viernes, 29 de marzo de 2013

Robbie Rogers



El 23 de Agosto de 2008, un gol de Ángel di María en el minuto 58 le daba la medalla de oro a Argentina en los Juegos Olímpicos de Beijing. El Estadio Nacional era testigo del triunfo de una generación que dirigía Sergio Batista. Los Ever Banega, Ezequiel Lavezzi, Leo Messi, Sergio Agüero, Ezequiel Garay, Nicolás Pareja o Javier Mascherano, con la ayuda de Juan Román Riquelme, vencían a Nigeria y cerraban un torneo en el que la Brasil de Marcelo, Ronaldinho y Diego dejaba sin bronce a la Bélgica de Tom de Mul, Kevin Mirallas, Jan Vertonghen, Thomas Vermaelen y Marouane Fellaini. 
La selección de Estados Unidos no consiguió pasar la fase de grupos. El equipo del polaco Peter Nowak estaba encuadrado en un potente grupo en el que Nigeria y Holanda, a la postre los clasificados, partían como favoritos. Los norteamericanos comenzaron ganando a Japón con un solitario gol de Stuart Holden, actual jugador del Sheffield Wednesday. En un emocionante partido en Tianjin, el segundo del grupo clasificatorio, USA rozó la clasificación, pero un apurado gol de Gerald Sibon en la prórroga empató el partido y lo dejó todo pendiente para la última jornada. Antes, Ryan Babel había adelatado a la selección de los Hedwiges Maduro, Royston Drenthe o Jonathan de Guzmán. Sacha Kljestan, actualmente en el Anderlecht, y el ex del Villarreal Jozy Altidore obraron la remontada que después rompería Sibon milagrosamente. La última jornada en el Worker's Stadium de Beijing también fue emocionante. Promise Isaac y Victor Obinna adelantaron a la selección nigeriana de Samson Siasia; un gol de penalty de Sacha Kljestan en el 88 hizo soñar a unos norteamericanos que habían estado con un jugador menos desde el minuto tres, cuando expulsaron a Michael Orozco. 
Brian McBride, Michael Parkhurst, Jozy Altidore o Sacha Kljestan eran los nombres más destacados de aquella selección de Peter Nowak, pero hubo otro que fue titular en los tres encuentros y al que ayer mismo entrevistaban en The New York Times. Su nombre es Robbie Rogers. 
Si os digo que Robbie Rogers jugó en la universidad para los Terrapins de Maryland, os digo poca cosa. Si añado que llamó la atención del Heerenveen holandés, con los que no llegó a debutar, tampoco parece que tenga historia. Puedo seguir diciéndoos que regresó ya como profesional a los Estados Unidos y consiguió ganar la MLS con Columbus Crew. Volvió a intentar la aventura europea y firmó por el Leeds United que jugaba en la segunda liga profesional de Inglaterra, aunque acabó cedido en el Stevenage. Hasta ahora, parece que os estoy contando el currículo de un jugador de fútbol más. Rogers, como ya hemos visto, llegó a ser internacional absoluto y olímpico por su país.  Como muchos otros compañeros de generación.
La temporada 2008 con los Columbus Crew puede que fuera el punto álgido de su carrera. En una temporada, la de 2008, que partía con un buen número de jugadores internacionales que aspiraban a mejorar el nivel de la Liga profesional americana (Cuauthémoc Blanco, Claudio López, David Beckham, Guillermo Barros Schelotto, Fabián Espíndola, Juan Pablo Ángel, Darren Huckerby, Marcelo Gallardo, Andy Williams...), los Columbus Crew de Sigi Schmid se ventilaron en la final a los New York Red Bulls y Guillermo Barros Schelotto fue coronado como mejor jugador de la liga. Junto con el argentino, en aquellos Crew destacaron el defensa Chad Marshall, Frankie Hejduk y el propio Robbie Rogers, quien fue nombrado mejor jugador de la semana durante la séptima de competición. 
Sin embargo, en la entrevista de The New York Times, según explica Sam Borden, autor del artículo, Robbie Rogers explica cómo, para él, la celebración de aquel título fue un tanto descafeinada:

“Instead I just sort of went home and lay around,” he said. “Everything was like that. I thought I’d be so happy. But I felt like it wasn’t that way, like it couldn’t be. It was like you can’t totally appreciate it because you’re not being real.”(The New York Times, 29 Marzo de 2013)
"En lugar de celebrarlo, simplemente me fui a casa," dice, "Toda mi vida era así. Creí que podría ser feliz. Pero sentía que no iba a ser así, que no era capaz. Era como si nunca pudieras apreciarlo en plenitud porque, en realidad, no era cierto." (Mi traducción, algo libre).

   El 15 de Febrero de 2013, después de mucho darle vueltas, Robbie Rogers acabó por decidirse y publicó en su página web una carta que había escrito tiempo atrás. En ella, confesaba un secreto que había guardado durante 25 años. En esa carta, Robbie Rogers confesó su homosexualidad. Según comentaba después, Rogers se convenció de que era homosexual a la edad de catorce años. Tuvo relaciones con mujeres, quiso demostrarse que podía ser como se suponía que debía ser. No se lo dijo a nadie, ni tan siquiera a su familia. Antes de publicar la carta, la primera persona a quien se lo confesó fue una mujer que intentaba ligar con él en un bar. Después, intentó hablar con su hermana mayor. Cuando se lo dijo a su madre, según explica en la entrevista, fue la única ocasión en la que lloró. Su madre, recuerda, le contestó: "Robbie, I don´t care. We love you." (The New York Times, 29 de Marzo de 2013) ("Robbie, no me importa. Te queremos"). Quedaba un paso más, y después de confesárselo a sus amigos, los siguientes debían ser sus compañeros, aunque la mayoría lo descubrieron al mismo tiempo que el resto de los internautas. Aprovechando una visita que le hizo a Londres su compañero de selección Sacha Kljestan, se lo confesó. Kljestan le animó a que siguiera jugando, a que se convirtiera en un modelo social, pero también le advirtió a su amigo de que no debía pensar en los demás, que debía pensar primero en lo que más le convenía a él. Tras su confesión, a los 25 años, Robbie Rogers decidió retirarse del fútbol profesional. 
Dice que ha recibido muestras de apoyo, y algún email menos comprensivo, pero que, en ningún caso, ha tenido confesiones parecidas de compañeros de profesión. Está contento. Rogers se declara católico, conservador, futbolista y homosexual: "I'm a Catholic, I'm a conservative, I'm a footballer and I'm a gay" (The New York Times, 29 de Marzo de 2013), y, en la misma entrevista, confiesa que no ha disfrutado de ningún título ni de ningún partido internacional tanto como disfrutó de quitarse de encima el peso de un secreto que había oscurecido su auténtica personalidad durante 25 años. 
Aún no sabe si volverá a jugar. Si vuelve, cree que sería para jugar en la MLS. Hay quien se lo pide, quien le conmina a que se convierta en el primer profesional en activo de un deporte mayoritario que reconoce su homosexualidad. Pero Rogers quiere seguir el consejo de Kljestan y estar seguro de que, si toma esa decisión, sea de manera sincera y comprometida, sin dudas y con convencimiento.
La biografía de John Amaechi, Man in the Middle, concentró la atención sobre la homosexualidad y el deporte profesional en el baloncesto. Hace poco, en relación con el supuesto insulto homófobo que utilizó Joakim Noah, Tim Hardaway reconoció que se arrepentía de lo que dijo cuando Amaechi publicó su libro, que odiaba a los homosexuales. También no hace mucho tiempo, en una entrevista para TMZ, Mark Cuban comentaba que creía que, en unos cinco o seis años, se vería al primer jugador profesional de la NBA que confesara su homosexualidad. 
Quizás antes de que eso ocurra, Robbie Rogers vuelva a jugar al fútbol, o puede que no, porque el joven extremo norteamericano parece cómodo ahora, cuando va a comenzar estudios universitarios y es co-propietario de una firma de moda. En cualquier cosa, como él mismo decía, su mejor triunfo, ya lo ha conseguido. Su madre lo resumió en una sola frase de siete palabras, pocas, pero más que suficientes para compensar veinticinco años sin decir las que habrían ayudado a Robbie Rogers a ser feliz.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Milovan Rakovic



El serbio de Uzice es duda para esta noche. También lo era Roger Grimau. Los jugadores del Bilbao Basket deben estar ansiosos por salir ya a la cancha. Están a un solo paso de jugar su primera final europea con la camiseta vizcaína. Todo parece favorable y ya hay gente buscando en el mapa Charleroi.
Fotis Katsikaris se ha afanado esta semana por mantener la calma y la concentración. Este mismo fin de semana, en Manresa, el equipo demostró lo que puede ocurrir si tienes la cabeza en otro sitio. Estar en Bilbao pensando en Charleroi supondría regresar a Manresa, y tanto trasbordo no es bueno para la salud. Otros jugadores, los veteranos, también se han empeñado en trasladar el mismo mensaje: sueños, distancias que se acortan, la afición, concentración... Los mensajes han sido muy parecidos. Lo siento, pero no sé qué habrán estado diciendo por Kiev.
El caso es que en Bilbao parece que no quieren repetir errores. Han estado cerca, han disputado una final de la liga ACB, y, como quien dice, el equipo es aún un bebé que anda aprendiendo a caminar erguido. Una final europea no se alcanza todos los días y, menos aún, con aspiraciones de victoria, por mucho respeto que se le tenga al Lokomotiv Kuban. Nunca han de despreciarse los valores del rival, y los rusos tienen mucho, pero, cuando menos, son un rival al mismo nivel que los bilbaínos y ambos deberían partir en igualdad. Luego hablamos de eso.
Antes, lo que ocurrirá esta noche. Y lo que ocurrirá no podemos saberlo, pero sabemos que los jugadores ucranianos llegarán a Bilbao sin ganas de dar la eliminatoria por perdida. Diez puntos en contra, la ventaja que consiguió el Bilbao Basket en Ucrania, son muchos puntos, pero, en el mundo del baloncesto, se han dado suficientes ejemplos como para creer que todo es posible. El letón Ainars Bagatskis volverá a confiar en sus mejores hombres, con Malcolm Delaney a la cabeza, para intentar la épica. Esta misma semana, algún periódico vizcaíno se hacía eco de la historia del escolta de Virginia Tech. Un jugador con una enorme ética de trabajo, muy exigente consigo mismo, con mucho carácter, que en el partido de ida superó su récord personal y se marchó hasta los 38 puntos. Un escolta pequeño para la NBA, rápido, habilidoso y con buen tiro, que probablemente, si no consigue una oportunidad en la liga profesional americana, acabe por tener una larga y fructífera carrera en Europa. Él será la principal arma de los ucranianos, pero su compatriota Leo Lyons, el espigado juego interior de los ucranianos y otros tiradores que estuvieron más grises en el partido de ida, como Rihards Kuksiks y Dainius Salenga aún sueñan con ponerle un nudo en la garganta y destrozar las aspiraciones de unos bilbaínos que, en los últimos meses, arrastran un currículo de bajas y problemas físicos que haría sudar a cualquier empleado médico. Seguro que todos intentan estar a disposición de Katsikaris y seguro que todos aportan el máximo de su rendimiento. Todo eso, a partir de las ocho en el Bilbao Arena, con el llamado efecto Miribilla intentando aportar lo suficiente para conseguir el sueño de jugar una final europea.
Mientras tanto, como ya hemos mencionado antes, el Lokomotiv Kuban ya espera al vencedor de esta segunda semifinal. Los rusos ya tienen billete para Bélgica y lo consiguieron en Rusia a pesar de perder contra los hombres de Velimir Perasovic. El Valencia perdió la eliminatoria en su casa cuando se dejó sorprender por un viejo conocido de la ACB, Simas Jasaitis, quien, con un 7 de 10 en triples, hundió a los taronja. Remontaron cinco de esos diez puntos en Rusia, pero no fue suficiente, y no jugarán otra final continental (para ellos no habría sido la primera).
El equipo de Krasnodar tiene una larga historia, pero pocos títulos. Consiguieron la copa rusa hace como doce años, pero el equipo ha ido creciendo a pasos agigantados (y a base de inyecciones de dinero) y, ahora mismo, cuentan con una plantilla potentísima y bien dirigida que no desmerece para nada la que puedan encontrarse como rival en Charleroi.
Evgeny Pashutin se retiró hace menos de diez años y, desde entonces, lleva una carrera fulgurante como entrenador. Empezó en la cantera del CSKA, el último equipo que le vio como jugador profesional, y llegó a ser asistente del entrenador del primer equipo antes de aceptar la oferta Spartak San Petersburgo para pasar él a ser el entrenador principal. Después, regresó al CSKA, aunque no duró mucho, se marchó al UNICS Kazan y desde este año encabeza el proyecto del Lokomotiv Kuban donde le echan una mano su hermano Zhakar Pashutin y los serbios Sasa Grujic e Ivan Jeremic, este último, toda una institución en el puesto de asistente donde ya colaboró, durante años, con Dusan Ivkovic, por ejemplo.
En manos de todos estos se encuentran varios viejos conocidos de la Liga ACB que aceptaron los encantos del dinero ruso para embarcarse en esta aventura que ahora se confirma como una buena decisión. Cuentan con tres americanos: Derrick Brown, jugador exterior que en su última temporada con los Charlotte Bobcats jugó 65 partidos con una media de más de 8 puntos en cada uno de ellos, un cañonero que ya dejó buen sabor de boca en Donostia, Jimmy Baron, y todo un veterano de las ligas europeas a sus 27 años, Richard Hendrix, al que en España vimos en Granada. Los nacionales se reparten entre veteranos ya curtidos en mil batallas, como el pivot Alexey Savrasenko, Valeriy Likhodey o Sergey Bykov, internacional con la selección rusa absoluta, y un auténtico tirador capaz de las mejores rachas, y jóvenes aspirantes como Maksim Grigoryev, Andreiy Zubkov y Maksim Sheleketo. Si con todos estos no fuera suficiente, el equipo le pone la guinda al pastel con dos lituanos de primer orden. La dirección del equipo es cosa de Mantas Kalnietis, base de la selección lituana, con una gran fortaleza física. El otro, que se ventiló él solo al Valencia, es Simas Jasaitis, exjugador de TAU Cerámica y Joventut entre otros, una de esas joyas que parecía que nunca iba a explotar del todo. A sus 31 años, se encuentra cómodo siendo el líder del Lokomotiv. Sus números y sus porcentajes son muy buenos, y su frialdad se ha convertido en temple y su muñeca en un rifle de asalto. Ellos dos y Richard Hendrix suelen formar el quintento inicial junto con otros dos jugadores de amplio historial: Nick Calathes y Aleks Maric. El primero es un escolta nacido en Florida (fue un Gator en sus años universitarios, además) que tiene pasaporte griego, igual que su hermano mayor, Pat Calathes, quien, tras pasar por Grecia (creo, si no me equivoco, que ambos hermanos coincidieron en el Panathinaikos), juega ahora en el Maccabi Haifa. Calathes empezó su andadura europea en el Panathinaikos donde llegó a ser un jugador importante y ahora también lo es en Krasnodar. El otro, Maric, tiene ya 29 años y dos pasaportes, el australiano y el serbio. Hizo carrera universitaria en Nebraska, pasó por el Granada, destacó en el Partizan de Belgrado, se hizo grande en el Panathinaikos y ahora hace mates para el equipo de Pashutin. Nació en Sydney, tiene buena mano aunque con sus 2'11 juega por dentro. Quiso jugar con la selección absoluta serbia, pero al haberlo hecho en otras categorías con la australiana, no pudo. En 2010 ganó la Euroliga con el Panathinaikos y entró en el mejor equipo de la competición. Ha perdido algo de peso en las rotaciones de Pashutin, pero su juego sigue siendo importante para el equipo. Todos ellos intentarán alzarse con el título de la Eurocup, el que sería el primer título europeo para el conjunto ruso, pero, antes, deberán esperar a ver qué pasa en Bilbao a partir de las ocho para conocer su rival.

LA MAGIA DE LA TECNOLOGÍA: Que me deja volver aquí y seguir escribiendo como si no hubiera pasado un día. Pero pasó. Llegó la hora y a las ocho de la tarde yo aún andaba conduciendo. La primera parte me la escuché por la radio al ritmo de los ratatatatá que desgañitaba el locutor cada vez que el BB se marcaba un triple. Fue un partido fácil. Con Delaney retenido en la frontera, perdido en el desierto, sin Kursiks ni Salenga, bajas, con dos pivots altos pero lentos que no podían con la movilidad de Hervelle, Hamilton y un reivindicativo Samb (nuestro protagonista Rakovic no jugó por precaución), la resistencia de Leo Lyons fue ineficaz. Finalmente, se consiguió lo que tanto se ansió. Después de una competición un tanto dubitativa, con aquel primer partido loco ante el Buducnost, las malas sensaciones después de Riga, la canasta de Vasileaidis ante el Valencia, el cortocircuito final en Ulm, al final, se llega a la final, valga la redundancia. El BB viajará a Charleroi y se enfrentará al Lokomotiv Kuban por el título de la Eurocup. Pashutin vs. Katsikaris, Jasaitis vs. Vasileaidis, Krasnodar vs. Bilbao. Todo esto ocurrirá más pronto de lo que pensamos en la ciudad belga del cómic, la patria de Lucky Luke. Zorionak BBB! 

martes, 26 de marzo de 2013

Yannick Eijssen



El año pasado el joven belga que corre con el BMC Racing desde que debutó en profesionales acabó último en la Vuelta al País Vasco 2012. Lo hizo a más de una hora y cuatro minutos de Samuel Sánchez, que encabezó una clasificación general llena de corredores de gran potencial internacional. Sin más detalle, los diez primeros, y olvidándonos del asturiano que con su victoria consiguió un triunfo largamente soñado, fueron Joaquim Rodríguez, Bauke Mollema, Damiano Cunego, Tony Martin, Lars Petter Nordhaug, Jean-Christophe Peraud, Michele Scarponi, Christopher Horner y Simon Spilak. Si no os parece convincente por nombre, valga con decir que Joaquim Rodríguez (1º), Samuel Sánchez (9º), Bauke Mollema (18º), Damiano Cunego (21º) y Michele Scarponi (22º) acabaron entre los 25 primeros de la clasificación final del World Tour 2012. Aún así, Eijssen tuvo tanto mérito como ellos. Llegó hasta Oñate y se volvió para casa después de 824,6 km bien retorcidos. 
Más retorcidos aún parecen este año. Será un poco más: 836 kilómetros y nada más y nada menos que 32 puertos. Quitando la última contra el reloj, en las anteriores etapas habrá puertos de montaña como para poner una feria de agroturismo: 6 puertos el primer día, 5 puertos el segundo, 5 también en la tercera etapa (primera en alto), 6 etapas en la cuarta (otro final en alto, el clásico y tradicional paseo por Usartza) y 10 puertos en lo que algunos ya llaman el infierno de Beasain (dicen que hay más pero no aparecen en la altimetría).Todo esto pasará entre el lunes 1 de Abril y el sábado 6 de Abril. Es decir, en ná. Y, por eso, aprovechando que me he tomado un día de descanso, que estaba con energías y que esta mañana le he propuesto a alguien (y me ha dicho que bien) subir a ver cómo los favoritos se retuercen para llegar el 3 de Abril hasta La Lejana, pues me he decidido a hacer una de esas entradas introductorias que en su día ya hacía y hacía hasta con conocimiento y fundamento, rico, rico. Y te digo más, ya que estamos, hasta voy a hacer una de esas porras que alumbraba la columna derecha de mi blog, y pongo un pilón lleno de candidatos para que tengáis donde elegir.
Después del sufrimiento económico del año pasado, no haber escuchado este año ninguna lamentación suena a gloria. Gloria bendita, la verdad. Un año más tendremos Itzulia y la tendremos por todo lo alto, fiel a las tradiciones e innovando en alguna medida: recorridos sinuosos, tortuosos, pestosos, un buen puñado de candidatos, mucha clase en el pelotón, siempre atentos a las predicciones climatológicas, cunetas repletas de aficionados y, en resumen, ciclismo del bueno, del de primavera, de puertos cortos, bajadas peligrosas, grupos pequeños, cambios de líder, emboscadas, aventureros y victorias en un puñado de segundos. 
Del recorrido ya he adelantado algo, pero ahora añadiré más. La cosa empieza y termina en Guipúzcoa. Empieza el lunes en Elgoibar y termina en el mismo sitio, después de encontrarse con Asentzio al principio, pasar por un calvario central que enlaza Itziar, Endoia y el primer puerto de primera de la carrera, Azurki, y terminar con la subida a San Miguel, cuyo descenso llevará casi de cabeza a los corredores hasta Elgoibar de regreso. Si llueve, pues lo de siempre. Al día siguiente, etapa clásica ya en los recorridos de la Itzulia, llegando a la capital, Vitoria-Gasteiz. Quizás la etapa más proclive para las aventuras o, incluso, para la llegada al esprint, aunque, por supuesto, en la Vuelta al País Vasco, apenas hay esprinters y los que haya tendrán que tener buenas piernas para llegar con opciones al final. La tercera etapa, como ya hemos dicho, es la primera que llegará en alto. Una primera parte sencilla por territorio alavés, y llegan las complicaciones nada más entrar en Bizkaia. A la espera del medio kilómetro final que llevará a los corredores hasta La Lejana, también habrá emboscadas antes de subir a La Arboleda, con especial atención a Putxeta, donde algunos, como aficionados domingueros, ya hemos sufrido la estrechez y la pendiente. El que no conozca la Lejana, le animo a que si puede se acerque a ver esa rampa final que lleva hasta el cementerio, un porcentaje que puede hacer más diferencias que un puerto tendido de 20 kilómetros. La cuarta etapa, y ya lo hemos dicho antes, también termina en alto. Y también es ya un clásico desde que, lamentablemente, desapareció la Euskal Bizikleta: un recorrido sinuoso antes de llegar a Usartza y subir hasta el santuario de Arrate. Será, una vez más, una etapa atractiva y disputada, pero casi nunca se decide ahí la vuelta. La vuelta se decidirá los dos últimos días y ya de regresó a Gipuzkoa. Beasain y sus alrededores recibirán a los corredores con un laberinto de cuestas, algunas escondidas, que han levantado ya temores entre los corredores. Ion Izagirre decía hace unos días que si llueve las bajadas serán casi que peor que las subidas. Y hay diez subidas señaladas en el mapa, aunque rampas y repechos van a tener en 3D: Azkarate, Urraki (de primera), Santa Águeda, Mandubia, Olaberria (tres veces), Gabiria (dos veces) y Barbaris. Sin contar que por ahí tendrán otros que no se los van a poner en el mapa, como Bidania o Liernia. Muchos van a acabar viendo los verdes pastos de Lazkao con ganas de dejarse caer por allí como un peso muerto. Si se repite el frío, la niebla y la fría lluvia la carretera se hará peor. Igual que aquel año en que Lazkao recibió a la Itzulia con un tipo desapacible pero con el calor de la afición; aquel año, me dolieron las manos del frío y de aplaudir a Jens Voigt encorbado subiendo por Lazkaomendi. Además, al día siguiente, les quedará una contrarreloj de 24 kilómetros por Beasain sin una línea plana en la altimetría. 
Sobre el mapa, el recorrido parece atractivo. Y si el recorrido parece atractivo, no lo es menos el cartel de participantes. Con casi todos los equipos ya confirmados, 21 equipos entre los que están todos los del World Tour, no queda más remedio que presumir que la batalla será dura y competida con tanto candidato al triunfo final. Veamos:
Empezamos con los de casa. El Euskaltel-Euskadi (¿hay que seguir poniendo lo de Euskadi detrás?) se presenta sin ninguno de sus fichajes. Dirigidos por Gorka Gerrikagoitia, los vascos tienen un equipo competitivo, con el ganador del año pasado, que no llega en la forma ideal dada su preparación para el Giro, más Igor Antón, los Izagirre, Sicard y un buen puñado de veteranos de los que están acostumbrados a currar en el Tour. Igor González de Galdeano ha apostado este año por las letras del Tesoro en lugar de invertir en bolsa, pero el equipo es el único equipo del World Tour que aún no ha ganado, y por mucho que Galdeano se empeñe en aquello de que los corredores vascos siempre se han caracterizado por lo que les cuesta ganar, quizás haya que empezar a buscar otros razonamientos. De todas formas, el equipo presenta valores suficientes como para disputar cada etapa y la clasificación final. 
El equipo de moda, el Sky, llega con un candidato fijo: Richie Porte. Tendrá a Henao, Zandio y Kiriyenka para ayudarle, y mira que los ingleses tienen un rígido método de trabajo, seguro que nos pasamos media vuelta viéndolos en cabeza del pelotón. No ha tenido buen comienzo el inglés, pero John Tiernan-Locke también parece un corredor ideal para estas carreras de una semana.
Lo que era el Rabobank y ahora es Blanco vuelve a intentarlo con Mollema y Nordhaug. Además, estará el de casa, el veterano Juanma Gárate y otro del que siempre se puede esperar todos, Laurens ten Dam. Tom Jelte Slagter ya ha ganado este año y seguro que lo intenta. 
Omega Pharma-Quickstep vendrá con Brian Holm al volante y con Tony Martin dispuesto a, esta vez sí, llegar con verdaderas posibilidades a la última contrarreloj. No será el único del equipo que se asome por la cabeza: Kevin de Weert, Michal Golas, Kristof Vandewalle y, sobre todo, Peter Velits.
El Radioshack, descabezado y aturdido desde que Lance Armstrong se bebiera el elexir de la verdad, y con la puntilla ya dada después de anunciar la retirada del patrocinador, no vienen mancos los americanos. Chris Horner ya ha dicho que viene a ganar, y no sería la primera vez. El americano siempre parece vivir una segunda juventud y esta tierra se le da bien. Andy Schleck ya ha terminado una carrera, Andreas Kloden intentará superar las emboscadas, Jens Voigt se llevará el cariño de una afición que le respeta y Haimar Zubeldia intentará conseguir galones de líder. El duo belga Jan Bakelants y Maxine Monfort puede ser una sorpresa. 
Movistar, al contrario que Radioshack, ha sabido hace poco que van a seguir pagándole por rotularle el maillot. Además, siguen ganando, y dudo de que salgan de Beasain sin que alguno de los suyos haya levantado los brazos. Además, traen un buen plantel: Alejandro Valverde, Jonathan Castroviejo, Beñat Intxausti, Rui Costa, Juanjo Cobo, José Herrada...
El Astaná de Giuseppe Martinelli llega encabezado por Jakob Fuglsang, pero otros como Enrico Gasparotto, Francesco Gavazzi o Kevin Seeldrayers también pondrán de su parte para publicitar Kazajistán.
Los rusos del Katusha, aún celebrando que la UCI recapacitara, por obligación, se han dejado en casa a los Dani Moreno y Joaquim Rodríguez. En su lugar, Denis Menchov siempre parece candidato a algo aunque luego, muchas veces, se quede en nada. Simon Spilak siempre responde en estas carreteras y tampoco sería la primera vez que Ángel Vicioso gana en Euskadi. 
Los franceses del Ag2r La Mondiale viene con una colección de escaladores que en cuanto se empine la carretera se van a echar para adelante sobre el manillar y no van a dejar de intentarlo: John Gadret, Christophe Riblon, Jean Christophe Peraud, Carlos Betancur, Hubert Dupont... Encima luego vienen con Matteo Montaguti o Biel Kadri para las galopadas heróicas. 
Saxo-Tinkoff es Alberto Contador, ya lo sabemos. Seguro que viene con ganas de ganar y viene bien acompañado: Michael Rogers, Oliver Zaugg, Nicholas Roche, Chris Sorensen, Sergio Paulinho o Roman Kreuzinger. Cualquiera podría hacer entre los diez primeros. 
Lampre-Merida, sin embargo, no es solo Damiano Cunego, que parece que nunca gana, pero siempre está ahí. Reconozco que el italiano es una de mis debilidades. Parece que se quedó en nada desde que con solo 23 años se llevara el Giro y cuatro etapas y todos vieran en el Pequeño Príncipe al futuro del ciclismo italiano. Bien, no ha vuelto a ganar una grande, ni a hacer pódium, pero solo en 2010 no consiguió victorias y en su palmarés relucen el Giro de los Apeninos, el Giro del Trentino, el Giro de Lombardia, la Amstel Gold Race, la Settimana Coppi e Bartali y etapas en la Vuelta a España. Dámelo a mí. Ya sabe lo que es ganar una etapa en País Vasco y, esta vez, seguro que también lo intenta, como lo intentarán sus compañeros Diego Ulissi o Adriano Malori. 
Yannick Eijssen no vendrá esta vez con el BMC. El equipo que dirigirá Yvonne Ledanois traerá, sin embargo, un equipo competitivo en el que Tejay Van Garderen puede ser el líder. Otros, como Amael Moinard, Dominik Nerz, Steven Cummings o Steve Morabito pueden buscar su oportunidad.
Orica Greenedge se ha acostumbrado a ganar. Neil Stephens se trae a dos bazas de indudable fiabilidad, dos tiradores de primera: Michael Albasini y Simon Gerrans. Allan Davis, Pieter Weening y Simon Clarke tampoco son mancos. 
Los belgas del Lotto Belisol que dirige Mario Aerts llegarán a Elgoibar con un buen puñado de escaladores dispuestos a conquistar Beasain: Bart de Clerq, Jurgen Van den Broeck y Jelle Vanendert. El resto, como muchos otros, buscará su momento de gloria.
El Cannondale que antes era el Liquigas no viene con su equipo de gala. Brian Vandborg y Cristian Salerno pueden estar arriba y Maciej Paterski es rápido e inquieto. Seguro que los de Mario Scirea buscan las escapadas. 
Los franceses del FDJ vienen con su artillería más joven. Los Thibaut Pinot, Alexandre Geniez o Kenny Elissonde, más el silencioso pedaleo de Sandy Casar, Jeremy Roy o Jussi Veikkanen. Pinot estará corto de forma, supongo, y apuesto a que buscan el éxito desde lejos.
El Team Argos vendrá encabezado por Warren Barguil el joven francés que junto a Pinot o Demaré promete días de gloria para el ciclismo galo. Patrick Gretsch ya ganó el prólogo en Andalucía, Simon Geschke hizo una gran Roma Máxima y Johannes Fröhlinger lleva años haciendo buenos puestos. 
Bingen Fernández dirigirá al Garmin sin Daniel Martin pero con el hombre que le ayudó a llevarse la Volta a Catalunya, Ryder Hesjedal, quien acelera su preparación. Veteranos como Christian Vandevelde, Tom Danielson o Fabien Wegmann siempre pueden aparecer, aunque las bazas pueden ser Caleb Fairly si consigue llegar con los primeros y disputar cualquier esprint, y, sobre todo, Andrew Talansky. 
Vacansoleil no viene corto de líderes: Wouter Poels, Thomas de Gendt, Rob Ruijgh o José Rujano pueden meterse entre los primeros. Los demás buscarán las escapadas. 
Cofidis no viene de paseo. Jerome Coppel, Rein Taaramae y Dani Navarro ya han aparecido en lo que va de temporada. Christophe Le Mevel puede ser otra baza. Edwig Cammaerts y Luis Ángel Maté también.
Por último, el Caja Rural de Eugenio Goikoetxea intentará ser protagonista cada día, y, a buen seguro que lo conseguirá. Los Amets Txurruka, Iban Velasco, Omar Fraile o Marcos García saldrán con el cuchillo entre los dientes. Habrá que ver en qué forma se encuentran David Arroyo y Antonio Piedra. 
Con todos estos protagonistas, el recorrido puede empinarse y hacerse aún más difícil. Dicen que la carrera la hacen dura los corredores. Dicen que la lluvia también corre. Digan lo que digan, lo diremos en diferido cuando termine. Mientras tanto, esperar, e ir haciendo planes para asomarnos a la cuneta y disfrutar, una vez más, del ciclismo que no suele ocupar los titulares de la prensa, el ciclismo de verdad. 
Dejo la porra en un costado, que se animen los votantes. Si procede, igual hasta hay sorpresa para el ganador o ganadores. 

POSDATA: Después me he dado cuenta de que ya me huele no haber comentado que antes y después de la Vuelta al País Vasco también tendremos tres citas importantes para a aquellos a los que nos gusta el ciclismo más allá de los Pirineos. Este sábado, el santuario de Puy volverá a ver cómo los corredores se afanan por escalar hasta la colina y hacerse con el Gran Premio Miguel Indurain. Al día siguiente, domingo, se disputará la Vuelta a La Rioja que, como en las últimas ocasiones, se reducirá a un solo día que terminará con un circuito urbano con final en El Espolón. Después de la Itzulia, esta enorme semana de ciclismo se cerrará con la Clásica de Primavera en Amorebieta y, de nuevo, Muniketa y Autzagane serán los jueces de la carrera. También comentar que se producen las primeras bajas, y bajas dolorosas, y nunca mejor dicho. Hoy se ha sabido que el Caja Rural perderá a uno de sus líderes potenciales para País Vasco. David Arroyo no volverá a correr hasta Junio ya que deberá pasar por el quirófano para librarse de un forúnculo que ya le hizo la vida imposible en Catalunya. Una lástima.

lunes, 25 de marzo de 2013

Will Artino



Se acabó la temporada. 66 a 50 para los de Duke y ellos se enfrentarán a Michigan State en el Sweet Sixteen. McDermott y los suyos se vuelven de Philadelphia con la sensación, o eso quizás solo es cosa mía, de que quizás se pudo hacer algo más.
El partido fue un horror si nos fijamos en los porcentajes de tiro. Dieciseis canastas de cincuenta y tres intentos, casi nada, para Creighton, con un horroroso 2 de 19 en triples. No es que Duke fuera una juerga, pero algo mejor ya lo hicieron, lo suficiente para ganar. Con esa puntería, entre los dos se recogieron más de setenta rebotes, claro.
Nuestro amigo Artino debutó en la lucha por el título nacional. Greg McDermott le regaló un minutillo en el que consiguió una canasta y se marcó tres faltas personales. También contaron con minutos para celebrar el final de la temporada (y, quizás, para indicarles que la próxima les tocará a ellos) jugadores como Alex Olsen, Nevin Johnson, Geoffrey Groselle, Andre Yates y Taylor Stormberg. Una vez más, el mejor fue el finalista para el premio Naismith, Doug McDermott, con 21 puntos y 9 rebotes, aunque, esta vez, no pudo conseguir que su equipo ganara, y no pudo hacerlo, entre otras cosas, porque no estubo afinado mirando a canasta: 4 de 16 en tiros de campo y 0 de 4 en triples. Gibbs empezó bien el partido y acabó con 8 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias. Gregory Echenique consiguió 9 puntos y superó la barrera histórica de los 1.000 con la camiseta de los bluejays. Aunque para datos históricos, habría que señalar que la victoria de los chicos de Mike Krzyzewski supuso la 2.000 de su historia. Una victoria que se fraguó, sobre todo, gracias al trabajo del escolta Rasheed Sulaimon con 21 puntos y 5 rebotes. Mason Plumlee estuvo un poco más apagado y Seth Curry volvió a hacer un buen partido aunque tampoco estuvo fino en el tiro.
Supongo que dentro de poco ya haré la última entrada para resumir y concluír un poco lo que ha sido esta temporada frenética de los de Omaha. Quedarán para más tarde las incógnitas del cambio generacional de cada temporada: los senior que se despiden, los juniors que avanzan, los nuevos que vienen... Habrá que esperar para saber si Doug McDermott adelanta su profesionalización. 
A la espera de que llegue ese momento, aún nos queda lo mejor de la lucha por el título nacional. Con los Sweet 16 ya completos, se confirma que éste es el año de las sorpresas, aunque el nuevo héroe nacional sea esta vez la sorprendente universidad de Florida Gulf Coast que ya han eliminado a Georgetown y San Diego State. Ellos serán uno de los mejores dieciséis equipos nacionales junto con Louisville, Oregon, Michigan State, Duke, Kansas, Michigan, Florida, Wichita State, La Salle, Indiana, Syracuse, Arizona, Marquette, Ohio State y Miami. Fuera han quedado equipos potentes como Ole Miss, Gonzaga, Illinois, Butler, UCLA o Saint Louis. 
Alegra ver en esa lista a los vecinos de conferencia de Creighton, Wichita State, que sucumbieron en la lucha por la MVC ante Creighton, pero siguen adelante en el campeonato nacional después de eliminar a Gonzaga de Kelly Olynyk. El buen partido de los shockers Ron Baker y Fred Van Vleet, junto con el habitual rendimiento de Carl Hall, Malcolm Armstead y Clearanthony Early ayudó para que la MVC (conferencia que como ya os explique abandonarán los de Creighton la próxima temporada) siga teniendo un representante. Por Gonzaga, por cierto, poco pudo hacer el hijo de un histórico como John Stockton, David Stockton que se quedó en 4 puntos, 3 asistencias y 2 rebotes. 
Entre el 28 y el 29 de este mes veremos cómo estos dieciséis equipos se enfrentan por seguir adelante. Espero contarlo y no llegar tarde. 

La foto para Seth Curry tirando a canasta delante de Echenique según he encontrado en el buscador de google aunque pertenezca a usatoday.

sábado, 23 de marzo de 2013

Will Artino





Hace mucho viento en Santa Cruz de Tenerife. Anoche, paseando por La Laguna, nos encontramos con una procesión. Hubo dos reacciones muy claras. Los extranjeros se afanaron en grabarlo todo. Mi compañero y yo hablábamos escondidos detrás de un drago. Al final, nos metimos en una tienda de cine. Precisamente de cine, se habló en el congreso. Uno de los ponentes principales se explayó al hablar de Los Sopranos. Venía de Duke. Esta noche, no llegué a preguntarle si le interesaba, Duke se enfrenta a Creighton en la lucha por entrar en el sweet sixteen.
Ya siento que mi viaje de trabajo haya retrasado la información sobre la NCAA. No pude presentaros el bracket final, hablaros de los pronóstico de Obama, de la caída de Kentucky ni de las aspiraciones de los chicos de Omaha. Directamente, tengo que contaros que los del entrenador McDermott se desicieron de Cincinnati y pasaron de ronda. Es la primera vez que los arrendajos azules encadenan dos años consecutivos con victorias en el torneo final. Ahora toca viajar a Philadelphia y encarar un enorme reto, vencer a los pupilos de Coach K. Una gran noticia. Y pondría más entusiasmo si no fuera porque me estoy quedando congelado en esta terraza.
Una vez más, un gran partido de Doug McDermott, con figuras dobles en puntos y rebotes (27 y 11), sirvió para que los bluejays debutaran en las rondas finales por el título nacional con una apretada victoria. Empezaron fuerte los Bearcats, pero Ethan Wragge y Doug McDermott consiguieron poner en ventaja a Creighton. Después se apuntó a la fiesta Echenique y los de Omaha recuperaron el liderazgo. Una gran racha de Sean Kilpatrick volvió a acercar a los Bearcats, pero los tiros libres acabaron por decantar la balanza a favor de Creighton, sobre todo cuando, después de una falta flagrante señalada a McDermott, Shaquille Thomas falló los dos que tuvo. Enorme partido de Jahenns Mannigat, Will Artino no jugó y ahora les espera en la siguiente Duke. Parece que los de Coach K no son esta vez favoritos, pero son siempre un rival fuerte que puede señalar el final de una gran temporada de los de Omaha, aunque, quién sabe. Doug McDermott no deja de crecer y aún puede pasar de todo.
No tengo una buena conexión aquí, así que me temo que habrá que esperar hasta el día de guardar para que os diga cómo va la cosa en el resto de las eliminatorias. Se presenta una edición de la NCAA más abierta que nunca. No hay grandes favoritos, aunque la mayoría apunta a Indiana. Para Obama, los favoritos, si no me equivoco, porque hablo de memoria, eran ellos, Ohio State, Florida y Louisville. Pero, en cualquier caso, la verdad es que así como el año pasado Kentucky estaba en boca de todos y Kentucky cumplió con los pronósticos, este año, por no estar, no está ni Kentucky para revalidar título.
Como os digo, esto es lo que da de sí el wi-fi de esta terraza, así que mejor lo dejaba aquí mismo, pero parece que aguanta un poquito y me dará para contaros la otra gran noticia en relación con los arrendajos azules: la semana pasada se anunció, por sorpresa, por lo menos para mí, que el año que viene Creighton cambiará de conferencia. Uno de esos movimientos que a los europeos nos cuesta comprender, pero que demuestra que la universidad aspira a logros más grandes. Junto con Butler y Xavier, Creighton, como bien anunciaba la prensa y la web oficial de los bluejays, se unen a la potente conferencia de la Big East. A la Big East se la conoce como la conferencia de las siete grandes universidades católicas: Georgetown, Villanova, Marquette, St. John’s, Providence, Seton Hall y DePaul. Estas siete universidades llevaban tiempo comentando que querían crear una nueva gran conferencia y ahora lo han hecho. Mantienen el nombre y competirán en todos los deportes menos el fútbol americano. Además de “fichar” a estas tres universidades, también han firmado un suculento contrato televisivo con la Fox. A esta conferencia, ya pertenecieron, en otros tiempos, universidades como Conneticut, Cincinnati, Notre Dame o Louisville. Varias de las que aún se mantendrán para la próxima temporada (Georgetown, Villanova, Marquette…) saben lo que es ganar el título nacional. Si procede, ya os contaré más, cuando regrese a la península y a mi conexión doméstica. En unas horas volaré de vuelta, y en unas horas también, con cambio de horario incluido, los McDermott, Gibbs, Echenique, Mannigat, Chatman y compañía tendrán que afanarse para detener a Seth Curry y Mason Plumlee. Lo contaremos aquí, digo yo.
La foto: directamente desde el buscador de imágenes de google y del New York Times, al parecer.

jueves, 14 de marzo de 2013

Vladimir Tkachenko



Aunque no sepas de baloncesto (ni de música) seguro que alguna vez en tu vida has oído hablar de Tkachenko. O Tachenko. Llámalo como quieras. Acabó por convertirse en una forma de denominar (coloquial y un tanto despectiva) a todo aquel colega que nos birlara la dignidad con sus metros de más: ¡de qué coño va el tachenko éste! Yo creo que deberíamos hacer campaña para que la RAE recogiera el término en su diccionario. Ya puestos a decir gilipolleces: no he vuelto a saber de él desde que salió en La Hora Chanante. No, en serio, la última vez que leí de él, leí que andaba aprovechando un jugoso contrato de representación para visitar España. Y no es que no me alegrara por él, porque escuché que había acabado trabajando en una empresa de logística y, antes, como telefonista de una compañía de taxis. 
El tío del bigote. El soviético de 2'21 que no quiso salir de su país, hasta que aceptó la oferta que le llegaba desde Guadalajara cuando ya había dado lo mejor de sí mismo. 1 Mundial, 3 Europeos y 2 bronces en las Olimpiadas, de aquellos tiempos cuando los duelos entre EEUU y URSS empezaban con los acrónimos y no terminaban con las canastas.
Pues Tkachenko empezó a jugar al baloncesto en Kiev, porque él era ucraniano. En el mismo equipo en el que, al parecer, también empezaron a jugar Alexander Volkov y Alexander Belostenny. Y, ahora, el Budivelnyk Kiev es uno de los cuatro equipos que ha conseguido llegar ya hasta 100 metros de hacer cumbre en la Eurocup. Y no sin dar la campada. 
Porque ya tenemos semifinales en la Eurocup, a la espera de que los de Euroliga acaben de darse tortazos por clasificarse. Tenemos ya los cuatro equipos que acabarán por disputarse el título, primero, en unas semifinales a partido de ida y vuelta y después en la final que acogerá la ciudad belga de Charleroi. Por el camino, se han quedado varios favoritos, y, a las semifinales, han llegado dos equipos ACB y dos equipos de la extinta Unión Soviética que con tanto coraje defendio Vladimir Tkachenko. 
Antes de llegar ahí, se han quedado a las puertas el Ratiopharm Ulm alemán que plantó cara al Bilbao Basket, uno de los clasificados. Los alemanes son un equipo relativamente nuevo en esto de saborear el éxito y su temporada en Europa ha sido digna de elogio. Le ganaron a los vizcaínos en el primer duelo, debido, en parte, a uno de esos continuos cortocircuitos que vienen sufriendo los de Katsikaris durante esta temporada, pero también a la gran labor de John Bryant, uno de esos jugadores que no parece pero parece que lo hace todo bien, y el menudo base Per Guenther. También se quedó fuera el potente equipo de Jure Zdovc, Spartak St. Petersburgo. Llegaron a Kiev con una buena ventaja, pero dieron la sorpresa negativa al sucumbir de manera estrepitosa. Con Darius Johnson-Odom, Zach Wright, Vladimir Dragicevic, Nikita Kurbanov, Yaroslav Korolev, Loukas Mavrokefalides, Joshua Carter o Vasily Zavourev parecían candidatos a llegar hasta el final, pero el antiguo equipo de Volkov, Belostenny y Tkachenko, el Budivelnyk, obró el milagro. Los que si pasaron, los ucranianos y los vascos, se enfrentarán en la primera semifinal, una semifinal que se dirimirá en nada, ya, casi que mañana. 
También cayó al final el sorprendente Buducnost que tan buen sabor de boca dejó en Bilbao. El equipo dirigido por Dejan Radonjic y liderado por Aleksa y Marko Popovic, Gerald Lee y el jovencísimo Nikola Ivanovic entre otros seguro que se ha quedado con mal sabor de boca, pero deberían estar orgullosos de su rendimiento en esta competición. El Lokomotiv Kuban de Evgeny Pashutin fue demasiado para ellos. Los rusos cuentan con un potente equipo encabezado por veteranos como Simas Jasaitis, Jimmy Baron, Nick Calathes, Richard Hendrix, Mantas Kalnietis y Sergey Bykov. Derrick Brown fue su mejor hombre en el segundo partido de cuartos. No se lo pondrán fácil al Valencia Basket que será el otro equipo de ACB en semifinales. Los valencianos eliminaron a uno de los grandes favoritos, el Unics Kazan que entrena Stanislav Eremin. El ex-Barça Chuck Eidson no fue suficiente para vencer a los de Velimir Perasovic. Un gran partido de los hombres exteriores del Valencia, Rafa Martínez, Thomas Kelati y, en especial, Pau Ribas, dejó sin posibilidades a los rusos. Valencia y Lokomotiv Kuban disputarán una semifinal reñida. 
En la semifinal que, aunque solo sea por la casualidad del nacimiento, más nos toca de cerca, se vivirán duelos interesantes: Ainars Bagatskis por un lado, ex entrenador de Zalgiris Kaunas, Dijon y Riga entre otros, y Fotsis Katsikaris por el otro lado. Los de Kiev tienen potencial por fuera, con el ex Girona Dainius Salenga, el ex Lagun Aro, Rihards Kuksiks o el ex Pau Orthez Artur Drozdov; y altura por dentro, con los 2'16 del lituano Michailis Anisimov y los 2'18 del ucraniano Kostiantyn Anikiienko. Amén de dos americanos para dar lo mejor y lo peor, a veces, como Leo Lyons, ex de la Universidad de Missouri, al que no hay que confundir con el bajista de Ten Years After, y el escolta Malcolm Delaney, un joven que tras despuntar en Virginia Tech jugó un año en Francia antes de llegar a Kiev. En el otro lado, los habituales a este blog ya conocen los defectos y las virtudes del Bilbao Basket.   
Los ganadores no los sabremos hasta el 26-27 de Marzo, solo dos podrán viajar a Bélgica y jugarse un título que, excepto para el Valencia (ganador ya en dos ocasiones de la Copa ULEB), sería el primer título europeo para los otros tres.

La foto pertenece a la página web de la VTB United League e ilustraba la noticia del partido de viejas glorias en el que, como vemos, también participó Arvydas Sabonis, eterno rival en aquellos duelos entre el CSKA de Moscú y el Zalgiris Kaunas, pero buen amigo de Tkachenko. 
Y, aprovechando que el Ebro pasa por Zaragoza y que Limbo Starr ha colgado en el youtube el primer single del quinto disco de los zaragozanos Tachenko, pues lo cuelgo para amenizaros la tarde:


lunes, 11 de marzo de 2013

Will Artino



Y esta vez se lo merece y esta vez tenemos algo grande que decir... y celebrar. Porque, tanto esperar, al final en una entrada os tengo que resumir el final de la liga regular y el del play off por el título final de la Missouri Valley Conference, que supongo que ya no es difícil entender que han ganado los chicos del entrenador Greg McDermott. 
Como decía, además, nuestro amigo Will Artino, al que elegimos como substituo de Casey Harriman solo porque nació en Waukee, ha madurado a pasos agigantados en este tramo final de la temporada y, si ya lo era con anterioridad, se ha convertido en el segundo plan para el juego interior de los arrendajos azules, pero un plan secundario que se ha convertido en primordial. 
Pero, antes de contaros cómo han acabado convirtiéndose en campeones, nos quedaba por recordar tres partidos antes de que comenzara la fiesta final. Primero, los de Creighton perdieron ante Saint Mary's en el Ramada Worldwide BracketBusters por 66 a 74. Los 22 puntos de McDermott y los 18 de Echenique no sirvieron de nada en el McKeon Pavilion de Moraga, California, porque el buen trabajo conjunto de Brad Waldow (12 puntos y 12 rebotes), Mitchell Young, Matthew Dellavedova (19 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias) y Stephen Holt le dieron la victoria a los Gaels. 
Quedaban dos partidos de la liga regular de la MVC y en esos dos partidos se iba a decidir quién acabaría como líder y, por lo tanto, quién conseguiría la mejor posición para encarar el playoff final. Primero, los de McDermott visitaron a Bradley en el Carver Arena y Doug McDermott, con 32 puntos y 11 rebotes, se aprovechó de las asistencias de Chatman (6) y Gibbs (8) para derrotar a los de Bradley. Will Artino aportó 10 puntos y 7 rebotes y dio buenos minutos de reposo a Echenique. Resultado final, 80-62.
El último partido de la temporada regular se disputaba en el CenturyLink de Omaha y era un duelo por todo lo alto, con la liga regular en juego. No hubo color, 91 a 79, primer puesto en la liga regular y el mejor puesto del cajón en la carrera desesperada por el título. Carl Hall, con 15, y Demetric Williams, con 18, intentaron sostener a su equipo, pero Doug McDermott realizó un partido absolutamente insuperable, con 41 puntos y 15 de 18 en tiros de campo. Gran partido de un siempre completo Gibbs, con 12 puntos y 8 asistencias, y de los dueños del banquillo, Artino, que solo aportó 5 puntos y 2 rebotes, pero fue bastante en tan solo 10 minutos y Wragge, que se cascó tres de cuatro en triples. 
Así se llegó a St. Louis para la primera locura de la temporada, la de la conferencia, y los chicos de Omaha ampliaron su racha victoriosa con tres victorias consecutivas que se llevaron por delante a Drake, Indiana State y los otros favoritos, Wichita State, para alzarse con un nuevo título de conferencia y, ya de paso, una nueva oportunidad para disfrutar de la fiesta nacional del baloncesto universitario.
Drake no fue rival y, en cuartos de final, cayó por 65 a 53, a pesar del buen partido de Richard Carter y Seth VanDeest. Una buena defensa de los de Creighton dejó a Drake en 21 de 60 en tiros de campo, valga como ejemplo los números de Echenique: 11 puntos, 11 rebotes y 6 tapones. 23 puntos de Doug McDermott sumaron para conseguir una victoria en la que también destacó Will Artino con un enorme partido: 14 puntos (con 5 de 7 en tiros de campo), 6 rebotes, 1 tapón y 1 robo en 14 minutos. 
Casi sin asimilarlo, se plantó delante Indiana State, que no mejoró la resistencia de Drake: 64 a 43, y minutos de juego hasta para Alex Olsen, Nevin Johnson, Taylor Stormberg y Andre Yates. Will Artino jugó 14 minutos en los que aportó 4 puntos y 4 rebotes pero, en un partido relajado, una vez más, el que destacó fue, como no, Doug McDermott, con 25 puntos y 9 rebotes. 
Y llegamos al partido final con el rival más fuerte de esta temporada. Los Shockers de Wichita State se presentaban sin complejos, con un buen juego interior y solidez en todas sus líneas, amén de uno de los jugadores más en forma de la conferencia, Malcolm Armstead. Sus 28 puntos (con 4 de 9 en triples) y 9 rebotes, a pesar de ir acompañados de otros 13 de Carl Hall (fueron 4 de 14 en tiros, eso sí), no fueron suficientes. Cleanthony Early flojeó y no aprovecharon que las dos estrellas de Creighton, Doug McDermott y Gregory Echenique, tampoco tuvieron su mejor partido en ataque. McDermott falló 8 tiros y se quedó en 14, y Echenique no llegó a la decena de puntos pero, eso sí, consiguió 11 rebotes y 6 tapones. Los actores principales tenían esta vez papeles secundarios, al menos, sobre el guión: Jahenns Manigat, el trabajador canadiense, se fue a 16 puntos, incluyendo una canasta final que ampliaba la renta de los de Creighton cuando solo quedaban unos segundos, segundos que intentó convertir en gloria Malcolm Armstead para empatar el partido, pero su triple final no entró y el resultado se quedó en 68 a 65. Hasta entonces, Armstead mantuvo a los Shockers con posibilidades en un partido de rachas donde Wragge marcó las diferencias al principio, acabó con 15 puntos y 5 de 9 en triples. Artino tuvo un puñado de minutos en los que solo consiguió 2 puntos aunque, eso sí, agarró 5 rebotes. 

Y por todo eso, lucen tan alegres ahí arriba en la foto, con trofeo y todo (la foto, por cierto, pertenece a la espn y la he conseguido tras una búsqueda en google). Y queda lo mejor, porque ahora llegará la fiesta a nivel nacional y eso, como creo que ya he dicho, lo sabremos desde este próximo domingo. Hasta entonces, hay más alegrías para los seguidores de la universidad de Omaha. Ethan Wragge ha conseguido entrar en el quintento titular de la MVC que premia a aquellos jugadores que no solo destacan en las canchas si no también en las aulas. Wragge, que ha hecho una gran temporada, también mantiene una media de notas sobresaliente en sus estudios de Finanzas, Publicidad y Negocios. Si no lo consigue con el balón, parece que lo conseguirá con la chequera. Colt Ryan, por cierto, se llevó el título individual en esta categoría. 
Y hay más, porque, a falta de que se otorguen los títulos individuales y se consigan los colectivos, Doug McDermott ya va convirtiendo los halagos en hechos. A su título de conferencia, se une el reconocimiento de estar por segundo año consecutivo entre los quince finalistas por uno de los títulos individuales más importante del país, el John Wooden Award. De hecho, es el único en la lista que repite. Junto a Doug McDermott, los otros catorce elegidos son Anthony Bennett, Trey Burke, Erick Green, Shane Larkin, Ben McLemore, Victor Oladipo, Kelly Olynyk, Mason Plumlee, Otto Porter Jr., Marcus Smart, Deshaun Thomas, Jeff Whitey, Nate Wolters y Cody Zeller. 
Por último, y como entremés de lo que nos espera en pocos días, decir que Creighton ha regresado a los primeros puestos en las dos listas de apuestas que generan periodistas y entrenadores para la Associated Press y para el USA Today. En la primera ocupan el puesto 23 y en la segunda, el puesto 24. Allá por Noviembre llegaron a ser decimoprimeros, pero no está mal entrar en el bracket entre los treinta candidatos principales al título nacional. Por ahora, queda celebrar y seguir trabajando, que la temporada aún no ha terminado.

viernes, 8 de marzo de 2013

Andrew Talansky



He perdido las buenas costumbres. Antes seguía el calendario, me preocupaba hacer las cosas a su debido tiempo. Ahora, me limito a hacer lo que puedo o lo que quiero cuando quiero o puedo. Y eso ha ido pasando con esta temporada ciclista que lleva ya un buen tramo inicial agotándose, y aquí aún no hemos dicho ni pío. Quizás sea yo el único que tiene esta sensación, pero siento como si todo estuviera pasando como en sordina, un tanto borroso, en funciones. Entre la Operación Puerto, las entrevistas de Oprah Winfrey, los Thomas Dekker, Michael Boogerd y compañía, etcétera, etcétera, la carretera parece ausente, pendiente, secundaria. Y los ciclistas siguen corriendo. Y cada día hay más cicloturistas. Y todo sigue hacia delante, pero de tanto mirar hacia detrás, como que uno se ha desorientado un tanto. 
Ya se han corrido unas cuantas clásicas, aunque lo mejor esté por llegar. Lo peor fue que la Kuurne-Brussels-Kuurne tuvo que suspenderse por la nieve, y lo mejor fue ver sufrir a Biel Kadri para ganar la Roma Máxima (antiguo Giro del Lazio), disfrutar de la lucha sobre el sterrato que se llevó Moreno Moser en la Strade Bianche de la Toscana, la victoria de Peter Sagan en el GP Camaiore, la sorpresa de Alexei Tsatevich en Le Samyn o la velocidad de Mark Renshaw en Almería. Por etapas, también se ha corrido ya un poco. En Australia, ya se disputó el Down Under y se lo llevó Tom Jelte Slagter, dejando con la miel en los labios a Javier Moreno. Alejandro Valverde sí que no mirá hacia atrás, y ya se ha llevado la Vuelta a Andalucía, antes se estrenó en Mallorca. En Langkawi sorprendió Julián Arredondo, y Mark Cavendish pudo con Taylor Phinney en Catar.
Ahora mismo, empieza ya la locura cuando se acerca la primavera y el primer momento álgido de la temporada empieza a asomar. Los corredores andan camino de Niza, donde no llegará a tiempo nuestro vecino de las asics para aplaudirlos, y otros se encuentran paseándose por el sur de Europa entre dos mares. La París-Niza y la Tirreno-Adriático, tanto monta, monta tanto, señalan el comienzo de uno de los tramos más emocionantes de la temporada y, quizás, aunque auguro una temporada tan mediática en los juzgados como en el asfalto, quizás sea ya el momento de dejarse de fustigamientos, y disfrutar de nuevo de los tubulares y el sonido de los piñones. 
En la Tirreno-Adriático, apenas le ha dado tiempo a Matthew Goss para ponerse a cien. Pero, en la París-Niza, ya llevan unos cuantos días dándose candela, y hoy mismo pasarán una jugosa prueba para empezar a adivinar quién es el favorito al triunfo final. Por ahora, la prueba es una alegría para el ciclismo francés, con dos victorias consecutivas al principio, y ambas conseguidas por ciclistas con futuro, como Damien Gaudin, 27 años, y Nacer Bouhanni, 23, quien después se retiró cuando iba líder tras una dolorosa caída. No acaban ahí las alegrías para los franceses, porque el rendimiento de Romain Bardet en la etapa que ganó Andrew Talansky por delante de Davide Malacarne y Gorka Izagirre, fue digna de mención y confirma lo bueno que ha venido demostrando estos últimos años el de Brioude. 
Pero no solo los franceses sonríen, porque si alguna afición está huérfana de héroes (siempre lo está, la verdad) es la norteamericana. Tras el informe de Travis Tygart y la posterior confesión de toda su farsa, Lance Armstrong ha dejando vacante un hueco que, además, parece estar electrificado. De todas formas, si hay un candidato, más allá de los velocistas y llaneadores, ése es Andrew Talansky. A sus 25 años, el de Miami ha encontrado un buen puesto en el Garmin y empieza a demostrar lo que ya apuntó en el Tour del Porvenir de 2010, donde solo Nairo Quintana pudo con él. 
Hasta ahora, solo tiene un puñado de victorias: ganó el Tour de L'Ain, donde también se llevó una victoria de etapa, el campeonato de Estados Unidos contra el reloj en categoría sub23 o la que nos ocupa ahora, su etapa (y liderato que aún defiende y deberá defender duramente hoy) en la París-Niza. Pero lo mejor, han sido los puestos que ha ido consiguiendo y que le auguran un gran futuro, empezando por el ya mencionado pódium en el Tour del Porvenir. Por dos veces ha ganado el maillot al mejor joven del Tour de Romandía (donde el año pasado hizo pódium), ha hecho buenos puestos en el Campeonato Nacional Absoluto de contrarreloj y en el del Mundo y en su segunda Vuelta a España consiguió un prometedor 7º puesto. Hablamos de un escalador que rinde muy bien contra el crono y que, además, tiene cierta punta de velocidad, especialmente en grupos pequeños, como demostró hace un par de días en Brioude, la ciudad natal de Bardet, que no tuvo opciones en el esprint pero se lució ante sus vecinos, como ya hemos comentado. 
Hoy mismo veremos si Talansky resiste ante los muchos ataques que sufrirá o sucumbe ante los Richie Porte, Tejay Van Garderen, Peter Velits y compañía. Gorka Izagirre y Alberto Losada se encuentran muy arriba, pero muchos corredores tienen aún posibilidades. En la Tirreno-Adriático, aún queda para llegar a San Benedetto del Tronto, y mientras tanto, seguiremos viendo volattas y lo que, esperemos, no sean volattas.

La foto está sacada del buscador de imágenes de google, enlazado desde el Daily Telegraph.

viernes, 1 de marzo de 2013

Joey Barton



Lo bueno que tiene tener tanto trabajo es que no me he enterado del enésimo clásico. A la mañana siguiente, me levanté, abrí la edición de cualquier periódico digital y vi que el Real Madrid le había ganado al FC Barcelona. Y me dije: ¿ah?, ¿pero jugaban? No veas qué sensación de alivio, ni darme cuenta. Y eso que para una vez que no me doy cuenta la alegría pasa al barrio madrileño. Me alegré, casi me obligué a alegrarme (la sensación de hastío y falta de interés me supera), por mis amigos y conocidos que se incluyen entre los millones de seguidores del equipo merengue y que en los últimos años han sufrido (en parte, ya me gustaría a mí sufrir como ellos) un período un poco convulso de su equipo preferido. Yo, a lo mío, no me enteré de nada y seguí sin enterarme después. De hecho, aún no sé quién marcó los goles. Sé que uno lo metió Cristiano Ronaldo, el resto me la trae al pairo. 

Eso sí, de lo que sí me he enterado es de que Karim Benzema llegaba tarde a misa y al pobre le han pillado conduciendo demasiado rápido; que Balotelli, nunca dejará de sorprendernos, quiere hacerse una estatua de sí mismo; y de que Joey Barton se mofó de la nariz de Zlatan Ibrahimovic. Gracías Joey, hasta ahora, no me había fijado en la nariz de Zlatan. No me había fijado en la cara de Zlatan. Si le miras fijamente, también corres el riesgo de escucharle, y, la mayor parte de las veces, a Ibrahimovic es mejor verle jugar (o vivir) con la voz de la televisión en mute. Ahora ya me he fijado en su nariz. 

Probablemente, me hubiera ido mejor disfrutando del fútbol en las semifinales de Copa, que perdiendo el tiempo leyendo esas noticias que acabo de resumir. Pero no fue así. No vi el partido porque tenía otras responsabilidades, pero, si no las hubiera tenido, probablemente tampoco lo habría visto. Hace tiempo que empecé a sospechar de los derbies en la cumbre, amén de ir convenciéndome poco a poco de la resistencia pasiva que me invitaba a hacerme el Ibrahimovic cada vez que ocurría un nuevo fin del mundo de este mundo futbolístico reducido a dos que se pegan por uno. Tampoco voy a ponerme yo aquí melodramático. La Liga española no sería lo mismo sin FCB ni RM, y que tengan más resonancia que los demás supongo que va acorde con el dinero que mueven y la trascendencia que generan, y me libraré de criticar esto o de pedir que otros reciban como consuelo una porción pelín más gruesa del pastel. No, yo de lo que voy es de algo más triste aún: de disidente fumao. A mí me la pela, miro para otro lado, que hagan lo que quieran, me fijo en los actores secundarios y por eso, después de esta extensa y ridícula introducción, en lugar de escribir una égloga sobre las virtudes tácticas de José Mourinho o un réquiem por las desgracias extradeportivas del FC Barcelona, me vengo arriba, me dejo llevar por los efectos secundarios, y a quien le dedico mi entrada es a Joseph Anthony Barton.

Joey ya no es un niño, que tiene 31 tacos, y ahora ha emigrado y todo para ganarse el pan, no es broma. Es además un hombre complejo, y aquí no hay ironía. No voy a intentar descubrir la complejidad de su personalidad en una ridícula entrada de blog, así que podemos decidir que aquí más que hablar de Barton hablamos de la figura, del personaje, o de la dimensión profesional de Barton, y esta dimensión, este personaje o esta figura son paradójicas, complejas y un tanto cautivadoras (sobre todo, a distancia).

Barton empezó ya un poco torcido cuando de chaval cambió la cantera del Everton por la del Liverpool (su mal rollo con los seguidores del Everton aún le persigue) y acabó en la del Manchester City con los que al final debutaría en la Premier, y no sin éxito, ya que consiguió el premio al mejor jugador joven del equipo. Acabó jugando con el City hasta cinco temporadas (unos 130 partidos con 15 goles) para luego marchar al Newcastle United. Al Newcastle llegó justo cuando se marchaba Lee Bowyer, otro jugador del que se podría hablar largo y tendido, y que durante sus años en el Newcastle protagonizó una patética pelea sobre la cancha con su compañero Kieron Dyer (no es el mismo Dyer, éste es Nathan, que se las tuvo hace unos días con su compañero Jonathan de Guzmán, ex del Mallorca y Villarreal, y hermano del ex del Dépor Julián de Guzmán, porque ambos querían tirar el mismo penalty y eso es difícil de conciliar, los calmó Nice to Michu). Los cinco años de Barton en el NU terminaron mal cuando se encaró con Alan Shearer y su ayudante Iain Dowie y le mandaron a jugar con el Queen's Park Rangers. Poco le duró la paciencia a Mark Hughes que ha acabado por cederle al Olympique de Marseille donde Barton intenta que los aires de la Provenza lo convenzan de dedicarse solo a pasar la pelota y meter gol. 
Y es que la fama de Barton supera a su reconocimiento como un jugador de garantías en defensa, un medio centro que sabe aplacar el ritmo de juego cuando hace falta. Con el paso de los años, mejoró su llegada a gol y su capacidad de pase, y siguió mejorando sus virtudes para la retención. Sin embargo, como decía, esa reputación se ve mancillada por la fama: algunos lo consideran el jugador más sucio de la Premier League. Quizás lo hagan solo por pura estadística (39 amarillas y 3 rojas solo en sus cinco años en el City) o por muchas de sus archifamosas noticias relacionadas con sucedidos violentos (o polémicos) dentro (y fuera) de un campo de fútbol.

Sin ir más lejos, Mark Hughes perdió la paciencia no sin fundamento. Tras el último partido de liga contra el Manchester City, Barton fue sancionado con 12 partidos por conducta violenta, dicen, aunque yo creo que fue por abuso de variedad. Chiste malo: no solo usa los puños, contra el City lo intentó y probó con todo. Le dio un codazo a Tévez, una patada a Agüero y con la cabeza lo intentó con Kompany. En la variedad está el gusto y también el tamaño de la multa: 12 partidos que acabaron con él en Marsella donde ya llevaba trece jugados y en el último, un gesto suyo movió videos del youtube por todo el mundo. Tras un salto con el brazo abierto (muy feo e innecesario por parte de Ibrahimovic), ambos jugadores se encararon y Barton le recordó a Ibrahimovic el tamaño y la forma de su pituitaria. 

Por supuesto, el currículo de Barton es más extenso. Ha estado dos veces en prisión. Ha tenido sus más y sus menos con compañeros y rivales, en entrenamientos y en partidos. Se ha zurrado, encarado o enfrentado con Ousmane Dabo, Dickson Etuhu, Gabriel Agbonlahor, Xabi Alonso, Fernando Torres, Morten Gamst Pedersen, Fernando Torres, Abou Diaby, Gervinho, Alex Song, Bradley Johnson o Karl Henry. A Xabi Alonso le hizo una entrada escalofriante, las partes íntimas de Etuhu encontró con otra, le hizo comentarios homófobos a Torres, dicen que raciales a Agbonlahor, aparentemente le enseñó el culo a los aficionados del Everton y supuestamente una vez hizo un saludo nazi. En Tailandia se encaró con un aficionado de 15 años del Everton. Le pillaron en varias broncas en la calle, una bastante gorda. A su compañero Ousmane Dabo le puso la cara como un cromo. En 2008, durante un juicio, reconoció sus problemas con el alcohol. Y seguro que hay muchas más. 
Quizás la más famosa fue una de las más antiguas y sucedió durante una fiesta de Navidad cuando aún jugaba para el City. Sin más, le apagó un cigarro en el ojo a Jamie Tandy, que por entonces jugaba en el filial, cuando pilló a este intentando prenderle la camisa. La cosa trascendió con los años. Tandy dio titulares como éste: "Joey Barton Turned Me Into Wife-Beater" (Barton me convirtió en un maltratador). Barton dio su versión que aún se puede leer en su página web bajo el título de "The Cigar Incident". Tandy, por cierto, se dedica ahora a ganarse la vida limpiando ventanas, pasa del fútbol, y hace poco fue detenido en Heathrow cuando intentaba coger un avión, probablemente para huír de sus responsabilidades tras ser acusado de golpear a su novia. 
Con ese currículo, alguien se tomará a mofa ahora que yo diga que Barton es un tío complejo. Pero lo es. Es un personaje de contrastes. Llegó a ser en una ocasión internacional, y luego la prensa se hizo eco de sus declaraciones críticas con muchos de los jugadores que participaron en el Mundial de 2006, a los que Barton acusó de aprovecharse económicamente después de dedicarse a publicar biografías tras el mundial. Lampard le llevó la contraria, Gerrard le alabó la sinceridad. Y precisamente por sincero nadie va a ganar a Barton. Confesó que tenía problemas con el alcohol pero, además, no oculta sus sentimientos aunque estos sean oscuros, peligrosos o viciados. Cuando aún no había terminado su experiencia en el Queen's Park Rangers pero se sospechaba el final, confesó que sentía que los aficionados no le tenían mucho aprecio y, en unas declaraciones que jamás esperaría escuchar en España, dijo que "I knew I'd come for money" (sé que vine solo por dinero) y que ésa era la razón de que toda esta experiencia hubiera estado torcida desde el principio. Cuando ya se supo que se marchaba a Marsella, declaró: "My slate's never going to be clean but I think I've found a football club who love me for being a bit of a rogue". Traducción pelín libre: "Nunca voy a limpiar del todo mi reputación, pero al menos ahora he encontrado un equipo que sé que aprecia, aunque sea un poco, que soy un pelín granuja". Quizás es que no hay granujas en el fútbol español, o quizás no haya granujas del calado de Barton, pero si los hubiera, tampoco creo que fueran capaces de decirlo así. 

No es solo por eso que Barton es un tío complejo. Hace ya tiempo que Barton dijo que quería revertir su imagen y convertirse en un modelo de buena conducta. Del todo no lo ha conseguido, pero se ha convertido en un fenómeno del twitter, gracias a sus muchos comentarios de carácter incendiario e ilustrado y su uso de citas de gente como Gandhi, Nietszche o Einstein. El debate ha llegado hasta el Telegraph y el Guardian... hasta al New York Times, donde hace poco publicó Benji Lanyado un artículo titulado: "Joey Barton's Twitter Philosophizing". Lee libros y habla de los libros que lee. Farda de su amistad con Noel Gallagher y es un fan confeso de The Smiths y de Morrissey y no se cansa de repetirlo y de hacer bandera de ello. Para acabar con la música, posee un caballo de carreras que se llama como una canción de Arctic Monkeys (si no os creeis toda esta información, la mayoría está en la Wikipedia). En una entrevista con Amal Fashanu (la hermana del futbolista John Fashanu) habló abiertamente de la homosexualidad, llegando a decir que lamentaba que aún no hubiera jugadores que confesaran su condición y que esperaba que esto ocurriera pronto. Añadía que uno de sus tíos es homosexual y que se sentía sensible con ese tema. Finalmente, escribe en The Big Issue, un periódico de calle (con sede en el Reino Unido pero que también se vende en Australia, Japón, Corea del Sur o Taiwan), que venden mendigos y donde escribe gente como, además de la columna de Barton, la autora de Shire Hell Rachel Johnson o la presentadora del Sunday Morning Live en la BBC One, Samira Ahmed. 

Un carácter difícil, una vida intensa, un personaje complejo con aparente talento para las cosas sencillas: tanto en el fútbol como en la mera observación. No le estoy justificando ni encumbrando: lo que ha hecho, hace o hará, lo ha hecho, lo hace y lo hará, y tendrá que apechugar por ello. De todas formas, tendré que agradecerle que, gracias a él, sé que Ibrahimovic tiene una napia de consideración. 
Mañana, por cierto, otro clásico, dicen que descafeinado, y éste que se supone que soy yo, que se supone que lleva un blog, que se supone que habla de fútbol, entre otra cosas, se lo va a saltar como está mandao. Luego vais, y si os apetece, ya me lo contáis. 

Por cierto, la foto es de Barton a lo Bradley Wiggins, con aspecto de mod sofisticado. Wiggins, por cierto dos, ha sido invitado por Roger Daltrey a todos los conciertos de la gira de The Who, según he escuchado hoy en Radio 3. Por cierto tres, la foto de Barton la he encontrado en google y parece que pertenece a la hemeroteca del Telegraph