi Rodríguez para dirigir con solvencia. Downs será su tirador, pero se ha lesionado y han incorporado a Marcus Landry para substituirle. Adam Hanga es un húngaro de color, rápido, ágil y con aspiraciones de líder. Kieron Achara es un escocés con sangre africana que aún no ha despuntado y ya tiene 28 años. Vuelve Josh Asselin y siguen Román Montáñez o Serguey Gladyr.

Alicante, después de superar los temores de una posible desaparición, sigue confiando en el trabajo de Txus Bidorreta. El bilbaíno ha reunido una plantilla con la que, en principio, no deberían pasar los apuros del año pasado. Rafa Freire para el puesto de base, Ben Deware para tirar de lejos, Kaloyan Ivanov, Mohamed Koné o Lamont Barnes para luchar en el poste forman un buen puñado de fichajes. Y queda lo mejor a mi parecer, porque confieso que tengo muchas ilusiones puestas en el rendimiento de Kyle Singler, una sorpresa de fichaje, y en el crecimiento de un Alberto Jódar que tiene su primera oportunidad de triunfar en el baloncesto y olvidarse, por ahora, de la canción.

Y solo quedan los dos nuevos. Por un lado el Murcia, que ha apostado por Luis Guil para el banquillo y ha formado un gran equipo. Franch buscará crecer con jugadores mayores que él y demostrar que puede ser el futuro de este deporte. Es uno de esos jugadores que te dan ganas de volver a coger el balón del fondo del trastero cuando le ves jugar. Pero a él, han conseguido añadirle a Robert Kurz, James Augustine y Blagota Sekulic para tener un juego interior de garantías y eso es un punto a favor para mantenerse en ACB, perdón, en la Liga Endesa. Por el otro, regresan los gallegos del Blu:Sens con Moncho Fernández a la batuta. Mantienen el bloque del año pasado con Richard Nguema, Andrés Rodríguez, el Tuky Bulfoni, Deron Washington, Oriol Junyent o el incombustible Bernard Hopkins. A ellos, se les suman tres fichajes que pueden ser grandes sorpresas, el veterano Milt Palacio, el anotador Ebi Ere y el ágil interior Stephane Lasme.

Pero, como digo, aún espero alguna sorpresa si se confirma que el sindicato que encabeza Derek Fisher no llega a un acuerdo con la patronal. Ya han dicho que el Barça le hizo una oferta a Tony Parker. Si no juegan en los Estados Unidos, quién sabe lo que puede pasar. Solo espero que, al menos, si alguien del nivel de Kobe Bryant se apunta a esto, no se le ocurra a quien lo fiche las ideas que se le habían ocurrido a los de Bolonia. Pero lo dicho, la liga de la empresa de Borja Prado Eulate comienza, como quien dice, mañana. Vuelve el baloncesto.

Jaume Roures

Querido amigo Jaume Roures:
Me gusta el fútbol. Y me gusta verlo en directo y por televisión. Supongo que a ti también. Y el cine. He visto muchas de las películas que has producido o que ha producido tu empresa. Algunas las he visto hasta en el cine. Y fue más fácil que ver el fútbol. Cojes el periódico, miras la cartelera y haces un diagrama en la pizarra para ver cómo puedes coordinar tu cena, como los freakies de The Big Bang Theory. Ahora, el diagrama que tengo que hacer para ver el fútbol, no consigo descifrarlo. Me encasquillo, como Sheldon, y, al final, me tengo que quedar en casa, castigado, sin fútbol y sin cine. Sin icees ni slurpees. Sin zuritos.
Supongo que la idea es sacarle rendimiento a la idea. Si la gente ve el fútbol, pongamos fútbol a todas horas. Aquello de que el fútbol se jugaba a las cinco de la tarde los domingos es algo trasnochado, superado y poco eficaz. A todas horas: los viernes, los sábados, los domingos, los lunes. Fútbol todos los días de la semana, a todas horas. ¿Te gusta verlo en directo o por televisión? ¿Te gusta el chocolata? Pues taza y media.
La consecuencia. Ya no entiendo el diagrama. El resto de mi vida va a quedar mediatizada por el fútbol. Antiguamente, las empresas regalaban agendas para apuntar tus obligaciones laborales. Eso ya solo lo utilizan las administrativas de mi facultad. Yo he encontrado una en el fondo del armario, la voy a usar para apuntar cuando juega mi equipo de fútbol. Y lo mejor, es el factor sorpresa. No lo sabes de antemano, tienes que esperar a que se acerque el día. Después, abres el periódico, y junto con los resultados de la bonoloto, te encuentras el horario del próximo partido de tu equipo: ¡el lunes a las diez!, chachi, otro día que tengo que cenar frío. ¡El domingo a las doce!, chachi, otra misa que me salto, ¡el domingo a las cuatro!, bien, sin siesta para pasar la resaca. ¿Cuándo? Ni idea. ¡Si ya jugaron! ¡Ayer! Qué bien, pues hoy puedo dedicar el día hacerme la pedicura.
En fin, estimado Jaume Roures, que te agradezco todo lo que haces por el fútbol, como nos has descubierto una nueva temporalidad, la eterna, la inabarcable, la del fútbol televisado. Otro día ya hablamos de los canales de emisión y de la jungla salvaje de logotipos, plataformas, siglas y comentaristas que nos han vuelto a descubrir un nuevo lenguaje repleto de diversidad, creatividad y posibilidades infinitas.
Sin más, reciba un cordial saludo,
Holden Caulfield

domingo, 2 de octubre de 2011

Iñigo Martínez


Qué golazo ha metido el tío, por dios. Ahora te digo, después de que no haya servido para que ganen, es más bonito aún, lo disfruto mejor. Lo siento por los errealzaleak, pero, un derby es un derby y ganar sabe a gloria. Y si te han metido un gol que estará entre los mejores de la temporada, pero aún así, celebras la victoria, pues ni tan mal.
Y es que vaya golazo que se ha marcado el de Ondarroa.
Lleva seis partidos en primera, y va y, según se afanaban en publicar los periódicos digitales, marca lo que Xabi Alonso ha twiteado como el mejor gol marcado nunca en Anoeta.
Puede que tenga razón.
A mí me ha salido del alma cuando lo ha metido: para un vizcaíno que tiene la Real, nos mete un gol.
Me ha salido del alma.
Y me ha acordado de Beñat en San Mamés. Ya llevamos dos.
Decía el otro día en una entrevista que de pequeño era del Athletic pero que ahora es de la Real cien por cien. Bien, eso está bien. Se parece a Ekiza, no es muy alto, pero es rápido, siempre está bien colocado. Tiene más carácter que Ekiza o un carácter distinto. Ahora, poco después de su golazo, Llorente le ganó la espalda, y nos ayudó a que los seguidores del Athletic disfrutáramos también del gol.
Pero sí, vaya golazo que se ha marcado el chaval.

Julen Urdaibai



También lo he leído hoy en el periódico, que conste. Luego, también me he puesto a enredar por internet. Ha sido una fructífera tarde de domingo, sí amigos.
El caso es que el deportista bermeano Julen Urdaibai, que en la foto sale entrenando con otro compañero bermeano, Juan Olarte, se va a Brasil para correr la Jungle Marathon. ¿Y qué es la Jungle Marathon? Pues un maratón de 222 kilómetros que se corre en seis etapas durante siete días. La primera etapa tiene 16 km, las demás entre 22 y 38 kilómetros. La quinta etapa tiene 89 km y les permiten tardar dos días. Sufren una humedad del 90% y 35 grados de temperatura. Duermen en hamacas que ellos mismos deben conseguirse, solo les dan agua, en los puntos de control cada 5-10 km, el resto lo deben llevar en una mochila que pesa unos 10 kilos. Tienen que correr por la jungla, abriéndose camino a machetazos, evitando la fauna y la flora autóctona y enfrentándose a las condiciones climatológicas. Urdaibai lo explica así: si normalmente tarda 1 hora y 10 minutos en hacer 16 km, ahora va a tardar mínimo 3 horas y media.
El año pasado ganó un americano de Colorado llamado Andrew Block. Segundo fue el español Xavi Marina, que formó un potente equipo junto con otros ultrafondistas españoles como Jaume Tolosa o Albert Bosch. Marina invirtió 38 horas y media para completar las seis etapas. Si os gusta el tema, visitad su blog, las fotos son impresionantes.
Por cierto, la inscripción cuesta 2.500 euros. Si le añades el material y el viaje, la aventura te puede salir por unos 5.000 euros.
Julen Urdaibai no es nuevo en esto. Ya terminó el Marathon des Sables en Sáhara, 250 km a través del desierto. Dicen que es la prueba más dura del mundo, que equivale a unos seis maratones. En 1994, el italiano Mauro Prosperi se perdió en una tormenta de arena y estuvo perdido durante 9 días en los que perdió 13 kilos.
También participó en la Transalpine Run, una de las carreras más atractivas de ultra-distancia en montaña. 270 kilómetros por los Alpes. Patrocinada por Gore-Tex, tiene 15.000 metros de desnivel y empieza en Alemania pero termina en Italia, tras pasar por Suiza y Austria.
No es que esté de moda, pero las carreras de montaña empiezan a tener mucha más visibilidad, y, según parece, la península ibérica es coto de grandes estrellas de este deporte. Empezando por el talento de Kilian Jornet, tres veces campeón del Mundo de la modalidad, al que este año sucedió un compañero de equipo, Tofol Castañer. Pero hay muchos más: David López, Miguel Caballero, Miguel Capo, Nuria Domínguez, Isabel San Juan, Mireia Miró, Agustí Roc, Ester Fernández, Aitor Osa, Oihana Kortazar, Luis Alberto Hernando, Jabi Olabarria, Oier Ariznabarreta, Elena Calvillo, Raúl García… Y muchos otros que yo no conozco porque los que he nombrado son los pocos de los que he oído a hablar o he leído en prensa. Pero habrá más. Y todos merecen el reconocimiento de unas hazañas que resumen la capacidad humana de superarse mental y físicamente.
Ahora, a mí no me vais a ver. Nop. ¿En el Amazonas? ¿En el desierto del Sáhara? ¿En los Alpes? Quizás algún día me anime a hacer la subida al Serantes y lo celebre comiéndome un bollo de chorizo y huevo cocido aunque no sea el día de la romería de Cornites, pero, más allá, me quedo con admirarlos. A más, no llego.

David Merino


Decían hoy en el periódico que el pelotari riojano David Merino ya empieza a ver la luz. Pronto, dicen, puede que vuelva a correr detrás de la pelota en los frontones. Me alegro. No le conozco. Nunca le he visto jugar, pero me alegro. No me preguntes por qué, porque si te pones, todos lloramos con los finales felices de Hollywood.
Pero me alegro.
David Merino se ha visto afectado por una extraña enfermedad conocida como el síndrome de Guillain-Barré. Creo que, a veces, se le añade un tercer apellido, el de Landry. Lo bueno es que se puede superar y, según he leído, si tu físico es saludable, tienes la oportunidad de hacerlo más rápido. En resumen, la enfermedad consiste en que el sistema inmunitario ataca al sistema nervioso. El sistema nervioso, entonces, no envía señales de manera adecuada y los músculos no funcionan bien. No se siente calor, dolor y se paralizan progresivamente los músculos. Se te duermen las piernas. Te caes. Normalmente, los síntomas aparecen después de sufrir un proceso viral. Por eso, a veces, lo relacionan con la gripe. Por eso, David Merino pensó que flaqueaba después de sufrir una gastroenteritis. Siguió entrenando. Corría y se caía. De repente.
Buscando algo de información por internet, he visto que no es el único deportista en haber sufrido, y superado, esta enfermedad. La sufrieron, por ejemplo, un portero colombiano llamado William Arias o un baloncestista argentino, Martín Renzacci, que enfermó estando de viaje de novios en Tasmania y ocupó un buen espacio en los noticieros argentinos. La ESPN hizo un reportaje sobre la enfermedad centrándose en la figura de un jugador de voleibol portorriqueño, René Esteves. También, por internet, se encuentra el caso de un joven deportista de instituto de 14 años, el norteamericano Jordan McFarland, que denunció haber contraído la enfermedad después de ser vacunado.
David Merino lo ha superado y, a sus poco más de 20 años, volverá a disfrutar de una vida sana y deportiva. Yo me alegro, aunque no le conozca, pero me alegro por él.