jueves, 30 de enero de 2014

Egoitz Murgoitio



La tercera prueba de la Copa del Mundo de ciclocross se corre en Koksijde, en la misma costa del Mar del Norte. Allí, en Noviembre de hace tres años, Egoitz Murgoitio acabó a 3:45 del ganador, Sven Nijs, en un decimosexto puesto que supo a gloria. Este año ya no fue lo mismo. En la última edición, hace un par de meses, Niels Albert se llevó el triunfo. Murgoitio no pudo repetir el éxito. Una caída le obligó a retirarse. Él dice que no tiene nada que ver, que viene todo de antes, incluso. Que la temporada ya empezó torcida. El caso es que Egoitz Murgoitio, uno de los mejores ciclocrosistas vascos de los últimos años, se retira, con tan solo 30 años. Aitor Hernández y Javier Larrinaga se van a quedar sin un buen rival, para su alivio, y desgracia de los aficionados.
Hoy le entrevistaban en el periódico Deia. Alain Laiseka, que de ciclismo sabe un rato, no podía evitar que en sus preguntas se notara la sorpresa que le producía esta retirada. Ya casi terminando la entrevista, le insiste en que solo tiene 30 años, si no pensaba que aún era joven para este deporte, que había margen de mejora. La respuesta de Murgoitio es contundente:
"Ya no (ríe). Sé que en un par de años más podía haber progresado bastante, pero eso es algo que ya no va a pasar y no me paro a pensarlo. La gente me lo dice, pero prefiero hablar de lo que he hecho en lugar de lo que ya no voy a hacer: aquella carrera de Igorre de 2011, el 12º puesto en Tabor o el 14º en Valkenburg..."
En algún momento de la entrevista, el propio Murgoitio, que parece incapaz de convencer a Laiseka de su decisión, insiste en que físicamente estaba mejor que nunca (ganador en Elorrio, los resultados en Tabor y Valkenburg son de esta temporada), pero que su cabeza estaba en otro sitio. Ya no disfrutaba. Iba obligado a las carreras, sin motivación, sin instinto ganador. Él sabe, quizás, por qué, pero también sabe que no importa mucho. Es así, y si es así, no merece la pena. 
Es mejor ser valiente. Encararlo. Atreverte. Porque, como él mismo explica en la entrevista, lo que empieza ahora es tan vertiginoso como una caída por un barranco. Tras toda una vida dedicada al ciclismo, a los 30 años, empiezas una vida nueva, sin saber nada más que darle a los pedales. 
Egoitz Murgoitio lo intentó en la carretera, y llegó a ser profesional en aquel Nicolás Mateos murciano que dirigía José Luis De Santos y donde, si no me confundo, tuvo de compañero a Beñat Intxausti. No funcionó. Decidió que podía intentarlo en el barro, ya había sido campeón cadete y sub 23 antes. Y no le fue mal, por supuesto: victorias en Karrantza, Ispaster, Asteasu... Subcampeón nacional, buenos resultados internacionales (esta temporada llegó a ganar en Eslovaquia), Campeón de Euskadi... Y aquella carrera en Igorre... decimoprimero. A un solo puesto de acabar entre aquellos diez primeros que tanto persiguió. Pero recuerda los apellidos que quedaron por delante: Albert, Mourey, Nys, Wellens, Pauwels, Vantornout, Aernouts, De Knegt, Walsleben y Heule. Y después Murgoitio, casi nada. 
Ahora, él prefiere hablar de eso. 
Dice que su decisión no ha sido consecuencia de un "calentón". Lo deja bien claro: "En alguna carrera se me echará de menos, pero luego llegarán otros y a mí me olvidarán."
Cuando lees la entrevista, te da la sensación de que entiendes a ambos. A Egoitz Murgoitio porque, realmente, no parece que su decisión sea un capricho ni un arrebato, y parece una persona cabal y reflexiva que ha tomado una decisión meditada y necesaria. Pero también entiendes lo que le cuesta aceptarlo a Alain Laiseka (igual no, y es solo impresión mía), aunque sea más por pena que por falta de comprensión. Quedan Aitor Hernández y Javier Ruiz de Larrinaga, y por detrás hay más, veteranos, como Aketza Peña, o jóvenes, como Jonathan Lastra y Álex Aranburu, pero da la sensación de que se pierde un activo importante y una promesa factible. De todas formas, lo dice Murgoitio, llegarán otros. Y barro siempre va a haber. Así que... 
Zorionak por su carrera deportiva al ciclista de Abadiño y suerte con su nueva vida. Y suerte a los que igual están ya en Hoogerheide, o en Bergen Op Zoom o en el mismo Amberes, que tampoco queda lejos. Este fin de semana es el campeonato del Mundo, que se disputa en la primera de las ciudades que he nombrado. Murgoitio quizás lo vea por la tele. Y yo también. Ahora, nos pareceremos en eso... porque lo que es en estilo encima de una bici, eso, ni en activo ni retirado, ni con las luces tan chulas que me regalaron por reyes y que aún no he colocado. Nop.  

Posdata: la foto la he encontrado en google. Parece que pertenece a rodamoncycling.com

Paco Gento



Primero, porque mi abuela, que falleció hace poco, siempre fue del Rácing de Santander. El fútbol le importaba más bien poco, pero no su tierra, así que era del Rácing aunque el Rácing ya no fuera lo que era. 
Segundo, porque crecí en verano llevando a las vacas a abrevar a un riachuelo cántabro que parecía transparente y estaba frío como un bloque de hielo, pero, aún así, metías la mano. Y cuando jugábamos a subir a los árboles y yo me quedaba abajo o cuando corríamos por las calles de tierra y yo tenía por costumbre caerme el primero, por entonces, tenía yo un amigo vecino que también era del Rácing. Y un día, enfrentándonos en un juego que venía a tener la mismísima importancia que una final de la Copa de la UEFA, le robaba yo el balón, le driblaba, iba a meter gol por la misma escuadra de la vieja marquesina del autobús, y me paro a lo Johan Cruyff, piso el balón, le espero, y le grito: "tío, que soy del pueblo de Goikoetxea." A lo que, con mucha dignidad, sin tan siquiera intentar quitarme el balón, coge su chaqueta del suelo y se da la vuelta mientras grita: "Y Paco Gento es de Guarnizo, no te jode." No sabía quién demonios era Paco Gento, por supuesto, pero sonaba a fútbol puro y me quedé sin saber cómo devolvérsela y sin meter el gol de mi victoria.
Tercero, porque mucho tiempo y muchas lecciones después, sí que tuve un amigo cántabro que más que aficionado era fanático. Socio del Rácing, si no me equivoco; de los que no dormía si su equipo perdía y no había quién le quitara la sonrisa si era al revés. No sé qué fue de él ni cómo dejé de tratarle, pero recuerdo que tenía la cara redonda y los mofletes sonrosados, como de niño criado con leche ordeñada, como decía, precisamente, mi abuela, paisana suya. Nos llevábamos bien. A los dos nos daban el mismo miedo las mujeres y nos gustaba lo mismo estar callados. Un día me dijo que estaba convencido de que si hubiera nacido en Dos Hermanas, habría acabado siendo aficionado del Rácing de Santander igualmente. Yo como que no insistí y él lo dejó así, orgulloso de una frase tan redonda. Mejor que no lo hiciera, porque, en el fondo, pensaba y pensé que intentar explicar eso no podía acabar bien, porque, ya de por sí, me parecía una exageración sin sentido. Eso sí, lo que estaba claro es que el tío era del Rácing de verdad. 
Hoy no me he acordado de mi abuela, ni de Paco Gento, pero sí de este último. He querido imaginarme que estaba en El Sardinero y que él, como tantos otros, me imagino, estaba emocionado aplaudiendo a sus jugadores allí abajo, en un campo vacío, ya sin rivales ni árbitro. Luego he pensado que esa imagen era bonita, pero que entonces también tendría que imaginármelo enrabietado gritándole al palco y angustiado y triste cada vez que leía la sección deportiva del Diario Montañés. Y he pasado de seguir imaginándomelo. Aunque, si tuviera que apostar, apuesto a que hoy estaba ahí. Y si estaba ahí, espero que, en el dolor, haya encontrado algo de alivio, porque seguro que le duele, y seguro que lo de hoy, le ha aliviado, aunque sea un poco, aunque sea por poco tiempo. 
Creo que lo dije en la entrada anterior, no conozco los detalles de esta situación. Es difícil hacer afirmaciones rotundas cuando no conoces los detalles, pero, sinceramente, la dignidad y el orgullo comedido y honesto de los jugadores, técnicos y empleados del club, y el apoyo y la entereza de su público, a mí, desde fuera, con los codos en la barrera, me ha parecido auténtico y conmovedor. Quizás es porque no dejaba de ver caras redondas de mofletes sonrosados y estoy hoy moñas y la nostalgia me puede. 




Posdata: el vídeo, que igual en algún momento deja de funcionar, del youtube. Y su dueño parece que ya ha dejado el sello ahí a mi izquierda. La fotografía, del buscador de google y parece que la enlazan desde la página web de eitb.com.

martes, 28 de enero de 2014

Paco Fernández



Ya vinieron los Reyes, pasaron las Navidades, empezó el mercado de invierno y se terminó la primera vuelta. De Primera división, ya lo sabéis todo: que tres se pegan por el trozo más grande del pastel, que en el Betis han pasado del cielo al infierno en un visto y no visto y que el cuarto de la liga es el mejor cuarto de la historia de la liga desde que se inventó lo de los tres puntos por victoria. De la segunda, probablemente, también tengáis más información: Augusto César Lendoiro se va pero el Dépor sigue líder y los aficionados disfrutan de la liga más apretada de la historia. Hay nueve puntos (tres victorias) entre el primero y el decimotercero (que está a solo cuatro de la promoción). Eso sí, del último puesto a ese decimotercero que parece el centro, hay seis puntos (está a solo tres del descenso). Vamos, que uno puede estar arriba, cierra los ojos, y se encuentra abajo. 
Pero, ¿y la segunda b? 
¿A quién le importa? A mí, no te jode. A los socios, socias, aficionados, aficionadas, empleados y empleadas, futbolistos y futbolistas de los 79 equipos que forman la categoría, ¿no? 
Ya en la Tercera no me meto porque el número de equipos sube a 360 y eso ya es mucho decir. Además, ya me tocó hace un par de años disfrutar de la tercera como socio y aficionado y, sí, con un año tuve bastante. 
Así que me he pasado unas horas enredando en la red para echar un vistazo a ver cómo van los cuatro grupos ahora que estamos empezando la segunda vuelta y ya se empieza a ver qué puede ocurrir cuando el verano esté más cerca. 
Os lo cuento:

El primer grupo, o grupo 1, es el que menos filiales tiene y prácticamente la mitad del grupo lo conforman equipos que juegan en capitales de provincia. Normalmente, los equipos de grandes ciudades han contado con clubes fuertes, económica y deportivamente, y con aspiraciones, mientras que los filiales eran un misterio cada jornada, lo mismo se lucían que se quedaban mustios. Sin embargo, en los últimos años, muchos equipos con solera y con el respaldo de un buen municipio han sufrido los recortes públicos y los presupuestos y proyectos demasiado ambiciosos, mientras que los filiales parecen más sólidos y competentes que nunca. En este año y en este grupo, sin embargo, dos equipos de esos que representan a grandes ciudades y clubes con historia, ambos compartiendo nombre, se han encaramado a lo más alto de este grupo. El ascenso parece cosas de rácings, ya que tanto el de Santander como el de El Ferrol ocupan los primeros puestos. Cerca andan el Guijuelo donde juega el vizcaíno Ander Gago y el ambicioso proyecto del Oviedo de José Carlos Granero. El Grupo Carso del millonario mejicano Carlos Slim entró en el accionarado del equipo asturiano y ha reforzado una plantilla con la que aspira a volver a convertir al Carlos Tartiere en protagonista del fútbol español. El veterano delantero Diego Cervero está en racha y jugadores como Néstor Susaeta, Ion Erice, Javi Annunziata, Alain Arroyo o el portero canario Orlando Quintana le dan empaque a este equipo, el Oviedo, que siempre ha aspirado a regresar a lo más alto del deporte profesional. Unos puestos en los que estuvieron, por cierto, a mediados de los años noventa, cuando los entrenaba Javier Irureta y uno de los jugadores que siempre salía de refresco era el actual entrenador del Rácing de Santander, rival ahora, y protagonista de esta entrada, Paco Fernández. 
La temporada del Rácing de Paco Fernández está siendo de enmarcar. El actual entrenador de los santanderinos llegó al Rácing después de ascender al Caudal de Mieres a segunda B y llevarlo al hito más grande de su historia cuando, hace nada, como quien dice, jugaron la fase de ascenso a Segunda división. No son buenos tiempos para los aficionados del Rácing, con el club en una situación institucional que, desde fuera, no se entiende muy bien pero se entiende cómo debe doler. Los jugadores no cobran y han decidido que cerrarán su brillante actuación en la Copa del Rey sin presentarse a jugar el partido de vuelta ante la Real Sociedad para, así, reivindicar sus derechos y quejarse por su situación laboral. La afición pierde los nervios pero no la capacidad de reconocimiento para con unos jugadores que, sin cobrar, tienen al equipo liderando su grupo y eliminando a equipos de primera en la Copa. Gran parte de la culpa la tiene Paco Fernández. Como jugador, ya lo dijimos, formó parte de aquel Oviedo que se clasificó para la UEFA. El Oviedo de los Toni Gorriaran, Luis Manuel Arias, Nikola Jerkan, Ricardo Bango, Jordi Vinyals, Carlos Muñoz, Marius Lacatus, Janko Jankovic, Félix Sarriugarte... Paco, como se le conocía futbolísticamente, de hecho, jugó los dos partidos que cerraron la participación de los ovetenses en competición europea. En el Carlos Tartiere, salió en la segunda parte para substituir a Ricardo Bango, autor del gol que le dió la victoria, 1-0, al equipo de Irureta ante un Genoa italiano que estaba liderado por el checo Thomas Skuhravy. Precisamente él, sería el autor de dos de los tres goles (el otro lo marcó el italiano Nicola Caricola) que dejaron en nada el gol de Carlos Muñoz. Paco volvió a salir en la segunda parte por Bango pero no pudo hacer nada para eliminar al equipo italiano donde jugaban los ya nombrados más otros conocidos como Mario Bortolazzi, el brasileño Claudio Leal "Branco" o el malogrado Gianluca Signorini, no Peppe Signori, que fue delantero del Lazio y el Bolonia, si no el defensa Signorini, con una larga y reputada trayectoria, quien al retirarse intentó empezar carrera como entrenador en el Pisa pero sus aspiraciones se vieron truncadas por una esclerosis lateral amiotrófica. Su número se retiró en el Genoa después de que falleciera en 2002.
Parte del éxito de este Rácing que entrena Paco Fernández son los goles de Mamadou Koné. Pero no lo van a tener fácil. El otro Rácing, el de El Ferrol, que entrena José Manuel Aira y lideran los goles del delantero Manu Barreiro, va a oponer resistencia hasta el final. Por cierto, Aira es un viejo conocido del Barakaldo porque formaba parte de aquella talentosa generación que se reunió en un Deportivo B que se enfrentó al Barakaldo en una fase de ascenso a segunda. Ninguno subiría, pero en aquel Dépor B jugaban muchos jugadores que debutarían con el primer equipo y luego harían carrera en diferentes equipos y países, incluso en Escocia, como es el caso de David Fernández (ahora ojeador para el Manchester City) quien tenía como compañeros, además de a Aira, a los delanteros José Luis Deus y Maikel Hermann, a Carlos Padín o a Pablo Pinillos.
Los dos Rácing, el Guijuelo y el Oviedo ocupan ahora mismo los puestos de ascenso en este grupo, pero tienen muy cerca al Avilés de Josu Uribe, donde juega Mikel Méndez, al Burgos de Ramón Calderé, donde juegan Galder Cerrajería y Arkaitz Ruiz, el Ourense del goleador Iker Alegre, el Zamora de los navarros Jokin Esparza e Imanol Elía y el filial del Spórting que dirige Abelardo Fernández y donde destacan jovenes jugadores como Pablo Pérez. 
Por debajo, hay que tener en cuenta que, en este grupo, solo hay 19 equipos, así que solo descenderán tres. El Salamanca Athletic, proyecto que intentó sacar adelante Juan José Hidalgo tras el fallecimiento del Salamanca, no consiguió un puesto y dejó cojo al grupo. El Noja parece defenestrado en el último puesto. La crisis institucional del equipo ha llevado a que, en la última jornada, solo contaran con siete jugadores profesionales. A tal punto llegó la cosa que, según reflejaba la prensa, los locales se negaron a achicar el agua que inundaba un córner para no jugar su último partido contra el Burgos y conseguir un aplazamiento, ya que el club cree que va a conseguir una inyección de dinero en breve y podrá incorporar nuevos jugadores. Precisamente, los del Burgos se dedicaron a achicar el agua y el partido se jugó aunque con retraso. Solo tres puntos más que el Noja tiene un Caudal que no parece que vaya a poder repetir los éxitos recientes y el Tropezón cantabro ha caído también al pozo tras cosechar tres derrotas consecutivas. 

El segundo grupo está más apretado. De hecho, está tan apretado que los presidentes de los clubes han decidido no vestir corbata para evitar riesgos de ahogamiento (Ramón Gómez de la Serna). No, en serio, hacía tiempo que no se veía un grupo tan disputado. El primero, Las Palmas B, tiene 44 puntos, pero es que el octavo tiene 38. En seis puntos están ocho equipos: dos filiales, varios históricos, equipos potentes y recién descendidos. Por abajo, Peña Sport y Sariñena se hunden, el Laudio, el Puerta Bonita y un sorprendentemente poco efectivo Tudelano, además de los filiales madrileños del Atlético y el Getafe de José Francisco Molina, lucharán por no acompañarles en el descenso de categoría. 
Como ya hemos mencionado, ahora mismo, el líder es un sorprendente Las Palmas B. El equipo que dirige el ex central de Las Palmas, Albacete y Hércules, Víctor Afonso, se ha mantenido en la cabeza durante toda la temporada. Con los goles de Héctor Figueroa, hermano del ex del Dépor y del Betis y ahora en el primer equipo que dirigen Sergio Lobera desde el banquillo y Juan Carlos Valerón desde el campo, Momo Figueroa, y una defensa rotunda, los canarios se han mantenido en lo más alto sin problemas. Destacan otros como el ex del Barakaldo Tyronne del Pino, José Artiles o el capitán David Simón. Algunos ya no son tan jóvenes y tienen experiencia. 
Justo por detrás de este filial, otro, el del Athletic Club de Bilbao. Los de José Ángel Ziganda se trajeron una derrota contundente de Huesca, pero, la verdad, son probablemente el filial más sólido y eficaz que he visto en muchos años. Juegan como veteranos, sin fracturas y en grupo. No sé si es solo mérito de Ziganda e Iñigo Lizarralde o tiene algo que ver la calidad de los jugadores. Alguno de ellos, como los Jon García, Unai Bustinza, Iñigo Egüaras o Iker Guarrotxena, ya llevan unos cuantos años en el equipo y saben de qué va la categoría. Otros, como el delantero Guillermo Fernández (ha debutado esta temporada en primera división), los centrocampistas Unai López y Ager Aketxe o el extremo Sabin Merino están despuntando este año. Serán un rival muy complicado para todos los aspirantes a la lucha por el ascenso en este grupo. 
Y uno de los que ya está luchando es el Barakaldo. Los problemas de lesiones en el ataque parece que están apelmazando un poco al equipo, que ya no genera juego con la soltura con la que lo hacía al principio de temporada. La marcha de Jon Ander Garrido en el mercado de invierno puede solucionarse si gente como el capitán Eneko Rubio da un paso adelante. Los de Iñaki Zurimendi pasaron un bache que les sacó del dulce puesto entre los cuatro primeros, pero, aunque les cueste más ganar, lo han vuelto a hacer durante dos partidos consecutivos y han regresado a los puestos de honor. Ningún aficionado del club debería perder la perspectiva: los aspirantes al cuarteto que luche por el ascenso son poderosos, algunos mucho más poderosos que el conjunto gualdinegro y, sin embargo, el equipo sigue en la pomada y con aspiraciones fundadas. 
El que ahora mismo ocupa el último puesto de promoción es el Toledo donde juegan el ex barakaldés Urko Arroyo y los guipuzcoános Julen Colinas y Álex Albistegi. Sin embargo, detrás de canarios, bilbaínos, barakaldeses y toledanos hay un buen puñado de candidatos que, a buen seguro, consigan que de aquí al final de temporada, los escudos de los primeros puestos cambien de colores en más de una ocasión. Son equipos como: el Leganés de Asier Garitano, donde se está saliendo Javier Eraso. Junto a él, la defensa es cosa de Mikel Santamaría y Martín Mantovani y la delantera del navarro Fran Moreno y Carlos Álvarez. Por cierto, en el Leganés jugaba Carlos de la Vega, quien ahora, si no me equivoco (te equivocas, esa noticia es antigua y él sigue jugando al fútbol, no deberías sacar este tema si no conoces bien los detalles), sigue en prisión incondicional, al igual que el ex jugador del Athletic Jesús Emilio "Txutxi" Díaz de Mier, el ex del Hércules Predrag Stankovic y los representantes de futbolistas Zoran Matijevic y Pablo Acosta, hermano del exjugador del Atlético de Madrid Antonio Acosta. Todos ellos fueron acusados de tráfico de drogas. El Fuenlabrada también es un candidato a la promoción de ascenso, quizás el más irregular de todos. Dirigidos por José María Salmerón, quien substituyera en su día a Josu Uribe cuando a éste le cesaron en el Alavés, se mantienen arriba, en parte, gracias a los goles del veteranísimo Sergio Pachón. El Huesca de David Amaral, quien cogió el cargo tras el cese de Pablo Alfaro, era el candidato más recurrente y va de menos a más. Tienen posibles y el ex entrenador de Tenerife, Salamanca y Las Palmas, cuenta con un plantel de garantías: Nacho Zabal, Enrique Corrales, Jonathan Sesma, Tariq Spezie, Juanjo Camacho, Rafael Barber, el italiano Francesco Scardina... Otro aspirante es el Conquense del goleador Borja Lázaro. 

En el grupo tres hay cinco equipos entre 40 y 45 puntos que parecen los más fuertes. Por orden son el Llagostera, el Baleares, el Alcoyano y el Villarreal B. Empatado con el último de los cuatro está el Lleida, equipo que el año pasado se quedó con el puesto de promoción al que aspiraba el Barakaldo en la última jornada. Por debajo, el Prat se queda último pero entre el decimocuarto, el Badalona, y el decimonoveno, el Ontinyent, solo hay cinco puntos. Entre ellos, se aprietan equipos como Levante B, Constancia, Espanyol B y Olot.
El Llagostera está sorprendiendo gracias a las actuaciones de su portero, José Moragón, el defensa goleador Enric Pi y los delanteros Eloy Gila y Marc Sellarés. Tiene muy cerca a un Baleares que empezó la temporada acaparando protagonismo en la prensa con los fichajes de Walter Pandiani y su hijo Nico Pandiani, pero, pronto, ambos se marcharon a Uruguay para jugar en el Miramar Misiones de Gonzalo de los Santos. En el Baleares aún juegan el ex del Eibar Pedro Mairata, el brasileño Thiago Benavides, el ex del Lleida Xisco Hernández o el racinguista Christian Portilla. Un puesto por debajo el Alcoyano del canario Rayco García, quien el año pasado jugaba en segunda con el Mirandés. El filial del Villarreal se mantiene en promoción con un equipo sólido que ya ha dado jugadores al primer equipo como Eduardo Ramos, Moi Gómez o Pablo Íñiguez. Aitor Fernández, portero que llegó desde el Barakaldo, también ha sido convocado en más de una ocasión. Juanto Ortuño, por cierto, se está luciendo marcando goles. Por último, el Lleida aspira a repetir el éxito del año pasado gracias a los goles de Jaime Mata y Jesús Imaz.

Por último, en el grupo cuatro, aparecen en cabeza un sorprendente La Hoya Lorca y tres antiguos segundas como Albacete, Cartagena y Cádiz. Linense, Guadalajara, Cacereño y Lucena se resisten a perder opciones y se mantienen al rebufo. Por debajo, éste es el grupo más apretado. Parece que Ecija y Sanluqueño lo tendrán difícil para librarse del descenso, pero los filiales de Almería y Córdoba aún pueden soñar. Precisamente estos últimos, el filial cordobés que dirige Paco Ortiz, donde destacó a principio de temporada el ex-Bilbao Athletic Sergio Mendigutxia hasta que ascendió (debutó y marcó gol) al primer equipo en Segunda A, consiguieron una victoria de oro en la última jornada al dar la sorpresa en casa del Linense y ganarles por 1-2. El partido ha conseguido un hueco en la prensa nacional pero no por lo deportivo, si no por los incidentes que ocurrieron después, prestándose especial atención a la imagen de un policía que encañonaba, según contaban las crónicas, su arma ante un menor de edad.
El líder del grupo es un sorprendente La Hoya Lorca que fue fundado hace tan solo 12 años. El año pasado subió por primera vez en su corta historia a Segunda B y ahora lidera su grupo. Los aficionados llaman al equipo el brócoli mecánico y está dirigido por José Miguel Campos, quien substituyera a Javier Clemente en segunda cuando a este le cesaron en el Murcia. Luego pasó por Jaén y Cartagena. En el equipo lorquino, destacaba el juego del delantero Alfredo Ortuño, pero al igual que ha hecho con el Barakaldo y Jon Ander Garrido, aquí también apareció Quique Pina. Ha fichado al delantero para el Granada y lo ha cedido al Girona de segunda A donde debutó ante el Eibar y lo hizo marcando el gol del empate. Campos tiene más argumentos, como el ex del Osasuna B Fran Carnicer, el delantero Pablo Pallarés o el interior Carlos Martínez. 
Cerca de ellos está el Albacete de Luis César Sampedro. Siguen los problemas económicos en el histórico club manchego, pero parece que sobreviven y con ambiciones deportivas. Se está saliendo el delantero Rubén Cruz, quien lleva ya dieciséis goles (solo Juan José Silvestre "Jito", delantero del Sestao, con 18 goles, le supera). Además, los goles de Cruz le han otorgado muchos puntos al equipo de Luis César Sampedro. Los recortes presupuestarios y los retrasos en el pago de las nóminas hicieron que solo siete jugadores se quedaran en el equipo. Entre ellos, los veteranísimos Antonio Calle y Fran Noguerol. Eso sí, llegaron muchos nuevos como el portero del Alcorcón Fran Dorronsoro, el ex del Cádiz Carlos Indiano, o el bético que jugaba en el Xerez, Israel Bascón. También destacan en el queso mecánico (queso, brócoli...) jugadores como el rocoso central José Manuel Rojas, el uruguayo Jorge Díaz, el racinguista Mario Ortiz o el delantero Sergio Molina. El Cartagena de Luis García Tevenet aspira a esos dos primeros puestos después de olvidarse de su experiencia en la Copa, truncada al encontrarse con el FC Barcelona. El ex sevillista Tevenet se ha traído talento de su tierra, como el extremo Antoñito Regal o el máximo goleador del equipo, el delantero centro Fernando Rodríguez, quien también le marcó en Copa al FC Barcelona. Otros jugadores importantes son el ex del Nástic Carlos "El Puma" de Lerma, el murciano Antonio Megías, o el argentino de la cantera del Córdoba, Fede Ruiz de Maio. También juega aquí el bilbaíno con apellido cinéfilo, Javier Tarantino. El Cádiz se queda en el cuarto puesto pero la llegada de Quique Pina para reflotar la economía del equipo les obliga a tener incluso más aspiraciones. Acaban de incorporar al experto guardameta Sergio Aragoneses y al capitán del Barakaldo Jon Ander Garrido, quien debutó en la última jornada, victoria ajustada por 2-1 ante el Ecija. Garrido manejó ya el centro del campo junto con otro vizcaíno, Mikel Martins. Juan Villar está haciendo una gran temporada. Otro ex gualdinegro, Fran Pérez, quien llegó a Cádiz desde Lugo, lidera la defensa. En punta, el malagueño ex del Hércules y el Leganés, Dioni Villalba es el delantero centro.
Los aspirantes que les siguen tampoco son equipos que puedan dejarse sin tener en cuenta. En la Balompédica Linense los goles los están poniendo el cordobés Hugo Díaz y el veterano Isaac Chico "Copi". El Guadalajara se mantiene arriba gracias a la puntería del castellano Quique González, recién llegado de la cantera del Valladolid. El Cacereño acaba de incorporar al mediapunta asturiano Jairo Álvarez y no quiere perder al centrocampista sevillano José Carlos Romero "Checa". Por último, el Lucena se agarra a los puestos de arriba gracias a los once goles del ex del Eibar Javi Gómez.

Así pues, a estas alturas, cuando aún falta prácticamente la segunda vuelta entera, jugarían el play-off de ascenso a una sola y definitiva eliminatoria el Rácing de Santander, el Las Palmas B, el Llagostera y La Hoya Lorca. Los que fallaran seguirían intentándolo con los siguientes rivales: Rácing del Ferrol, Guijuelo, Real Oviedo, Bilbao Athletic, Barakaldo, Toledo, Baleares, Alcoyano, Villarreal B, Albacete, Cartagena y Cádiz. Solo dos lo conseguirían. Pero, para llegar ahí, todavía falta mucho camino y, apuesto lo que quieras, habrá cambios. En unos meses, volvemos, y os lo contamos. Hasta entonces, os animo a que disfrutéis de todo lo que queda más allá de las competiciones que promociona la banca nacional. 

Ale, a jugar a pala, eso sí, que conste que la foto es de aquella histórica eliminatoria para los aficionados del Oviedo y la he encontrado rebuscando en google. Pertenece a un blog que responde al nombre de Oviedo 1926 en fotografías, si no me equivoco.

miércoles, 22 de enero de 2014

Jon Ander Garrido



El mercado de invierno comenzó hace unos días y por ahora no ha habido mucho movimiento: Óscar Ustari dejó el Almería, Thievy Bifouma andaba entre Barcelona y Málaga, Sergio Canales apuntaba a la mudanza en Valencia, a Diego Perotti lo tentaban desde su país, el Manchester United quería a todo el mundo y parece que, al final, se hará con Juan Mata... y poco más. Fichajes habrá y ha habido muchos más, menores, humildes, que solo llaman la atención de unos pocos aficionados y de los periodistas que cubren las noticias regionales y locales. 

Uno de ellos ha tocado en una región, o localidad, a la que yo tengo por residencia, lugar de nacimiento y, por inercia o vocación, paisaje sentimental que me ha curtido hasta convertirme en lo que soy, poco más que un socio del club local, y para de contar. Precisamente, al club local, que, así dicho, suena a película comprometida de Ken Loach sobre algún equipo de un barrio obrero en el extrarradio de una gran ciudad, le ha salpicado el mercado invernal hoy mismo. Nos ha salpicado de arriba a abajo, como cuando pisas una baldosa suelta en un día de lluvia. Y, como cuando ocurre eso, también ahora tienes dos opciones, o te lamentas, te fustigas, y maldices a la vida por estar calado hasta la bragueta, o te partes la caja, te vas para casa, te cambias de ropa, y la próxima vez que pases por esa calle, y llegues a esa altura, la miras, y susurras, capulla, esta vez, no me pillas. 

Te volverá a pillar, tenlo por seguro, si no es ésa será otra; si no es en la próxima, será a la siguiente. 

La noticia, dejémonos de circunloquios con poca gracia, es que Jon Ander Garrido Moracia, nacido en Bilbao en 1989, y jugador del Barakaldo CF durante las últimas temporadas, ha firmado un nuevo contrato con Calambur Intermediaciones, el Granada SAD o el Cádiz, no se sabe muy bien con quién, aunque, supongo, a poco que te informes mejor que yo, se averigua. Quique Pina, hombre de negocios y cuyos negocios se centran en el mundo del fútbol y en la empresa Calambur Intermediaciones, es la razón de que Udinese, Granada y Cádiz, y no sé si algún club más, vivan en una situación comercial y jurídica que, supongo, de nuevo, estará muy clara, pero no para mí, que no he tenido mucho tiempo para informarme como es debido; así que, mejor, os quedáis con lo superficial y, si queréis saber más, os informáis mejor que yo. Lo que he podido entender, a través de la prensa, es que parece que Jon Ander Garrido firma por tres años por el Granada y, durante el primero, será cedido al Cádiz. 

Jugar en el Cádiz no le va a suponer salto de categoría. Llega a un club histórico, dirigido por Raúl Agné (subió al Girona a Segunda A, dejando en la cuneta, por cierto, al Barakaldo), y que se encuentra, ahora mismo, en la cuarta posición de su grupo, un puesto por debajo del que ocupa el Barakaldo en el suyo, aunque ambos tienen los mismos puntos. Por cierto, en Cádiz se encontrará Garrido con el vizcaíno Mikel Martins y, probablemente, con algún otro compañero que también llegue nuevo en enero, como Miguel García y el que, en su día, fue nombrado mejor portero de la segunda división, Sergio Aragoneses (después de más de 300 partidos con el Tenerife), que ya han sido confirmados. El club gaditano tuvo que esperar, dada su situación económica (administradores concursales rigen el club), para saber si iba a poder fichar en el mercado invernal. Cuando consiguieron el permiso, Quique Pina se puso al tajo y el tajo, en lugar de morir en Portugal, ha  ido a hacerlo al Nervión. 

Con la salida de Jon Ander Garrido se marcha uno de los últimos recuerdos que nos quedan de nuestra experiencia más dolorosa y, a la vez, más feliz, de los últimos años. Quedan otros jugadores que vivieron aquello, pero, de alguna manera, el capitán, después de la salida de Txemi Talledo aquel mismo verano, quedó como la imagen, gracias a su gol en Águilas, del final feliz que tuvo nuestro dramático descenso a tercera división al conseguir el ascenso en un solo año. 

Por cierto, al portero me lo tropecé hace ya unos cuantos meses por Bilbao, atareado en sus labores de padre, sin darse cuenta de que yo lo miraba con ganas de acercarme, darle la mano, y, de paso, las gracias, por sacar aquella en aquel remate que iba dentro. No le dije nada a Talledo aquel día y, probablemente, si bajo al Pópulo y me encuentro, por casualidad, con Jon Ander Garrido en sus callejuelas, acabe por tragarme las ganas de acercarme, pero, si me atreviera, lo haría también para darle las gracias: no por la mano, pero sí por la cabeza o lo que fuera. 

Durante sus cuatro, cinco, no sé cuántas temporadas aquí, Garrido, a mi humilde parecer, ha mostrado una línea regular, ligeramente ascendente. Siempre como medio centro, de esos que ocupan su tiempo en ir barriendo y saneando, de los que se pasan el partido mirando el juego como si fuera una partida de ajedrez, de los que buscan la espalda como los soldados la casamata, de los que, cuando tenían el balón, intentaban colocarlo en la balda que les quedaba más cerca pero bien colocado. En mi obtusa opinión de mero aficionado y socio de poco fuste y menos ánimo de discusión, Garrido, cuando ha sido titular y cuando no, ha funcionado en el equipo como una pieza fundamental del engranaje, de las que no parecen importantes, pero son básicas para que arranque el motor. Tan poco se apreciaban, a veces, sus virtudes, que, generalmente, lo que sí se veía a la primera eran sus flaquezas: poco espacio para florituras y un sexto sentido para atraer cartulinas de colores. Normalmente, los aseaba, como dicta su profesión. 

Fuera de lo que diera con los borceguíes, en el fútbol, y más aún en clubes como el nuestro que podrían protagonizar películas de Ken Loach, hay otros intangibles que superan al talento y la precisión: la entrega, el pundonor y la honradez. Y el capitán, en los años en los que lo ha sido, ha cumplido con esos valores. Al menos, en el campo; y, aparentemente, fuera de él. Igual que no me informo bien del mundo de los negocios futbolísticos, tampoco soy de los aficionados que se mantienen enterados del ocio y la intimidad de los jugadores, y me ciño más bien al césped, como el balón. Así que lo que digo, lo digo con miopía, que es como veo yo. Si hubo más, yo lo desconozco. Y según lo que he visto, el capitán cumplió, de sobra y dignamente, con sus labores. 

Con todo ello, y repito, en mi modesta e incapaz opinión, ésta es una pérdida importante para el club en un momento igualmente importante. Dicho esto, no creo, tampoco, que sea una baja insalvable. Entiendo que hay forma de cubrirla en la plantilla y que, en el mercado, también habrá refuerzos que puedan, de alguna manera, equilibrar lo que se pierde con lo que se gana. El mercado siempre ha estado debajo de las baldosas esperando días de lluvia, y lo va a seguir estando, tanto para el Barakaldo como para cualquier otro club, por los días de los días, y más aún en estos días, cuando del Córdoba te vas a Nueva York y en los periódicos deportivos necesitan hacer secciones especiales para seguir las carreras de los jugadores nacionales emigrados. Si no es Quique Pina será otro, pero ofertas siempre hay igual que habrá quien las acepte y quien las rechace. 

Y ésta parecía irrechazable. Aunque, en principio, Garrido no suba de categoría y juegue en un equipo con la economía renqueante, parece que quien le ficha aspira a darle más galones en el futuro, más cifras en la nómina y más firmeza a su futuro deportivo. Además, el club de origen, el club local del que soy socio, ya sabes, recibe una cantidad económica por el traspaso, lo que nunca puede dejar de ser una buena noticia para nuestras saneadas, pero siempre hambrientas, arcas. O bien para reforzar lo que se ha debilitado. Para lo que sea. Sea como sea, ha sido. Y si es por el bien de todos, pues bien sea. Yo que sé. 

En fin, no es que el Real Madrid haya fichado a Lionel Messi ni que Cristiano Ronaldo se haya unido a José Mourinho en Can Barça, no estamos hablando, por supuesto, del fin del mundo, que solo decirlo, suena estúpido, pero, qué quieres que te cuente... no tengo nada mejor (o peor) de lo que escribir. De aquí se fueron Iñaki Moreno, Juan Luis Fuentes, Eneko Rubio, Jon Altuna, Jon Solaun, Asier Armendariz, Galder Izaola... solo por mencionar mediocentros como Garrido, y el balón ha seguido girando; no hemos subido de categoría, pero ahora tenemos mascota, dicen que somos más en las gradas, que las arcas están más saneadas y no sé qué más contarte. Algunos de esos volvieron, otros se fueron cuando debían, algunos, para el gusto de los aficionados, lo hicieron demasiado temprano, pero, como decía, el club no dejó de existir ni el equipo de hacer fútbol, a veces bien, otras, no tanto. No sé si Garrido volverá, ojalá le vaya bien en su aventura, pero, lo que sí sé es que, por mucho que se nos haya ido el autor del gol en Águilas, habrá más goles, más capitanes, más fichajes y, sobre todo, mucho mejores blogueros.

Posdata: la foto la he pillado de la web oficial del club y espero que no me cobren otro medio día del club por ello.

martes, 21 de enero de 2014

Will Artino



Sí, Will Artino, otra vez.
Han jugado qué, nada, cuatro partidos más desde que hablé la última vez de toda la panda: Artino, el entrenador McDermott, su hijo, la estrella silenciosa, y los demás arrendajos azules; pero es que, fíjate tú, uno de esos partidos, precisamente el último, les ha dado acceso a las habitaciones con las vistas más flamantes en los hoteles más lujosos del mundo de la prensa deportiva. Y había ganas, claro, después de (ya van unos cuantos) años siguiendo a los de Omaha, había ganas de dar fe de lo que pasó en Pensilvania. 
Porque, vayamos por partes, como decía, los de Greg McDermott han jugado cuatro partidos, de los que han ganado tres y han conocido, después de diez victorias consecutivas, la derrota. Perdieron hace unos días contra Providence, cuando visitaron a los de Ed Cooley en el Dunkin' Donuts Center. Antes de esta derrota, ampliaron la racha triunfante hasta las diez consecutivas, tras añadir dos victorias más, una, un tanto apretada, ante Xavier, la otra, más sosegada, ante los otrora héroes nacionales, Butler, ambas victorias en el CenturyLink de Omaha ante más de 17.000 espectadores. 
Tantos o más hubo, por supuesto, en el cuarto encuentro de esta nueva tacada, el que se saldó con victoria y que vino después de la derrota ante Providence: una auténtica paliza en su visita a uno de los grandes favoritos para conseguir el título nacional,  la Villanova del histórico Jay Wright.
Pero antes de hablar de este partido, hablemos de los otros tres. 
Dos victorias más seguidas en casa: 95 a 89 ante Xavier y 88 a 60 ante Butler. Contra Xavier, no pudieron hacer nada ni Semaj Christon, ni Justin Martin ni Matt Stainbrook, a pesar de que los tres hicieron buenos números y mantuvieron a Xavier en el partido. Doug McDermott volvió a salirse (35 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias) y agotó los rumores sobre un posible freno de su rendimiento por los problemas en el hombro. Ethan Wragge se cascó otros cinco triples, Austin Chatman dirigió bien al equipo y Jahenns Manigat estuvo más comedido en su labor de substituir a Grant Gibbs mirando más a canasta, pero siguió en buena línea. Devin Brooks, desde el banquillo, siguió aportando mucho, esta vez, 14 puntos. Y, finalmente, nuestro protagonista, el de Waukee, Will Artino, aprovechó sus escasos 16 minutos para conseguir 4 puntos y apoderarse de hasta 8 rebotes. 
Unos días después, llegó Butler y se llevó una derrota contundente. Los de Indiana aún andan acostumbrándose a la marcha de Brad Stevens y no parece que este año vayan a repetir éxitos. En Omaha, completaron un flojo partido que lideró, de nuevo, Doug McDermott con 28 puntos y 5 rebotes. Solo otro jugador de Creighton, Austin Chatman, alcanzó dobles dígitos (10 puntos) y eso, en parte, porque ni Ethan Wragge ni Jahens Manigat estuvieron, esta vez, acertados en el tiro. Lo más reseñable, la buena aportación desde el banquillo de gente ya habitual, como Devin Brooks (8 puntos) y Will Artino (9 puntos y 4 rebotes en solo 11 minutos), y otros que no lo son tanto, Zach Hanson y Geoffrey Groselle, ambos con 8 puntos de contribución. 
La primera derrota llegó en Providence, Rhode Island. En la ciudad que fundó Roger Williams, los de Omaha se toparon con un implacable quinteto titular. Los cinco elegidos por el entrenador Ed Cooley estuvieron a un gran nivel, aunque sobresalió un Bryce Cotton que, esa semana, se llevó el premio al mejor jugador de la conferencia, y, en parte, fue por sus 23 puntos que derrotaron a los de un Doug McDermott flojo en el tiro (se quedó en 21 puntos y 7 triples). Lo más importante, de nuevo, el banquillo, con 10 puntos de Devin Brooks y 9 puntos y 6 rebotes en 15 minutos de nuestro amigo Will Artino.
Con un sabor de boca agridulce, llegaba una de las fechas más importantes del calendario, la visita a los Wildcats de Villanova. El partido llegaba en un momento favorable para los de Jay Wright, ya que habían alcanzando los puestos más altos en los ránkings que señalan a los favoritos para el título final. De hecho, llegaban a este encuentro colocados entre los cinco primeros, tanto en la clasificación que establecen los entrenadores como en la que elige la prensa. En quince partidos (éste fue el decimosexto para ellos), solo habían sido derrotados ante la Syracuse de Jim Boeheim, que es la favorita número dos para el título final, y, eso sí, se lo pusieron difícil a los de Syracuse en su casa del Carrier Dome. 
Para más presión, los encargados de Villanova decidieron cambiar de pabellón para este encuentro. En lugar de jugarlo, como suelen hacer prácticamente siempre, en la cancha que el equipo tiene dentro del campus, en The Pavilion, mucho más coqueto y con mucha menos capacidad, se decidió jugar el encuentro ante Creighton en el Wells Fargo Center, un monstruo donde entran más de 21.600 personas cuando se juega al baloncesto y que suele ser la casa de los Philadelphia Sixers (eso sí, el récord de asistencia lo puso un Villanova-UConn). De todas formas, como comentaba algún periodista, los jugadores de Creighton se tranquilizaron al saber que, aunque no hubiera sido ante Villanova, ellos, como visitantes, habían jugado más partidos en el Wells Fargo Center que la mayoría de los Wildcats.
Con todos estos antecedentes, el partido se presentaba emocionantísimo. Y no defraudó. Aunque no fue el suspense por la victoria lo que mantuvo la emoción. Y es que el marcador final, 68-96 para los de Omaha deja bien a las claras lo contundente de la victoria. 
Una victoria que se basó en un ataque aplastante, con una efectividad en el lanzamiento desde la línea de tres que ha llevado a los de Omaha a los libros de historia de la Big East cuando aún solo llevan siete partidos de bagaje en esta conferencia. Finalmente, fueron nada más y nada menos que 21 triples conseguidos, los nueve primero sin fallo, catorce en la primera parte, y con un porcentaje por encima del 50%. Más datos de la eficiencia de ataque: 25 asistencias.
Si los números son contundentes, los datos históricos lo son más. Como explicaban en la web oficial del club, éste es el primer partido que los bluejays ganan fuera de casa ante un equipo que aparece en los ránkings de favoritos desde 1978. Más, es la primera vez, desde 1970, que se gana a un equipo clasificado entre los cinco primeros, ya sea en casa o fuera. Y más aún, el cuarto puesto que ocupaban los Wildcats en una de los dos ránkings más importantes convierte a esta victoria en la victoria más importante en la historia reciente de los de Omaha. La razón: Villanova parece el rival más fuerte al que vencen desde que, en 1963, vencieran a una Arizona State que encabezaba entre los primeros los ránkings de favoritos. 
Y si los números y los datos históricos no dejan lugar a duda, esto se ha visto reflejado en algunos titulares que han alcanzado carácter nacional (y hasta internacional). John Rothstein titulaba su información en CBSSports.com con las siguientes palabras: "Wragge, Creighton put on offensive clinic in rout of Villanova", algo así como "Wragge y Creighton apalizan a Villanova gracias a una gran lección de ataque". En la misma página web, Matt Norlander añadía este encabezamiento: "Creighton gives most impressive shooting showing of season at Nova" o, en castellano libre, "Creighton ofrece ante Villanova la exhibición de tiro más impresionante de la temporada". Otra página web, la de ESPN.com, elegía a Eamonn Brennan como informador y éste califica la demostración de Creighton de increíble. Por último, en NBCSport, Rob Dauster se marcaba dos reportajes en el día. En el primero, el titular rezaba: "Creighton hits 21 threes in a rout of No. 4 Villanova", o, en otras palabras, "Creighton logra 21 triples para darle una paliza al favorito número 4, Villanova". En el segundo, se centraba en Ethan Wragge, uno de los héroes del día, al que dedicaba todo el artículo y el titular. Más tarde, el propio Dauster publicaba otro artículo sobre los favoritos a ganar el Player of the Year (premio al mejor jugador del año a nivel nacional) y, sin medias tintas y convencidísimo, se deshacía en elogios hacia Doug McDermott para colocarlo en el primer puesto por delante de jugadores más mediáticos como Shabazz Napier, Marcus Smart, Jabari Parker o Joel Embiid. Finalmente, la noticia también llegaba a España, y en planetacb.com se hacía eco del festival de triples con una noticia en la que se colgaba un vídeo con los primeros nueve triples consecutivos sin fallo. 
Y, por supuesto, triples de por medio, y como ya hemos mencionado, no podía ser de otra manera: Ethan Wragge fue uno de los héroes de esta victoria con sus 27 puntos y 9 de 14, casi nada, en triples. Otros cuatro jugadores marcaron desde la línea de tres, destacando, como no, Doug McDermott, con 5 de 8 para un total de 23 puntos y 5 rebotes, y Jahenns Manigat que se fue hasta los 19 puntos después de conseguir un 4 de 5 en triples. Austin Chatman repartió diez asistencias y nuestro protagonista, Will Artino, consiguió jugar 12 minutos para aportar 4 puntos y 4 rebotes. Por el otro lado, James Bell fue el hombre más importante de Jay Wright, pero se quedó en 5 de 11 en triples. 
Eso sí, como ya he repetido un par de veces, el héroe del partido fue el barbudo Ethan Wragge con sus nueve triples en 14 intentos. Llegados a este clímax, alguien debería estudiar con atención el extraño caso de este jugador. A saber, arrebató el puesto de titular al interior Will Artino, un cinco prácticamente puro, pero, aún así, de los diecinueve partidos que, por ahora, ha jugado, en, ¡ojo al dato!, catorce (UMKC, St. Joseph's, Tulsa, Arizona State, San Diego State, Long Beach, Ar-Pine Bluff, California, Chicago State, Marquette, DePaul, Xavier, Butler y Villanova) todos sus puntos, todos, fueron conseguidos con triples. Pero es que, de los otros cinco partidos, en tres (Alcorn State, Nebraska y Providence), si consiguió anotar más allá de conseguir algún triple, fue solo porque tiró tiros libres. Por lo tanto, solo en dos partidos, ante George Washington y Seton Hall, ha conseguido anotar canastas de dos.
Los datos generales son aún más contundentes. En lo que va de temporada, Wragge lleva 74 triples de 148 intentos (entre los cinco jugadores que más triples ha conseguido a nivel nacional), con un 50% clavado de efectividad, y, alucina, tan solo un 2 de 6 en tiros de dos en 19 partidos. ¿No es para estudiarlo?
 También son para estudiar las cualidades de un Doug McDermott que no deja de crecer. Si Rob Dauster apunta su candidatura a los premios más importantes del año y su nombre se mantiene alto en algunos mockdrafts, no es menos reseñable el lugar que el hijo del entrenador se está labrando en las estadísticas históricas del baloncesto universitario norteamericano. 
Ahora mismo, ocupa el puesto 22 entre los mejores anotadores a nivel nacional, y hablo de toda la historia de la NCAA, por delante de jugadores como Jimmer Fredette, Joe Dumars o Calbert Cheaney. Con casi total seguridad (si el hombro lo permite), superará sin problemas a jugadores como Byron Larkin, Daren Queenan, Reggie Lewis y Hank Gathers y se meterá entre los 20 mejores anotadores de la historia de la NCAA. Probablemente, supere también a JJ Redick. Ahora, entrar ya entre los diez primeros parece mucho más difícil y alcanzar el récord de Pete Maravich, estrella de Louisiana State que encabeza la tabla de los mejores anotadores por delante de Freeman Williams, Lionel Simmons y el malogrado Alphonso Ford, parece harto imposible. 
Que, en lo colectivo, tanto Wragge como McDermott, ambos en su año senior, consigan éxitos tan positivos como los que están consiguiendo a título individual, está por ver, pero la sensación es que los de Omaha van por el buen camino, un camino pavimentado y todo.


Posdata: la foto para un Ethan Wragge al que estuve tentado de darle el titular y todo, pero luego, pensé, paqué. Eso sí, como siempre, decir que la foto la he sacado del buscador de imágenes de google y parece que proviene de la versión digital del periódico the independent: www.theindependent.com

sábado, 11 de enero de 2014

Eudy Simelane



En la misma semana en la que Ángel di Maria ha sido protagonista por realizar un gesto, simplemente, de hombres: "fue un gesto natural que hace cualquier hombre", otro jugador de fútbol, éste ya retirado, también ha sido noticia y en varios países. Por supuesto, hablo de Thomas Hitzlsperger, el ex jugador de fútbol alemán que, esta misma semana, en una entrevista al Die Zeit, declaró su homosexualidad, al parecer, según declaraciones propias, para contribuir a la normalización de los compañeros de profesión que comparten orientación sexual con él. 
Hitzlsperger, cincuenta y dos veces internacional con Alemania entre 2004 y 2010, se retiró el año pasado a los 31 años. Natural de Munich y canterano del Bayern, el alemán debutó como profesional en Inglaterra, después de que el Aston Villa consiguiera su incorporación en edad de joven meritorio, tras una fallida prueba con el Celtic de Glasgow. En sus años en el Aston Villa, se convirtió en favorito de David O'Leary en un año en el que los de Birmingham acabaron sextos. Hitzlsperger también se ganó el cariño de la afición, pero, tras perder la titularidad, regresó a Alemania y fichó por el Stuttgart, donde completaría un periodo de cinco años, se haría internacional, acabaría como capitán y ganaría una liga, la de 2006, teniendo como compañeros a los Timo Hildebrand, Fernando Meira, Markus Babbel, Sami Khedira, Daniel Bierofka, Mario Gómez o un Jon Dahl Tomasson que siempre fue una debilidad de este bloguero y quien, por cierto, acaba de debutar en el rol de entrenador con el Roda holandés. Fichó por el Lazio por seis meses, regresó a Inglaterra para jugar con el West Ham, y, tras una temporada en el Wolfsburg, se retiró en el Everton, abrumado por su parte de lesiones y a una edad relativamente joven.
Ya hablamos aquí, en su día, del norteamericano Robbie Rogers, y, por alcance, del trágicamente famoso Justin Fashanu. Por lo tanto, el caso de Thomas Hitzlsperger no es nuevo. Quizás lo sea en una Alemania donde, precisamente unas semanas antes de la confesión del mediocentro alemán, el presidente de la DFB, Theo Zwanzinger, declaró que la federación estaba preparada para ayudar a todos los jugadores profesionales alemanes que tuvieran problemas por su orientación sexual. 
Hitzlsperger tuvo una novia con la que estuvo apunto de casarse. No es habitual en este blog que hablemos de este tipo de intimidades, pero, al parecer, el alemán rompió su compromiso cuando solo faltaba un mes para la boda, allá por 2007. Siete años más tarde, en una entrevista para un periódico alemán, ha confesado su homosexualidad. En la misma entrevista, o, en otra, no recuerdo ahora, el ex del Stuttgart confesaba también que la experiencia de Thomas Daley le ayudó para dar el paso. Tom Daley, de tan solo 19 años, presentó en público a su novio, Dustin Lance Black, de 39 años, hace más bien poco. Y, al parecer, ser testigo de todo esto, fue un empujón para que Hitzlsperger se decidiera a declarar su orientación sexual. 
Tom Daley fue un héroe nacional en Inglaterra cuando, durante los juegos de Londres, y siendo aún un adolescente, emocionó a sus compatriotas al conseguir la medalla de bronce saltando desde la plataforma de los 10 metros hasta el fondo de la pileta. Su novio, Dustin Lance Black tampoco es una persona anónima. Black ha ganado un Óscar, el que consiguió hace unos años por el guión que escribió para la película Mi nombre es Harvey Milk. También fue el guionista de Clint Eastwood para su película J. Edgar y ha dirigido un par de películas, la última, Virginia, que tenía como protagonistas a Jennifer Connelly y Ed Harris. De origen mormón, Black ha escrito capítulos para la exitosa serie de televisión Big Love, que, precisamente, recoge la historia de un mormón polígamo en la actualidad. Black era el único guionista de origen mormón que ha escrito capítulos para la serie. 
Las declaraciones de Hitzlsperger han tenido eco en la liga inglesa, donde, durante varios años, la homosexualidad se ha convertido en un tema recurrente para periodistas y futbolistas. Paul Elliott, ex jugador del Chelsea, Celtic de Glasgow, Pisa y Aston Villa, retirado en 1994, famoso porque llevó a juicio a Dean Saunders cuando éste le lesionó en 1992 y ya no pudo volver a jugar (perdió el juicio), comentó, tal y como recogió la prensa en 2008, que, al menos, doce jugadores profesionales de la liga inglesa tenían la misma orientación sexual que Hitzlsperger, pero no dijo los nombres. Elliott hizo estas declaraciones durante un coloquio organizado por la propia Federación Inglesa para debatir sobre la homofobia en el fútbol profesional. En un artículo al respecto en la página de la BBC News, se citaba a Alan Smith (no el Alan Smith que aún anda jugando en el Milton Keynes Dons y que jugó en el Leeds United, el Manchester United y el Newcastle), ex entrenador de Crystal Palace y Wycombe Wanderers, y que, hace unos cinco años, fue ayudante de Gareth Southgate en el Middlesborough, que decía lo siguiente: "I've had players over the years who were single and read books and so others said they must be gays", que traducido, viene a ser algo así como: "A lo largo de los años he tenido jugadores solteros que leían libros y sus compañeros siempre comentaban que debían ser homosexuales." Sin comentarios. Smith seguía comentando abiertamente las dificultades con las que se encontraría un jugador profesional si confesara su orientación homosexual siendo jugador en activo, una opinión que comparten muchos profesionales y ex profesionales, como el irlandés Tony Cascarino.
Quizás por ello, Hitzlsperger ha esperado a retirarse para decirlo. Igual que hizo Olivier Rouyer, ex jugador francés del Nancy y del Olympique de Lyon, o David Testo quien, en 2011, al dar fin a una carrera que le llevó por los Tar Heels de North Carolina, Columbus Crew, Vancouver Whitecaps o Montreal Impact, también tomó la misma decisión. 
Hay más casos, claro, muchos más casos, como los de Robbie Rogers o Justin Fashanu, o los del noruego Thomas Berling, quien llegó a ser internacional sub-19, antes de desaparecer, o el sueco de nacimiento inglés, Anton Hysen, quien aún juega en las divisiones inferiores del fútbol sueco en un equipo que entrena su padre, y, aunque jugó con la selección sub17, no se le puede considerar un jugador de élite. Un bailarín, quizás sí, de hecho, ganó la séptima edición del programa Let's Dance de la cadena sueca TV4.
Otros aún no han surgido, pero, digo yo que, retirados o en activo, acabarán por seguir los pasos de Hitzlsperger y de otros antes que él. Al fin y al cabo, entre tantos jugadores profesionales, las probabilidades no permiten creerse que no haya más jugadores con la misma orientación que los protagonistas de esta entrada. Y no he nombrado a ninguna mujer, porque, en el fútbol profesional femenino, los casos de jugadoras homosexuales que han declarado su orientación sexual se multiplican. Por ello, quería terminar con un ejemplo, un ejemplo trágico que merece, aunque sea tarde y poco homenaje, encabezar esta entrada y cerrarla. 
Hablo del caso de Eudy Simelane, centrocampista de los Springs Home Sweepers de Sudáfrica e internacional por su país. La jugadora sudafricana se convirtió en una heroína en su comunidad gracias a los éxitos que consiguió como banyana banyana. Nunca abandonó su comunidad de KwaThema, en el extrarradio de Johannesburg, y, tras retirarse, se dedicó al arbitraje, entrenó a varios equipos y siguió con su trabajo como voluntaria en organizaciones no gubernamentales que ayudan a enfermos del SIDA en el país del recientemente fallecido Nelson Mandela.
El mismo fin de semana en el que su familia celebraba que Simelane había conseguido un trabajo en un bufete de abogados en Pretoria, y así conseguiría un jornal digno con el que ayudar a su familia, recién cumplidos los 31 años, Simelane fue secuestrada, violada, golpeada y asesinada a cuchilladas. Su cuerpo se encontró arrojado en un arroyo. Fue acuchillada en 28 ocasiones, en la cara, el pecho y las piernas. Había salido de marcha con sus amigas, probablemente para celebrar la buena nueva, cuando se encontraron con unos hombres en actitud agresiva. En el tumulto, cada una intentó salvarse como pudo, y la que no pudo hacerlo fue Simelane quien, probablemente, era el objeto de los atacantes.
Simelane, antigua estrella del fútbol femenino en su país, decidió declarar su orientación sexual y vivir abiertamente su vida, sin secretos ni vergüenza alguna. Era conocida por todos en su comunidad y su familia vivía con la preocupación de que Simelane sufriera algún tipo de ataque por ello. 
Desde el principio, varias ONGs declararon que el asesinato respondía a razones de odio sexista. El cadáver se encontró medio desnudo, y, en pocas horas, las ropas fueron encontradas y cuatro sospechosos detenidos. Los cuatro declararon, desde un principio, que el objeto del crimen fue simplemente el robo, pero nadie parecía aceptar esta versión. Uno de los cuatro detenidos se declaro culpable de asesinato y violación y fue condenado a 32 años de prisión, prometiendo que incriminaría a sus otros tres compañeros. Llegado el momento del juicio, se retractó, y volvió a la versión del robo. Aún así, uno de sus tres compañeros fue condenado a cadena perpetua porque fue incapaz de explicar por qué sus pantalones estaban llenos de sangre de la víctima. Los otros dos detenidos salieron libres por falta de pruebas. El condenado a cadena perpetua no mostró arrepentimiento alguno. 
Fue un crimen brutal que acabó parcialmente ajusticiado, lo que, desgraciadamente, es una buena noticia en un país en el que estos casos se repiten y los criminales suelen salir indemnes. La madre de Simelane solo era capaz de lamentarse y repetía: "the whole body, even under the feet" ("por todo el cuerpo, incluso en las plantas de los pies") cuando recordaba las salvajes cuchilladas. Más de mil personas asistieron al funeral, el caso llegó a la televisión nacional, pero las consecuencias del vil asesinato de Simelane no ayudaron todo lo deseable en la lucha por la igualdad de derechos en Sudáfrica. 
Aunque, según algunos periodistas, el número de violaciones en KwaThema decreció tras la muerte de la que fuera una heróina en la ciudad, en un artículo que publicaba Annie Kelly en Marzo de 2009 en The Guardian, se explicaba cómo, tras la muerte de Eudy Simelane, los casos de violación crecieron en el país. En concreto, a estos casos se les llaman en inglés "corrective rape", algo así como "violación correctiva", una especie de deleznable estrategia reformatoria, que cree que mediante la violación se conseguirá corregir las apetencias sexuales de la víctima. Solo de escribir la explicación, me siento extrañamente incómodo conmigo mismo.
En 2012, Sihle Skotshi, otra jugadora de fútbol, ésta de solo 19 años, fue asesinada tras recibir el impacto de una lanza en el pecho, cuando intentaba resistirse a un ataque sexista. Hay más casos, y no solo se debiera reclamar atención para aquellos que afecten a jugadoras o ex jugadoras de fútbol, pero el alcance de este blog y de este bloguero, no da para mucho más. 

Posdata: la foto la he encontrado en el buscador de imágenes de google. Al parecer, proviene de la página web, www.inthecloset.cl

Will Artino



Cerramos el año dejando a los bluejays apunto de empezar su aventura en la Big East y es momento de ver cómo les fue a los hombres de Greg McDermott. Más aún, cuando el balance es positivo y da gusto hacer recuento de los partidos de la Universidad de Creighton. 
Eso sí, alguna noticia negativa también hubo. A saber, el esforzado escolta Grant Gibbs se ha lesionado y se perderá, por lo menos, las próximas cuatro semanas de competición. Preocupan más aún los problemas físicos de Doug McDermott, quien, por cierto, en su primera experiencia en la nueva conferencia, acabó por llevarse el premio al mejor jugador de la semana. McDermott arrastra problemas en uno de sus hombros, y habrá que ver cómo va la evolución partido a partido. 
Los de Omaha, después de una racha de ocho partidos consecutivos sin conocer la derrota (ya llevaban cuatro cuando hablamos de ellos en este blog por última vez) se han vuelto a asomar a las listas de candidatos a la victoria final por el campeonato nacional. Ahora mismo, Creighton ocupa el pueso 23, justo por delante de Iowa y UCLA, entre los 25 primeros de la lista de candidatos que confeccionan los entrenadores universitarios para el USA Today. Todo gracias, como decimos, a su gran debú en la Big East, tres victorias ante sus tres primeros rivales (Marquette, Seton Hall y DePaul), que, sumados a la contundente victoria que no llegamos a contar aquí (ante Chicago State) y las cuatro que ya llevaban antes, completan una racha inapelable. 
Además, todas esas victorias han sido bastante solventes: 32 puntos de diferencia ante Chicago State, casi veinte ante Marquette, más de diez ante Seton Hall y otros diecinueve ante DePaul. Vamos, que llegados al ecuador de la temporada, no se les puede pedir mucho más a los blanquiazules. 
Como decía, la victoria ante Chicago State, antes de comenzar su andadura en la Big East, fue una nueva paliza: 90-58. McDermott volvió a redondear sus estadísticas con 24 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias, con 4 de 7 en triples que superó el ya habitual triplista y titular Ethan Wragge con 5 de 6. Jahenns Manigat, con 15 puntos, comenzó una racha que le ha llevado a ser uno de los mejores anotadores del equipo durante esta colección de triunfos. Jugaron todos los jugadores que no suelen contar mucho y se lució Zach Hanson con 9 puntos en 9 minutos, sin fallos en el tiro. Nuestro protagonista, Will Artino, cómodo en su rol de suplente, aprovechó los doce minutos con los que contó para conseguir 5 puntos, 3 rebotes, 1 asistencia y 1 tapón. 
El debú en la Big East se materializó ante Marquette con una victoria por 67 a 49. En un mal partido de Devante Gardner, quien chupó banquillo, McDermott, con 19 puntos y 7 rebotes, Ethan Wragge, con 12 puntos y 4 rebotes, y, sobre todo, el canadiense Jahenns Manigat, con 16 puntos y 6 rebotes, además de 6 asistencias, se sirvieron para conseguir que los bluejays debutaran con éxito. Devin Brooks volvió a rendir desde el banquillo con 9 puntos y 6 asistencias, robándole minutos a Austin Chatman. Will Artino, en 11 minutos, se hizo con 1 rebote y consiguió dos canastas, además de poner un tapón. 
El segundo partido en la nueva conferencia les llevó a enfrentarse ante Seton Hall, a quienes derrotaron con un resultado final de 79 a 66. McDermott se salió y se fue hasta los 30 puntos y 10 rebotes, además de repartir 5 asistencias. Manigat continuó con sus buenas actuaciones, alcanzando los 14 puntos y 4 rebotes. Gibbs, regular y trabajador, subió un poco sus estadísticas y consiguió 12 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias. 8 puntos y 8 rebotes registró Ethan Wragge. Devin Brooks, desde el banquillo, acabó jugando 27 minutos para aportar 11 puntos y 4 rebotes, en parte, gracias a su rendimiento, pero también porque Austin Chatman solo jugó 8 minutos al cometer dos faltas  muy pronto. Artino solo tuvo oportunidad de aparecer por el partido durante 5 minutos, en los que no consiguió anotar pero atrapó dos rechaces. 
Y, finalmente, a la espera de la visita de Xavier este fin de semana, los de Omaha cerraron su tercer enfrentamiento en la Big East con una contundente victoria ante DePaul: 81-62. Otro buen partido de Manigat, esta vez, por ser completo (7 puntos, 4 asistencias, 4 rebotes y 3 robos) sirvió para hacer mejor aún el buen rendimiento de Will Artino, quien, en doce minutos, aprovechó su oportunidad para conseguir 10 puntos y 7 rebotes. Igualmente activo desde la reserva estuvo un Avery Dingman que recuperó sus buenas prestaciones de la temporada pasada: 16 puntos y 5 rebotes. Chatman, éste como titular, se fue hasta los 10 puntos y 6 asistencias, resarciéndose de su mal partido ante Seton Hall. McDermott, como siempre, aportó, esta vez, 19 puntos y 5 rebotes. Siete rebotes con doce puntos, en cuatro triples, por supuesto, añadió Ethan Wragge. Por DePaul, por cierto, hizo un buen partido Brandon Young, pero, por supuesto, no fue suficiente. 
Aún queda mucho. Todo apunta a que la primera experiencia de los de Creighton en la Big East puede ser positiva. Nadie habla de victoria final, pero todos parecen estar de acuerdo en que el equipo debe estar en la pomada por un título nuevo para ellos. Y es que Greg McDermott está sabiéndole sacar rendimiento a sus jugadores en un año fundamental para la institución. Al fin y al cabo, es uno de esos años clave en el que un buen puñado de jugadores en su último año de competición han coincidido en un gran estado de forma. Doug McDermott, Grant Gibbs, Jahenns Manigat y Ethan Wragge están todos en edad senior. Y otros, como Austin Chatman, Devin Brooks, Avery Dingman o el propio Will Artino lo estarán el año que viene. Todos, por lo tanto, acumulan una experiencia que le añade un plus a sus prestaciones y que los de Creighton deben saber aprovechar para, quizás, conseguir los mejores resultados de su ya dilatada carrera deportiva. 
Por supuesto, lo seguiremos contando aquí.

Posdata: la foto, como siempre, de una apurada búsqueda en las imágenes de google, tiene como procedencia la web msn.foxsports.com

viernes, 10 de enero de 2014

Salah Amaidan



La primera entrada del año, aunque llegue tarde, no podía tener otro protagonista que no fuera uno de tantos corredores populares que despidió el año con las zapatillas puestas. Igual que lo hizo un servidor y muchos de los seguidores de este blog.
Podía haber elegido entre muchos, porque, si en Euskadi llegué a leer que el día 31 de Diciembre se organizan más de cincuenta carreras (solo dieciséis en Bizkaia), multiplica esos números por el potencial que añaden las restantes provincias y comunidades autónomas que forman el colorido mapa de la península ibérica. Vamos, que, hasta ahora, teníamos claro que, el último día del año, lo que hay que hacer es comer y beber, y, si te puede la calentura, bailar, pero, desde hace unos años, se ve que, además de comer, beber y bailar, también se puede correr el último día del año en curso. Que no solo de Vallecas vive el hombre, aunque en Vallecas vivan buenos hombres y mujeres.
Allí, precisamente, se disputa la San Silvestre por antonomasia. Este año ganó el keniata Leonard Komon, quien arrasó, y llegó por delante de todos los españoles, Ayad Lamdassem, Roberto Alaiz, Javier Guerra o Arturo Casado. Casi nada el elenco. Chema Martínez fue décimo. La primera atleta fue Linet Masai, también de Kenia, por delante de la marroquí Malika Asahssah y de su compatriota Rita Jeptoo. Cualquiera de ellos podría haber encabezado esta entrada, pero, por sorteo, se la llevó Salah Amaidan.
Amaidan ganó en la San Silvestre de carácter benéfico que organizan en Hernani. El dinero recaudado se destinaba a proyectos solidarios en la ciudad etíope de Wukro y la carrera, por lo que he podido leer, fue todo un éxito. El saharaui Salah Amaidan se llevó el trofeo masculino, mientras que el femenino fue para Karen Ortíz de Guinea. Amaidan no es un cualquiera. Es un reputado atleta norteafricano con una larga carrera y con un sueño olímpico que empezó a truncarse cuando, en 2003, en una prueba en Agde (Francia), a doscientos metros y con la victoria segura, sacó la bandera de la República Árabe Saharaui Democrática. Desde entonces, vive refugiado en Francia y comparte su carrera deportiva con su activismo en denuncia de la situación política en el Sáhara Occidental. De hecho, el año ya pasado protagonizó una campaña reivindicativa en busca del favor político para permitirle volver al Sáhara a visitar a su padre enfermo. Como decíamos, en nochevieja estuvo por Hernani, y Amaidan no solo puso el nombre. También el esfuerzo y los brazos en alto en la línea de meta. 
Hubo muchos más, por supuesto. Ganadores, digo: Rubén Lanz en Zegama; Chakib Lachgar en Rentería; Yeray Varela en Azpeitía; José Antonio Blanco y Maider Gaztañaga, ambos del pueblo, en Ordizia (donde, por cierto, en el segundo puesto entró Ángel Vázquez Iglesias, antiguo ciclista profesional en Portugal y el Atom y ganador de la Quebrantahuesos); Ion Garraus (antiguo ciclista amateur en el Iberdrola) y Claudia Behobide (flamante ganadora de la última Behobia) en el Sport Mundi de Hondarribia; Eneko Agirrezabal y la triatleta olímpica Ainhoa Murua en Donostia; Abdelhadi El Mouaziz y Saida El Mehdi en el cross de Beasain; Hassan Ahouchar y, de nuevo, Saida El Mehdi, doblete matinal y vespertino, en Galdakao; Unai Uriarte y Majida Maayouf en una San Silvestre de Rekalde que batió récords de participación y contó, entre otros, con algunos famosos como Igor Antón, Kepa Junkera, Koikili Lertxundi o Ander Herrera... Así, hasta el infinito. Y, por supuesto, que lo he dejado para el final, también hubo ganadores en la primera edición de la San Silvestre que se disputó en Barakaldo, Bizkaia. 
Ambos fueron fabriles, porque, tanto Sergio Serna en la categoría masculina, como Eguskiñe Azpiazu en la femenina, son del pueblo y disfrutaron, por ello, si cabe, más aún de la victoria. Otros disfrutamos igual, aunque no entráramos los primeros. Y es que, tras años de presentarnos en Rekalde para correr el último día del año, esta vez, decidimos quedarnos en el pueblo. 
En líneas generales, la experiencia fue positiva. Nos reunimos tantos pormaratonianos que aquello parecía una edición adelantada. Las fotos de grupo quedarán en la memoria, igual que los minutos que pasamos juntos de cháchara y en ropa deportiva mientras esperábamos a que dieran la salida. Y es que la mayoría nos reunimos con antelación para apoyar a nuestro pormaratoniano más joven, Martín, quien participó en la carrera de los txikis y asegura la perpetuación de esta rara especie de atletas populares. 
Hubo de todo: alguno de nosotros rozó los puestos de gloria, otros anduvieron con mucho mérito por el pelotón más avanzado, otros batieron o cumplieron sus expecativas, y hubo quienes nos conformamos con terminar y competir hasta el final. 
La carrera se anunciaba en torno a los 5'8 km (aunque tenía unos cuantos metros menos) y dibujaba un circuito demasiado urbano que atravesaba las arterias principales de acceso y salida al pueblo. Había miedo por el viento, que a la mañana revolvía todas las permanentes y que auguraba sopapos en la Avenida de San Bartolomé, pero no fue así. Los tiempos indican que la gente fue rápida; incluso el tiempo que hicimos nosotros fue mucho mejor de lo esperado. No hay clasificaciones finales, no hubo chips ni voluntarios picando dorsales con un rotulador, así que deberemos conformarnos con la memoria y la superación personal, que, a menudo, es lo único que vale. 
Por la parte que me corresponde, acabé muy orgulloso de mi compañera de carrera. Se superó a sí misma con creces, supo aceptar los consejos y tener paciencia, confiar en sus piernas y esperar al momento oportuno. Gracias a su convicción y esfuerzo, empezamos el primer kilómetro teniendo a la ambulancia al rebufo, pero, pronto, sin acelerar el ritmo, comenzamos a verle el beneficio al sosiego y la mesura, acabando la carrera con la ambulancia lejos, esprintando y un tiempo en el reloj mucho mejor de lo que esperábamos. Isa, un diez, igual que Leti, Vero, su hermana y todos aquellos pormaratonianos de nuevo cuño que compitieron tanto que se merecieron doble ración de postre en la última cena del año. Si no lo tomaron, fue porque no quisieron. 
Cosas que mejorar hubo, más aún en una primera edición a la que, sin embargo, no se le puede poner tacha porque es la primera y bastante han tenido con atreverse a hacerla. Mucho voluntario, poco público, afanados participantes, y la ilusión por bandera para una San Silvestre que se une a la colección que convierten al último día del año en uno de los más deportivos. Esperemos que se repita. Esperemos que nuestra comunidad pormaratoniana siga creciendo. Y esperemos corriendo, mejor que sentados. 
Y, si me dejáis, termino esta primera entrada del 2014, recordando que también, unos días antes, hubo presencia pormaratoniana en una de las carreras más ancianas del calendario nacional, la que lleva desde Las Arenas hasta Bilbao. Fuimos cuatro, y, por supuesto, el que suele firmar estas entradas fue el último de ellos. Aún así, acabé tan contento como los que acabaron por delante de mí. Apretando fuerte al final, después de llegar sobrado por retener fuerzas durante toda la línea recta que remonta la ría. Quería descubrir esta carrera que siempre me llamó la atención pero nunca había podido correr. Y diré que no me veo repitiendo. El recorrido es agradable y la participación amplia, pero la organización no acompaña y esto parece ser una opinión generalizada aunque, por supuesto, habrá, digo yo, quien no esté de acuerdo. 
La primera entrada del año la termino a las 0:35 del sábado 11 de Enero de 2014. Ya es hora de irse a la cama que mañana hay que seguir corriendo. Ya que nos hemos puesto atléticos en este comienzo de año, mañana tiraremos para el monte, como las cabras, pero con mallas. 

Posdata: la foto, la encontré en una búsqueda de google y aparentemente proviene de www.racocatala.cat