domingo, 9 de octubre de 2011

Niv Berkowitz

Que los hijos salgan tan buenos como los padres, especialmente cuando los padres han sido muy buenos, es difícil. Y lo sé, no hay por dónde coger esta frase, pero es así. Y no me voy a poner a dar ejemplos. Bueno, sí, uno, de baloncesto, pero es solo una disculpa.
Niv Berkowitz tiene 26 años ya. Despuntó en edad juvenil y le reclutaron para Marquette, pero no duró mucho. Sentía nostalgia de su país y se volvió. Desde entonces, ha jugado en varios equipos de la primera división israelí y ha sido internacional absoluto. Pero le será muy difícil emular a un padre que es toda una leyenda en su país. Alguien que consiguió más de 35 títulos nacionales en algo más de una docena de temporadas profesionales, todas con el Maccabi de Tel Aviv, al que también llevó a ganar dos títulos europeos y ganó una medalla de plata en un europeo con su selección, allá por 1979. Muy difícil de superar. Al menos, con sus 7 partidos en Marquette, consiguió convertirse, junto a su padre, que jugó otro puñado de partidos para la Universidad de Nevada Las Vegas en la primera pareja padre-hijo del baloncesto israelí que pasaban por la NCAA.

Pero yo quería hablar un poco de baloncesto en Israel, porque, como en muchos otros sitios, empezando por aquí, la competición está de estreno. Y uno de los últimos fichajes de los equipos israelís me ha llamado la atención. Y es que el Bnei Hasharon de Roy Hagay ha fichado a Kenny Lawson Jr., antigua estrella de nuestros adorados arrendajos azules de la Universidad de Creighton y del que tanto y tanto llegamos a hablar en este blog. Lawson Jr ha tenido un verano muy intenso: ha disputado la liga nacional China con buenos resultados, jugó aunque fuera para ayudar a una iglesia baptista en Australia y estuvo apunto de firmar por un equipo de la segunda división israelí. Lawson Jr tiene una página web en la que cuenta sus experiencias, entre continuas referencias bíblicas y reflexiones espirituales. En sus testimonios, se ve cómo sufrió en su última temporada en la NCAA tras pasar de titular a jugador de banquillo. También se aprecia cómo ha tenido que reciclarse para entender que en el baloncesto profesional, en ocasiones, priman otras motivaciones ajenas al puro placer del juego. Ahora, por suerte, ha encontrado una buena opción, y tendrá la posibilidad de demostrar su talento en una liga plagada de jugadores norteamericanos, algunos con mucha experiencia NBA. Desde los ya conocidos fichajes de Jordan Farmar y Jon Scheyer por el Maccabi de Tel Aviv, también cabe destacar que en otros equipos de la liga te puedes encontrar a jugadores como Sean Williams, Luke Jackson, D.J. Strawberry, Jarvis Varnardo o Trevor Booker, compañero precisamente de Kenny Lawson Jr y, a cuenta de quien, le han ofrecido un par de meses al ex-pivot de Creighton. Junto a ellos, destacan otros conocidos de Europa y de la ACB, como Meir Tapiro, Raviv Limonad, Dan Grundfeld, Jan Martín... o, como no, el equipazo, bien caro, supongo, que se ha montado David Blatt en Tel Aviv para devolver al Maccabi a lo más alto. A saber: Jordan Farmar, Jon Scheyer, Theodoros Papaloukas, Richard Henrix, Devin Smith, David Bluthenthal, Sofoklis Schortsanitis, Lior Eliyahu, Tal Burnstein, Guy Pnini, Milan Macvan... Difícil competir contra ellos.

Sin embargo, desde este blog, animaremos a Bnei Hasharon cuando nos acordemos de ello, y, a ver si hay suerte, y el bueno de Kenny Lawson Jr aprovecha sus meses en Israel y consigue hacerse un hueco en el deporte profesional. Esperemos también, que por mucho que se acostumbre a pensar en el dinero, no deje de aspirar a seguir viendo todo esto como un juego. Supongo que eso sería mucho más saludable para él. Niv, por mucho que lo intente, no podrá alcanzar a Miki. Pero tampoco le hace falta, la verdad.

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