lunes, 1 de julio de 2013

Alba Torrens



Además, es que da gusto verlas jugar. España se hizo con el título de campeona de Europa 20 años después. Se dice pronto, pero fue allá por 1993 y precisamente ganándole en la final a Francia. Fue en Italia y en aquella selección de Manolo Coloma había jugadoras que pasarían a la historia del baloncesto femenino nacional como Blanca Ares, Betty Cebrián, Marina Ferragut, Pilar Valero, Margarita Geuer...
Lo que hicieron aquéllas ya fue un éxito. Te doy un dato, de 1938 a 1991 se disputaron 23 campeonatos de baloncesto femenino en Europa. Solo el primero, que ganó Italia, y el de 1958, que ganó Bulgaria, no lo ganaron las soviéticas. De hecho, para cuando ganaron en 1993 las españolas, la URSS (que compitió como Rusia) llevaba 17 campeonatos consecutivos. 
Desde entonces, ha habido mucho más colorido: ha vuelto a ganar Rusia (2003, 2007 y 2011) y otras nacionalidades que antes convergían bajo las siglas sobre fondo rojo. Lituania ganó en 1997, Ucrania un año antes. Y también lo han hecho dos que no habían ganado hasta ahora, Francia (2001 y 2009) y República Checa (2005). España ha repetido del plato fuerte de la jornada, como decía aquel, en la última edición que acaba de terminar en Francia, encima, derrotando en la final a las anfitrionas. 
Las chicas entrenadas por el catalán Lucas Mondelo han hecho además un torneo prácticamente perfecto. Y sin el casi. Ha sido perfecto. Acabaron líderes del grupo B tras ganar sus tres partidos en Vannes (y no era un grupo nada fácil). Vencieron por 77 a 72 a las decepcionantes rusas; por 59-71 a las italianas; y por 49-73 a las suecas que quedaron segundas. 
En la segunda fase, España volvió a liderar su grupo con una inmaculada serie de tres victorias: vapulearon a Eslovaquia (80-44), se deshicieron de Montenegro (50-66) y ganaron a Turquía (61-48). Entraron así en la fase final, inaugurando los cuartos con su partido ante la República Checa, que no fue rival: 75-58. Lo duro venía en semifinales con las serbias delante. Pero también superaron esa prueba: gracias al gran partido de Sancho Lyttle y Cristina Ouviña. Solo quedaba un último obstáculo, pero precisamente el más serio: las anfitrionas, ante su público, contra las subcampeonas olímpicas lideradas por Isabelle Yacoubou y Céline Dumerc. Pero también esta hazaña la escribieron. En un final apretado, no apto para cardíacos, las Amaya Valdemoro, Sancho Lyttle, Alba Torrens, Cristina Ouviña, Marta Xargay, Laia Palau, Elisa Aguilar... consiguieron el oro. Y... Laura Nicholls, Cindy Lima, Silvia Domínguez, Queralt Casas... Todas merecen mención, aunque haya sido Lyttle quien se haya llevado el MVP, y Alba Torrens quien haya realizado la mejor actuación individual del torneo y Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar las que hayan recogido los elogios como relevo de aquella otra generación del 93 y ejemplo de la suya que consigue retirarse dando paso a una nueva y celebrándolo con una gran victoria. Y, además, da gusto verlas jugar. 
Las dos se retiran a los 36 años tras un largo bagaje y palmarés. Valdemoro se retira con un palmarés que contempla 8 Ligas, 9 Copas, 4 Supercopas, 3 Copas de Rusia, 1 Superliga Rusa, 3 Anillos de la WNBA, 1 Euroliga y 3 Mundiales de Clubes. La medalla de oro del Eurobasket reluce junto a la plata y los tres bronces que ya tenía y el bronce del Mundobasket de 2010. Aguilar salió de la cantera del Canoe, pasó por la Universidad George Washington, debutó en la WNBA e hizo gran parte de su carrera en Valencia antes de volver a Madrid. Tampoco es corto su palmarés. Las dos representan, como ya he dicho, a esa generación intermedia que ahora da el relevo a las más jóvenes, a las nacidas a finales de los 80 y principios de los 90, encabezadas por Cristina Ouviña y una Alba Torrens, jugadora del Galatasaray turco, que se ha marcado un torneo espectacular. 

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