miércoles, 30 de marzo de 2016

Anthony Turgis



El 4 de Abril empieza uno de los momentos más excitantes de la temporada de ciclismo. Para los que vivimos cerca del Larraun y para los que lo hacen en las antípodas. No solo comienza la Vuelta al País Vasco - Euskal Herriko Itzulia, si no que, según se termine, es ya un no parar: Klasika Primavera (10/04), París-Roubaix (10/4), Flecha Brabançonne (13/04), Amstel Gold Race (17/4), Giro de los Apeninos (17/04), Giro del Trentino (19/04), Flecha Valona (20/4), Lieja-Bastón-Lieja (24/4)... Y no las he mencionado a todas. Las pruebas, me refiero. Ni he dicho que con la subida a Puy en el Gran Premio Miguel Indurain nos servirán el aperitivo de un mes de Abril que comienza a rodar en las emboscadas vascas y ya no para hasta que lo rematan el adoquín y los muros. 
Sin embargo, aunque, probablemente, intentemos hablar de todas o casi todas, hoy era solo para comentar la primera que hemos nombrado, la Euskal Itzulia, que es uno de los momentos cumbre de la temporada para este aficionado y, por ende, para su terco blog. 
Y es que dicen que la de esta temporada se presenta apasionante y llena de sorpresas. En biciclismo.com lo resumían con el titular: "Más comanche que nunca", utilizando la metáfora mítica (por lo del mito/realidad) del Oeste Americano. Podía buscar otros titulares, pero para qué, si estoy vago y con lo que digan estos que saben y mucho ya vale. Incluso, voy a citar cómo resumían ellos la edición de 2016:

"... un recorrido sin descanso, con 31 puertos en las cinco primeras etapas, vertientes nuevas con muros por encima del 20%, dos finales en alto y una contrarreloj final con una subida inédita a Arrate". 

Vamos, que lo único que hará falta es lo que no les falte a los ciclistas. Porque, ya en la primera etapa, se encontrarán con ocho puertos, con Ixua, de primera, a poco más de 20 km y Aiastia, de segunda, a poco menos de diez. Y al día siguiente, llegada a un rincón inexplorado en el ciclismo profesional, la ermita de Garrastatxu, en el bucólico enclave de Baranbio, ruta habitual de los cicloturistas alaveses y vizcaínos que recorren los recodos que van de Orozko al puerto de Altube. La parte final del ascenso a la ermita habla de rampas del 20% y una media general altísima. La tercera etapa es la más larga, 200 kilómetros con final en Lesaka y su ritual de puertos para hacer el perfil dentado. Al día siguiente, la cuarta etapa contempla tres subidas a Aia y emboscadas que superarán las rampas del 20%, qué fácil es escribirlo, que difícil salvar esos porcentajes. Y aún quedará la quinta etapa, con clásico final en el puerto de Usartza después de 150 kilómetros salpicados de cotas y la sexta etapa, contrarreloj de 16 kilómetros con final en Eibar, que subirá al santuario por una vertiente desconocida, con medias muy altas y un descenso que según ha dicho Amets Txurruka (la primera etapa visitará su terreno particular) será tan clave como la subida, y dejará a los corredores callejeando por las estrecheces de la ciudad armera. Vamos, un recorrido, aparentemente, de primera, con incentivos para la emoción en el perfil y abierta a ganadores que planten batalla y que sean completos y estén en forma. 

Por eso, el siguiente paso es echarle un vistazo a la nómina de participantes. Empezando por comentar el simbólico número que resaltaban hoy en prensa: diez. Ésa será la representación vasca en esta edición de la Itzulia. No estará Beñat Intxausti pero sí Mikel Landa. No vendrá Mikel Nieve pero sí lo harán los dos hermanos Izagirre, Ion y Gorka. Junto a estos tres, competirán David López, Xabier Zandio, Amets Txurruka, Igor Antón, Omar Fraile, Haimar Zubeldia y Pello Bilbao. Tendrán distintos papeles y ambiciones, pero ésta será la representación local y la esperanza de la afición autóctona. Eso sí, como siempre, el ciclismo se presta a reconocimientos que salvan fronteras geográficas y, por ello, echémosle un vistazo al resto de participantes y destaquemos qué trae cada equipo. Eso sí, antes de hacerlo, recordad lo de siempre: uno, que de aquí a que empiece bien puede haber cambios, dos, que el que habla sabe de bicicletas que tienen dos ruedas y si pedaleas giran. 

Cofidis llega con un corredor sólido como Daniel Navarro y con otro impulsivo como Julien Simon, además Luis Ángel Maté, quien, si está en forma, se dejará ver. Caja Rural aspira a reunir a la marea verde con argumentos de peso, como el talento del ya mencionado Pello Bilbao, o la calidad de gente como David Arroyo, el portugués José Gonçalves o Ángel Madrazo. LottoNL Jumbo llegan con buenas apuestas, gente como Robert Gesink, Enrico Battaglin, George Bennett o Paul Martens siempre pueden dar juego y parecen adecuados para este recorrido. El Team Giant tiene dos apuestas importantes, como Tom Dumoulin y Warren Barguil, aunque habrá que ver con qué nivel vienen. Caleb Fairly parece un tanto estancado, pero puede ser una opción si hay llegadas rápidas. El Astaná, sobre el papel, trae un equipo duro y con ambición, lleno de apuestas de victoria y corredores para arroparlas: Fabio Aru, Dario Cataldo, Diego Rosa, Luis León Sánchez, Miguel Ángel López... Los suizos del IAM Cycling vienen con Stef Clement o Stefan Denifl. Ettix-Quick Step con uno habituado a sorprender, Daniel Martin, más gente que puede ganar en distintos terrenos como Gianni Meersman, Rodrigo Contreras o Gianluca Brambilla. Trek-Segafredo trae a cuatro veteranos que pueden aspirar a sorprender, gente como Franck Schleck, Bauke Mollema, Haimar Zubeldia o Ryder Hesjedal. El Lampre de Orlando Maini parece que puede apostar por Rui Costa, aunque gente como Jan Polanc, Diego Ulissi o Przemyslaw Niemiec son para tener en cuenta. Los sudafricanos de Dimension Data traen a los locales que tienen en nómina más Steven Cummings. FDJ contará con un Thibaut Pinot que viene caliente del Criterium Internacional. Lotto-Soudal contará con Tony Gallopin o Maxime Monfort. Ag2r La Mondiale trae corredores suficientes para convertirse en protagonista Blel Kadri, Christophe Riblon, Matteo Montaguti, Alexis Vuillermoz, Hubert Dupont o Jan Bakelants. El Cannondale de Bingen Fernández trae a uno de los mejores equipos que podría haber seleccionado, con, sobre el papel, tres cabezas visibles: Tom Jelte Slagter, Pierre Rolland y el portugués André Cardoso. Tinkoff llega con Alberto Contador, flanqueado con gente como Roman Kreuziger o Robert Kiserlovski. El BMC traerá a uno que es medio vasco, Samuel Sánchez, más gente con posibilidades de sorprender como Darwin Atapuma, Amael Moinard, Peter Velits o Damiano Caruso. Neil Stephens representará a su Orica GreenEdge con el empuje de Amets Txurruka más ganadores en potencia como Simon Gerrans, Michael Albasini, los hermanos Simon y Adam Yates o Rubén Plaza, un equipo a la medida de los recorridos que hacen duros los corredores. Movistar parece que lo fiará todo a Nairo Quintana, aunque tendrá otras bazas que lo servirán de apoyo y de relevo si falla. Team Sky, como siempre, será uno de los equipos más fuertes, si no el más fuerte, y no solo por un Mikel Landa que llega corto de kilómetros, si no porque le acompañan corredores como Sergio Henao, Leopold Konig o Lars Petter Nordhaug. Por último, el Katusha viene con el ganador del año pasado, Joaquim Rodríguez, bien arropado por compañeros como Jurgen Van den Broeck, Simon Spilak o el rápido Ángel Vicioso. 
Por lo tanto, tendremos a los cuatro últimos ganadores de la carrera, Samuel Sánchez, Nairo Quintana, Alberto Contador y Joaquín Rodríguez, más otros habituales protagonistas de las grandes pruebas del UCI ProTour, gente como Fabio Aru, Simon Gerrans, Mikel Landa, Sergio Henao, Tom Jelte Slagter, Thibaut Pinot, Bauke Mollema, Pierre Rolland, Daniel Martin, Tom Dumoulin o Robert Gesink que querrán estrenarse en el palmarés de la Itzulia, un dulce que no amarga a nadie. Ausencia hay (Peter Sagan, Alejandro Valverde, Alexander Kristoff, Vincenzo Nibali, Chris Froome, Richie Porte, Geraint Thomas, Arnaud Demaré, Nacer Bouhanni, Wout Poels...), y quizás, como ya hemos dicho, las habrá de aquí a que comience, pero, en principio, parece un elenco más que suficiente para hacer disfrutar a los aficionados más exigentes.  
Y, como siempre, seguro que después ganan y relucen todos los que no he tenido a bien mencionar aquí y así se demuestra una vez más que no tengo ni talento ni conocimiento para esto, pero qué se le va a hacer al ver la rampa más que pedalear hacia arriba.

Por cierto, todo esto ha llegado acompañado del anuncio de la renovación del contrato de patrocinio entre Banco Sabadell y los organizadores de la Itzulia. Si hace unos pocos años, nos temíamos lo peor por la falta de interés en ayudar económicamente a una de las pocas pruebas del calendario estatal que se mantienen en el calendario UCI ProTour, ahora tenemos que celebrar que aquel esponsor que apareció a última ahora ha decidido renovar su relación con la prueba hasta 2019. Buenas noticias.   

Y terminamos como lo haríamos normalmente, justificando por qué Anthony Turgis está en el titular y repitiendo aquello de que la fotografía la saqué del buscador de imágenes de google aunque proviene de otra página, en este caso de lamayenneonadore.fr. Precisamente en la Boucle de La Mayenne, el joven Turgis (22 años) consiguió sus primeras victorias, llevándose una etapa y la general final el año pasado. Este año ya se ha estrenado en la Classic Loire Atlantique por delante del vascofrancés y compañero de equipo Loic Chetout y el hijo de y promesa del ciclismo francés, Kevin Ledanois. Eso sí, si le hemos elegido es simplemente porque es el último dorsal adjudicado de la carrera, el número 198. 

Pero como no podíamos cerrar una entrada de ciclismo con un final normal, hemos de añadir un triste epílogo y mencionar, como cabía esperar, a Antoine Demoitié y a Daan Myngheer. No podría añadir nada nuevo que no se haya dicho ya en los medios de comunicación, así que simplemente lamentaré sus muertes y les homenajearé con un rotulado en negro que en este blog más que un luto protocolario significa una deuda de reconocimiento.

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