martes, 25 de noviembre de 2014

Viktor Tikhonov



Ayer lunes, falleció, a los 84 años, una de las figuras más relucientes del hockey sobre hielo en la segunda mitad del siglo XX. El seleccionador nacional ruso durante casi 20 años y entrenador del CSKA de Moscú, Viktor Tikhonov, se convirtió en una de esas personalidades deportivas que servían de símbolo certero de un sistema político y social como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En plena Guerra Fría (conflicto militar, cultural, político y económico entre las potencias occidentales que defendían el capitalismo, principalmente los Estados Unidos de América, y la vertiente oriental y comunista que representaba la URSS, y que suele presentarse cronológicamente entre 1947 y 1991), las Olimpiadas fueron un escenario principal de estas fricciones, pero los enfrentamientos entre la Alemania Occidental y Oriental en fútbol (Mundial de 1974), el baloncesto con los duelos entre las dos grandes potencias (USA y la URSS), el ajedrez (Bobby Fisher y Boris Spassky) o incluso el ping-pong (EEUU y China) también estuvieron marcados por las implicaciones polítcas que superaban la mera competencia deportiva. 
En este contexto, el hockey sobre hielo fue otra de las vertientes más controvertidas. Los norteamericanos se quedarán con lo que, con su habitual talento para la leyenda, llamaron "Miracle on Ice" (el milagro sobre hielo), es decir, la victoria de los Estados Unidos sobre la Unión Soviética en la final de los Juegos Olímpicos de invierno que se disputaron en Lake Placid, Nueva York, en 1980. Karl Malden protagonizó, años más tarde, una de las dos películas que se hicieron sobre aquel acontecimiento. Pero, a pesar de aquella derrota, la selección nacional rusa, que dirigía desde 1977 el protagonista de esta entrada, Viktor Tikhonov, se convertiría, sin duda alguna, en el mejor equipo que haya visto este deporte: 8 campeonatos del Mundo y tres medallas de oro en las olimpiadas, además de esa plata, desde 1977 hasta que dejó el cargo a principios de los años noventa. Era la selección de los Viacheslav Fetisov, Alexei Kasatonov, Vladimir Krutov, Igor Larionov o Sergei Makarov (estos tres últimos formaban la famosa delantera KLM), para muchos, el mejor compendio de talento que se ha dado en una pista de hielo. 
La figura de Tikhonov, general de profesión, también trascendió lo meramente deportivo por sus métodos de entrenamiento y formación. Durante años, no solo se habló de su labor propagandística y simbólica para con el regimen soviético (aunque, según se cuenta, en sus últimos años, favoreció la marcha de sus jugadores a la NHL, durante años, sancionó y dejó fuera a todos aquellos jugadores de los que sospechara que tenían algún tipo de intención de aceptar los cantos de sirena del enemigo capitalista), si no también de sus técnicas de entrenamiento. El general dirigió la gran máquina roja obligando a sus jugadores a vivir en barracones, llevando al extremo las pruebas físicas y controlando con mano firme todos los aspectos de sus vidas, incluida la parcela privada. Su carácter autoritario quedó registrado en la descripción de su figura histórica, pero parecía casar con el momento social y político en el que esta sucedió y nadie se atrevía a reprochar sus métodos, viendo los resultados deportivos que tan importantes eran para la imagen exterior de un régimen al que vio caer de la misma manera que ayudó a sostenerlo. 
En la imagen, encontrada en una búsqueda en google, se puede observar al propio Tikhonov, siempre pulcramente vestido y con cara de concentración, y al defensa Viacheslav Fetisov con ese rostro impasible que parecía representar la fuerza natural y demoledora de aquella selección. 
Vladimir Putin ya ha enviado sus condolencias a la familia y el obituario de Tikhonov se ha publicado en los grandes periódicos de tirada nacional en el país que, durante tantos años, fue su más fiero antagonista. Así que nosotros mejor lo dejamos así. 

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