jueves, 27 de octubre de 2016

Johnny Rogers



Empezó la NBA y hace años que dejamos, en este blog, de hacer especiales antes o después de la competición. Entre otras cosas, porque no añadíamos nada nuevo a lo que otras publicaciones, con más dedicación y seriedad que ésta, ya contaban.
Sin embargo, no está de más, ya que solemos hablar de baloncesto, que nos hagamos eco de que la cosa ha empezado.
Ha empezado, además, el año en el que el baloncesto español establece un nuevo récord de exportación, ya que serán hasta diez los jugadores españoles que jugarán, este año, en la NBA.
Desde que Fernando Martín rompiera el hielo en la temporada 1986-1987, han pasado 30 años y son solo otros seis jugadores, además de los diez que juegan ahora, los que han repetido la experiencia del madrileño. Ya no juegan en la NBA, pero han jugado, Rudy Fernández, Jorge Garbajosa, Víctor Claver, Raúl López y Juan Carlos Navarro. Dos de ellos, Jorge Garbajosa y Raúl López, ya se han retirado y ahora ocupan despachos, el primero es presidente de la Federación Española de Baloncesto, el segundo se ha convertido en el director deportivo del nuevo RetaBet Bilbao Basket. Los diez que van a jugar este año en la NBA son los veteranos, Pau Gasol, Marc Gasol, José Manuel Calderón, Ricky Rubio, Serge Ibaka, Nikola Mirotic; el que vuelve, Sergio Rodríguez; y los que debutan, Álex Abrines, Willy Hernangómez y Juancho Hernangómez. A todos ellos, si se quiere, podríamos unir a Johnny Rogers, nacido en Fullerton (California), y jugador de los Sacramento Kings y de los Cleveland Cavaliers entre 1986 y 1988, quien años más tarde se nacionalizaría español y jugaría con la selección de España.
Que diez de los dieciséis (o diecisiete) que lo han hecho estén ahora en activo da una muestra de lo significativo que es el número.
Bien, pues echémosle un vistazo a cómo les ha ido en esta primera jornada, teniendo en cuenta que uno, Nikola Mirotic, aún no ha debutado porque su equipo tampoco lo ha hecho. Le tocará mañana, en casa, ante los Celtics de Boston.
De los que ya se han estrenado con sus equipos, solo uno se ha quedado sin minutos. Un veterano, José Manuel Calderón, que ya vio cómo le tocaba banquillo en su última experiencia con la selección de España, y parece que le va a tocar lo mismo en su próxima experiencia en la NBA, y ya lleva más de una decada allí. Desde que salió de Canadá, sus minutos en cancha no han sido los mismos, y parece que esta temporada con Los Ángeles Lakers promete lo mismo. El equipo de Luke Walton ganó en casa a los Houston Rockets a pesar de los 34 puntos de James Harden. D'Angelo Russell y Jordan Clarkson fueron los mejores del equipo angelino y, precisamente, ambos ocupan la posición de Calderón.
Los que sí tuvieron la oportunidad de debutar fueron los hermanos Hernangómez. Willy Hernangómez lo hizo en la primera jornada, en la rotunda derrota de su equipo, los New York Knicks, ante los actuales campeones, Cleveland Cavaliers. El joven interior contó con 9 minutos en los que aportó 4 puntos y 1 rebote. Por cierto, también debutó el ex del Unicaja Mindaugas Kuzminskas. Su hermano, Juancho Hernangómez, contó aún con menos tiempo en cancha, porque apenas llegó a los 39 segundos aunque por lo menos vio a su equipo ganar ante los New Orleans Pelicans. No sé recordará este partido como el del debú de Hernangómez, si no como el partido en el que Anthony Davis metió 50 de los 102 puntos de su equipo, además de sumar 16 rebotes, 5 asistencias, 7 robos y 4 tapones, casi nada.
También debutó un Álex Abrines que, en la gira española de los Oklahoma City Thunders contó con minutos y pareció encontrar un rol en el equipo. Así ha sido, aunque, por ahora, el rol parece limitado. Su equipo ganó gracias al partidazo de Russell Westbrook, 32 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias, y a la labor interior de Enes Kanter, 17 puntos y 12 rebotes desde el banquillo. Álex Abrines jugó 13 minutos en los que aportó un triple y un rebote. Titular en los Thunder, por cierto, fue Domantas Sabonis, el hijo de Arvydas Sabonis. En frente, los Thunder tuvieron a los Sixers de Philadelphia donde, precisamente, juega otro español, el que se ha dado una segunda oportunidad en la NBA, Sergio Rodríguez. El base fue titular y, además, consiguió el segundo puesto en el top ten de las mejores jugadas de la jornada con un alley-oop para su compañero Gerald Henderson. Sergio Rodríguez fue el segundo jugador con más minutos, y solo jugó cinco segundos menos que el primero, Robert Covington. En esos 31 minutos, aportó 12 puntos, 9 asistencias y 4 rebotes, aunque su equipo, donde Joel Embiid y Nik Stauskas, éste desde el banquillo, fueron los mejores, no pudo con los de Oklahoma City. Por cierto, Dario Saric también debutó con los Sixers; como titular, aunque con un partido flojo.
Nos faltan un base, Ricky Rubio, y tres interiores, Pau Gasol, Marc Gasol y Serge Ibaka. Este último debutó oficialmente con su nuevo equipo, Orlando Magic, y lo hizo con una derrota ante los renovadísimos Miami Heat. Serge Ibaka fue titular, jugó muchos minutos en un equipo con una rotación mínima, y aportó 14 puntos y 7 rebotes, en un equipo en el que Mario Hezonja poco aportó y Nikola Vucevic y Evan Fournier fueron los mejores. No pudieron con el juevo colectivo de unos Heat donde hasta seis jugadores hicieron dobles figuras, destacando Hassan Whiteside con 18 puntos, 14 rebotes y 4 tapones. Marc Gasol y Ricky Rubio se enfrentaron entre ellos y salió ganador el primero. Los Grizzlies siguieron basándose en los tres jugadores que han destacado en los últimos tiempos, el español Marc Gasol (18 puntos y 4 tapones), el millonario base Mike Conley (24 puntos y 4 asistencias) y un Zach Randolph que salió desde el banquillo para añadir 19 puntos y 11 rebotes. Entre los tres, detuvieron a unos Wolves donde Ricky Rubio fue titular para aportar 4 puntos, 8 asistencias y 4 rebotes. Andrew Wiggins, Zach La Vine y Karl Anthony Towns fueron los mejores del equipo de Minnesota. Finalmente, Pau Gasol fue el primero en debutar esta temporada y lo hizo en el partido estelar, el que enfrentaba a los Golden State Warriors del póker de estrellas (Steph Curry, Kevin Durant, Klay Thompson y Draymond Green) contra los San Antonio Spurs de Gregg Popovych, quien, una vez más, ha conseguido reinventar el equipo manteniendo a los veteranos y añadiendo nuevas fichas. Los Spurs tienen una media de 28 años, pero la importancia en la rotación de los Gasol, Tony Parker, David Lee y Manu Ginobili hace pensar en un equipo aún más veterano. En su primer partido, arrasaron San Francisco ganando por 29 puntos. Gasol fue titular pero jugó poco y tan solo contribuyó con 2 puntos, 4 rebotes y 1 asistencia. Entre Kawhi Leonard y LaMarcus Aldridge se bastaron para sostener a unos Spurs donde también destacó Jonathon Simmons y debutaron Nicolás Laprovittola y Davis Bertans, destacando el último que en menos de cuatro minutos consiguió 5 puntos sin fallos en el tiro. 

Yo no soy el más indicado para hacer esto, pero voy a dejar aquí por escrito como creo que va a ser la temporada de los diez jugadores españoles. Sergio Rodríguez jugará mucho si le respetan las lesiones, se divertirá, perderá muchos partidos y saldrá más de una vez en lo mejor de la jornada. Ricky Rubio seguirá siendo titular, repartirá más juego y anotará menos canastas y su equipo estará cerca de meterse en los playoffs. Quienes sí se meterán serán los hermanos Gasol. Marc Gasol será uno de los mejores pivots de la temporada si no recae de su lesión y junto a su compañero Mike Conley liderarán al equipo. Su hermano mayor, Pau Gasol, sin embargo, pasará un poco más desapercibido, aunque será una pieza fundamental de unos Spurs que lucharán por el título si la temporada no se les hace larga. Álex Abrines jugará bastantes partidos pero pocos minutos, aunque tendrá algún partido para lucirse. Su equipo jugará playoff. Serge Ibaka será titular, cogerá muchos rebotes y sufrirá una temporada decepcionante en la que su equipo no será capaz de alcanzar playoff. Para José Manuel Calderón será una temporada dura en la que su labor tendrá lugar fuera de la cancha. Sin embargo, creo que será importante aunque juegue poco porque los Lakers rondarán los playoffs para sorpresa de muchos. Yo tengo esa confianza. Nikola Mirotic tendrá una temporada irregular, con malos porcentajes de tiro pero con minutos y momentos de gloria en unos Bulls que estarán en playoff pero sin opciones de título. Y, finalmente, los hermanos Hernangómez, Juancho y Willy, tendrán temporadas paralelas: muchos minutos en el banquillo y muchas derrotas, aunque creo que Willy jugará más que Juancho. ¿Y todo esto qué demuestra? A) Que no tengo ni puta idea. B) Que es muy fácil y barato escribir por escribir. C) Que si ha sido un suplicio leerlo todo para quedarte así de seco, no me culpes a mí, eres tú el inocente que seguiste leyendo. Y D) Perdón por todos los puntos anteriores. Prometo que cuando termine la temporada, dentro de unos cuanto meses, volveré aquí, copiaré este párrafo, lo pegaré en una nueva entrada y nos reiremos constatando que no he dado una y que estábamos en lo cierto, al menos, en los puntos A) y B).

Titular para Johnny Rogers porque me apetece. La fotografía la he encontrado en un buscador de imágenes de google pero parece provenir de la web NBA Cluch Time.

jueves, 20 de octubre de 2016

Ondrej Cink



La sorpresa de hoy en el mundo del ciclismo ha sido la fugaz retirada de Joaquim Rodríguez. También ha sido breve al explicarse en las redes sociales, pero creo que lo hemos entendido todo el mundo. El catalán se quería retirar pero la oferta del Bahrain-Merida ha sido irrechazable y, ante eso, a quién le va a importar alargar un año más su vida profesional. 
Los petrodólares, como ya han dicho en la prensa escrita y yo repito con poco estilo, han entrado con fuerza en el ciclismo. El reino de Baréin es una monarquía constitucional situada en un archipiélago del golfo pérsico con poco más de un millón de habitantes del que, aproximadamente, la mitad son extranjeros. Desde los años 30 del siglo pasado, el petróleo ha sido la mayor fuente de riqueza de un país que, a pesar de todo, tiene la renta per cápita más baja entre todos estos estados petroleros del golfo. Al parecer, Nasser bin Hawad Al Khalifa, príncipe del Reino y presidente del Comité Olímpico del país es el impulsor de este proyecto ciclista, el Bahrain-Merida. 
El principe bareiní, según se publicaba en las primeras noticias que se hacían eco del proyecto, conoció a los hermanos Alessandro y Johnny Carera, dos de los agentes de ciclistas más reconocidos del mercado internacional, en Dubai durante el Dubai Tour de 2015 y, ahí, comenzó a consolidarse su sueño de crear el mejor equipo ciclista profesional con sede en Oriente Medio. Poco a poco, se confirmaría el fichaje de Vincenzo Nibali como líder del equipo y, detrás de él, llegarían corredores suficientes como para atestiguar que la apuesta de Nasser bin Hawad Al Khalifa no era un capricho pasajero. Luego los repasamos. 
Antes, hablemos de quién parece que va a dirigir este proyecto, porque, según parece, el principal hombre visible en los despachos va a ser Brent Copeland. El nuevo Mánager general tiene un currículo de lo más curioso, porque, tras pasar una decena de años en diferentes puestos pero siempre en la estructura del Lampre, se pasó al motociclismo para trabajar de la mano del piloto Ben Spies, y volvió al ciclismo con MTN-Qhubeka, luego Dimension Data. Ahora le llega la tarea de comenzar este proyecto y, para ello, parece que contará con Paolo Slongo como principal hombre de su dirección deportiva. Junto a Slongo, también han aparecido otros nombres en prensa, gente como Tristan Hoffman, Gorazd Stangelj o Mario Chiesa, un equipo técnico con marcado carácter italiano, de la confianza de Nibali, pero con un toque internacional y mucha experiencia. 
Lo de la experiencia y el carácter internacional no es único de este proyecto aunque no deje de ser la máxima expresión del mismo. Luego me explico, pero, antes, hagámonos eco de la renovación de Alejandro Valverde con Movistar por dos años más, para dejar bien claro que la edad cada vez empieza a tener menos peso al firmar un contrato en el mundo del ciclismo profesional: un año más, Joaquim Rodríguez (1979), Alejandro Valverde (1980) y Samuel Sánchez (1978) coincidirán en el pelotón. Lo del carácter internacional de las plantillas, por ceñirnos solo a lo que ha ocurrido hoy o en estos días, ilustrémoslo con la confirmación de que el Katusha ruso firmará al actual campeón del mundo contrarreloj sub-23, el alemán Marco Mathis, y, con este, ya cuenta con 26 corredores, entre los que se incluyen corredores alemanes, rusos, españoles, portugueses, noruegos, suizos, austriacos, belgas, colombianos, holandeses, estonios, eslovenos o daneses. Los plurales son una forma de hablar, de algunos de esos países solo cuentan con un corredor con pasaporte en vigor. 
Este Bahrain-Merida es aún mejor ejemplo de la mezcla de culturas, la fluidez del capital y la descentralización del ciclismo profesional. A saber, el equipo, por ahora, ha firmado a los corredores españoles Javi Moreno, Joaquim Rodriguez, Ion Izagirre e Iván García Cortina; a los italianos Vincenzo Nibali, Manuele Boaro, Sony Colbrelli, Enrico Gasparotto, Valerio Agnoli, Niccolo Bonifazio y Giovanni Visconti; a los eslovenos Borut Bozic, Grega Bole y Luka Pibernik; al austriaco Heinrich Haussler; al etíope Tsgabu Grmay; al lituano Ramunas Navardauskas; al bielorruso Kanstantin Siutsou; al japonés Yukiya Arashiro; el checo Ondrej Cink y al taiwanés Feng Chun-Kai. Ya señalamos que el cuerpo técnico y la administración del equipo recaerán en un sudafricano, varios italianos, un holandés y un esloveno. Pero todo ese carácter internacional, donde, por cierto, no hay ningún corredor de los países con costa en el golfo Pérsico, no solo se ciñe a lo deportivo. Con sede en Bahréin y la esponsorización de empresas con intereses en el país (el principal, BAPCO, Bahrein Petroleum Company), el equipo también contará con el patrocinio adicional de Merida, uno de los vendedores de bicicletas más fuertes del mundo, con sede en Taiwán. Ellos se encargarán de las bicicletas del equipo. Igual que la empresa italiana Rudy Project se encargará de las gafas de sol o los cascos y sus compatriotas de Lebole de vestir a los corredores cuando no vayan con el traje de faena. Otra empresa italiana, SIDI Shoes, se encargará de las zapatillas. También será de marcado carácter italiano la cobertura médica del equipo, porque, al menos hasta ahora, se ha confirmado al masajista Michele Palini y a los doctores Carlo Guardascione, Emilio Magni y Luca Pollastri. Bahrein, Taiwán, Italia... casi nada. 
Sinceramente, yo he dejado de prestarle atención al mercado. No me entero de nada. Me sobrepasa ya el número de equipos nuevos, equipos que desaparecen, cambios de patrocinador, escisiones, coaliciones, ascensos y descensos de categoría... Si ya no reconozco a los equipos, como para que los cambios de corredores me impresionen o me sorprendan. Que Alberto Contador cambió de equipo, lo sé. Que ha renovado Alejandro Valverde, lo he averiguado hoy. Que Joaquim Rodríguez seguirá en activo, también. Puede que próximamente repasemos qué pasa aquí en casa, pero quién sabe, cualquier día, nos aparece de la nada un proyecto vasco-catarí-singapurense-canadiense y a mí acaban por darme la puntilla.  

Por cierto, el titular, que no la foto, se lo otorgo a Ondrej Cink, uno de los fichajes menos conocidos, ya que, entre otras cosas, hasta ahora, el checo se dedicaba a la mountain bike. Campeón del Mundo sub23 en cross country allá por 2012, no sorprende que un equipo profesional fiche a un buen corredor de mountain bike porque son ya varios los ejemplos de corredores que dieron el salta con éxito y Peter Sagan, doble campeón del mundo en ruta, lo hizo al revés. Menos aún sorprende porque el principal patrocinador de Cink en las carreras de montaña era Merida. Pero, en cualquier caso, para él el titular.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Martin Krampelj



El otro día me lo recordó Gomi. Bueno, no me lo dijo directamente, pero, hablando de este blog, cosa que, normalmente, hago como una vez cada cinco años, salió el tema del baloncesto universitario y, aunque no se lo confesé, mientras seguíamos hablando, bebiendo cerveza y mirando de reojo el repaso que le daba el Real Madrid al Betis, por dentro pensé: ¡joder, lo tenía olvidado! Y es cierto, no me había vuelto a acordar de la Universidad de Creighton y sus arrendajos azules.
Si soy sincero, el año pasado terminé con ganas de no volver a hacerlo. Las ganas se me fueron quitando ya desde la última temporada de Will Artino, después de un frío y desalentador correo electrónico del que tampoco voy a hablar mucho más porque es una gilipollez. Además, como soy cabezón, seguí hacia adelante. Y me temo que volveré a seguir siendo testarudo esta temporada.
En cualquier caso, no llego tarde. La temporada no empezará hasta el partido de exhibición que tendrá lugar el 4 de Noviembre, cuando los chicos de Greg McDermott estrenarán el año delante de su afición y recibirán a Wayne State en el CenturyLink de Omaha (el estadio estará de estreno antes, porque no falta nada para que reciban la visita de dos equipos NBA para acoger un partido de pretemporada). El partido ante Wayne State será el estreno, pero, casi de seguido, llegarán los primeros partidos oficiales de la temporada. Esta incluirá, este año, la participación en el Paradise Jam, un torneo que se disputa en las Islas Vírgenes, y donde los de Creighton competirán por el título con Washington State en la primera ronda. Si ganaran este primer partido, se encontrarían luego con Montana o North Carolina State. Por el otro lado de las eliminatorias, se enfrentarán Loyola Chicago, St. Joseph's, Oral Roberts y Old Mississippi. A cualquiera de ellos se los encontraría Creighton en una hipotética final. Además de estos y los partidos de su conferencia, que seguirá siendo la Big East de Villanova, la temporada de Creighton incluye interesantísimos duelos contra gente como Wisconsin, Nebraska o Buffalo. 
Greg McDermott encara una nueva temporada de reconversión. Los años de su hijo Doug McDermott y compañía llevaron a un largo y acostumbrado proceso de reconstrucción. Poco a poco, el equipo sigue refrescándose y reinventándose. Este año, por ejemplo, el equipo parte de inicio con muchos freshman y sophomores, jugadores de primer y segundo año: siete de los quince jugadores de la plantilla. Más aún, de esos siete jugadores, cinco son freshman. Para compensar, cuatro jugadores terminarán su carrera esta temporada: Zach Hanson, Isaiah Zierden, Cole Huff y Maurice Watson Jr. Probablemente, sobre ellos se sustentará el juego y el rendimiento del equipo, y no son malos argumentos. Zach Hanson debe dar un paso adelante y Cole Huff tiene que mantener una línea sólida, pero Isaiah Zierden y Maurice Watson Jr ya demostraron la temporada pasada que son capaces de aportar y liderar el equipo. El base, sin ir más lejos, fue nominado entre los mejores de toda la nación en su posición. Dos jugadores llegan desde otras instituciones para mejorar la plantilla. Desde Kansas State llega Marcus Foster y de Syracuse Kaleb Joseph. Especial atención para el primero de ellos. El fichaje de Foster se ha incluido entre los mejores traspasos (entendiéndolo como beneficioso para los bluejays) de todo el país. Foster ya hizo buenos números con los Wildcats y este verano ha creado mucha expectación entre los aficionados de Creighton. Dos jugadores le ponen el toque internacional al equipo de McDermott: Kobe Paras, un exterior filipino que llega para debutar en esta categoría desde el baloncesto de instituto californiano y Martin Krampelj, jugador esloveno que ya tuvo, aunque con poca incidencia, cierto bagaje el año pasado. Kobe Paras es una incógnita, pero una incógnita que viene anticipada por un impacto bastante alto en sus años de instituto y un seguimiento continuo en su país. Para muchos es una joya y suelen adelantarse ya todos los parabienes que aún tiene que ganarse. Todos estos jugadores, junto con gente como Toby Hegner, Khyri Thomas o Ronnie Harrell Jr, que ya estaban el año pasado y ya fueron importantes, tendrán la labor de sostener a un equipo que aspira a volver a Marzo con oportunidades de estar entre los mejores del país. 
Y, como siempre hacemos antes de empezar un nuevo año, recordemos qué ha pasado o qué está pasando, con esos egresados de la universidad que pudieron o se atrevieron a dar el salto al baloncesto profesional. Más allá de los Doug McDermott, Anthony Tolliver o Kyle Korver que tienen visibilidad por cobrar nómina en equipos de la NBA, el denominador común de los antiguos jugadores de la universidad de Omaha es lo que me cuesta encontrar información sobre ellos. Nada sé ya de jugadores que disfrutaron al menos de una temporada con contrato en un equipo profesional, generalmente, europeo. Hablo de gente como Avery Dingman, Daryl Ashford, Wayne Runnels, Devin Brooks, Austin Chatman, Antoine Young, Josh Jones o Ricky Kreklow (todos ellos egresados en alguno de los años que nosotros hemos cubierto en este blog). Sospecho que alguno de ellos habrá dado por terminada su carrera deportiva, pero también me imagino que no todos. No sé nada de James Milliken, quien terminó la temporada pasada como uno de los jugadores más importantes de Creighton. Y tampoco sé a ciencia cierta qué ha sido o será de dos jugadores fundamentales en Creighton y con cierto peso en el baloncesto profesional. Por un lado, la antiguamente estrella anotadora de los bluejays Booker Woodfox, quien, si no me confundo, ha estado jugando las ligas de verano con los Chicago Bulls, buscando como siempre un hueco en la NBA, pero, probablemente, acabe siguiendo su carrera en la D-League. Por el otro, Ethan Wragge, el triplista que jugaba de interior en el exitoso equipo de Doug McDermott, y que dio el salto directamente a la ACB, con el Bilbao Basket. No fue un buen inicio, maltrecho como estaba físicamente y con problemas para encontrar su lugar en el baloncesto europeo. La temporada pasada su rendimiento mejoró con los Giessen 49ers de la Liga Alemana, pero, más allá de que en verano probó con Los Ángeles Lakers para buscarse un hueco en la NBA, no sé qué ha sido o será de él la próxima temporada.
De los que sí he conseguido noticias es de los siguientes:
El pívot de 2’11 Will Artino, quien durante un par de temporadas, creo, encabezó nuestras entradas sobre Creighton, sigue abriéndose, paso a paso y humildemente, camino en Europa. Tras una buena primera temporada en Estonia, llega ahora al Horsens IC de Dinamarca, candidato al título y actual campeón de Dinamarca.
Justin Carter, a sus 29 años, ve cómo le llega la gran oportunidad de su carrera profesional desde Rusia. Será reserva en un equipo muy fuerte, el nuevo Khimky de Dusko Ivanovic: Jacob Pullen, Marko Todorovic, Earl Rowland, Alexey Shved, Sergey Moyna, Dmitry Sokolov... A todos ellos los tendrá como compañeros un Carter que cerró su carrera universitaria en Creighton allá por 2010. Desde entonces, este escolta o alero de Maryland ha ido labrándose una buena carrera en Turquía (entre otros equipos, llegó a jugar en Galatasaray y Pinar Karsiyaka), además de vivir una breve experiencia en China.
Gregory Echenique, el que durante años fuera referencia interior del equipo de Omaha, volvió a su país para enderezar su carrera profesional. Juega en el Guaros, uno de los equipos más fuertes de su país, donde es un jugador importante en la zona, y hace poco estuvo por España jugando partidos amistosos.
El pundonor y trabajo de Grant Gibbs le siguen concediendo contratos en Europa. Este base-escolta que en Creighton se convirtió en un importantísimo hombre de equipo, dio el salto a Holanda y, tras un par de buenas temporadas ahí, ha dado el salto a Alemania, aunque sea a la Pro A, segunda liga del país. Esta temporada juega en el Oettinger Rockets, un equipo con aspiraciones de ascenso que ha empezado muy bien el año (3-1). Gibbs es titular y tiene como compañero al español Gerard Gomila.
Jahenns Manigat también jugará profesionalmente, y lo hará en Alemania. El canadiense de 25 años es reserva en un equipo, el Giessen 49ers, que ha empezado bien la temporada (3-2).
Geoffrey Groselle, el último pívot titular del equipo de Omaha, ha conseguido un puesto en un equipo profesional y lo ha conseguido en una liga que parece una salida recurrente para los jugadores de Creighton, como acabamos de ver con Manigat: Alemania. Jugará (ya juega) en el Loewen Braunschweig. Han empezado la temporada peor que los Giessen 49ers, pero Groselle es titular y el mejor anotador del equipo.
Por último, Kenny Lawson Jr fue uno de los jugadores más carismáticos de Creighton en este nuevo siglo y lleva varios años curtiéndose en lugares como Israel, China o Italia. Este año ha fichado por un histórico venido a menos, la Virtus Bolonia de la segunda división, donde coincide con Michael Umeh. Su temporada es ambiciosa y, por ahora, han empezado bien: líderes empatados con el Aurora Jesi y Lawson Jr haciendo grandes números.
Damos así, por iniciada, nuestro año de cobertura de la temporada de Creighton. Intentaremos cubrir sus partidos por bloques, repasando el rendimiento de los jugadores, del equipo en general, y, como siempre, y en la medida en la que seamos capaces, el eco nacional que su temporada produce en la competición. A ver si, un año más, llegamos a Marzo con ganas de volvernos locos.
Por cierto, cerramos con la elección del nombre que encabezará las entradas que tengan relación con Creighton y esta nueva temporada 2016-2017. Ya empezamos a hacerlo con Casey Harriman y terminamos el año pasado con Marlon Stewart. Esta temporada, como ya habréis podido observar arriba, sin más razón que compartir continente natal con él, hemos decidido dedicarle el dudoso honor de encabezar estas entradas temáticas al esloveno Martin Krampelj.  

Posdata: la imagen la he encontrado en el buscador de imágenes de google, pero parece provenir de la página web gocreighton.com. 

viernes, 14 de octubre de 2016

Maite Oroz



El Athletic Club de Bilbao comenzó su participación en la Champions League femenina hace un par de semanas y la terminó hace un par de días. Le tocó enfrentarse al Fortuna Hjorring, subcampeona en 2002 de la anterior competición que se organizaba con los equipos que habían ganado sus torneos domésticos, la UEFA Women's Cup.
El equipo danés ha ganado nueve veces el campeonato de liga de Dinamarca y 8 la Copa de su país, haciendo doblete en la última edición. Era un rival muy complicado, con muchas jugadoras internacionales, tanto por Dinamarca como por otros países.
Sin embargo, las jugadoras de Joseba Agirre llegaban al Hjorring Stadium con una ligera ventaja, después de imponerse por 2-1 en San Mamés, tras un gol de Maite Oroz en la segunda parte. En Dinamarca, comenzaron con fuerza e imponiéndose en el dominio del balón y la profundidad, llegando a disparar al palo, para ir, poco a poco, cediendo ante el empuje de las locales, que lograron adelantarse al comienzo de la segunda parte. Erika Vázquez empató el partido en un momento crítico, pero las danesas igualaron la eliminatoria a falta de poco más de cinco minutos para el final. En la prórroga, un gol a falta de tan solo dos minutos para el final de la segunda parte, acabó con las ilusiones del Athletic Club.
A los ojos de un neófito en el mundo del fútbol femenino, esta eliminatoria, deja, sin embargo, varios detalles a tener en cuenta. Uno es atestiguar que hay una diferencia visible aún entre esos países en los que el fútbol femenino ya llevaba un largo camino de desarrollo y otros en los que, aunque el crecimiento parezca progresivo y esperanzador, aún falta por recorrer ese camino. El Fortuna Hjorring se fundó en 1966. El Athletic Club femenino en 2002. En el estadio danés, con capacidad para algo más de siete mil espectadores y huecos durante el partido de vuelta, se veía una diferencia física bastante evidente entre las jugadores de ambos equipos. La diferencia técnica, durante todo el partido, pareció más pareja. Otro detalle a tener muy en cuenta es que, con 9.127 espectadores, el Athletic Club y su afición batió el récord de asistencia a un partido de Champions League femenino, una competición relativamente joven. Que menos de diez mil espectadores supongan un récord deja a las claras las distancias de visibilidad y reconocimiento público y el largo camino que aún queda en Europa, y más aún al sur de Europa, para con el fútbol femenino, pero, por otra parte, que un club tan joven como el Athletic Club, y con un arraigo tan fuerte con su equipo masculino, haya batido ese récord, deja a las claras que hay esperanza para que la afición por el fútbol femenino siga creciendo. Como le gustaba decir al expresidente José María Arrate, aquí hay un caldo de cultivo adecuado para que esto crezca. La gente quiere a la camiseta, indiferentemente del género que la defienda. Y, aunque haya diferencias cuantitativas, es de suponer que el récord se hubiera vuelto a batir en una ronda superior. O eso quiero creer. 
En 14 años de historia, el Athletic Club ha ganado 5 Ligas y siempre ha hecho entre los tres primeros, excepto un año que quedó 5º. En su debú en la, por entonces, Superliga femenina, la ganó y quedaron, durante aquellos primeros años, imágenes para el recuerdo, como el colorido en un estadio de San Mamés que vibró con un título que en el masculino se llevaba mucho tiempo esperando. Jugadoras como Nerea Onaindia, Eba Ferreira o Aitziber Juaristi quedaron en la memoria de aficionados que, hasta entonces, se habían acercado al fútbol femenino con mera curiosidad. Una docena de años más tarde, las jugadoras que entrena Joseba Agirre, parecen dispuestas a reclamar esa misma atención o más (el recibimiento en el Ayuntamiento, más allá de las polémicas con la gabarra, fue un merecido reconocimiento). Con minutos de buen fútbol en ambos partidos de esta eliminatoria, demostrando coraje, compromiso, calidad y esfuerzo, han dejado una impronta que es tan importante como la propia victoria que no han conseguido. Jugadoras como Erika Vázquez, Maite Oroz, Yulema Corres y muchas otras aportan clase y buen fútbol, pero todo el grupo ha demostrado llevar al máximo esos valores que en la afición bilbaína siempre se han reclamado para la institución y que se valoran incluso más que la calidad o la eficiencia técnica. 
Más allá de los estereotipos, los estándares, las consideraciones de género, las reivindicaciones y las comparaciones, las jugadoras de la pantilla del Athletic Club de Bilbao hicieron dos buenos partidos de fútbol, trajeron emoción y, como ya he dicho, honraron esos tan manidos valores que en el fútbol masculino, mercantilizado y profesionalizado hasta el máximo, parecen, en ocasiones, demasiado temporales, débiles o relativos.  

El titular se lo damos a Maite Oroz, por su gol en el primer partido. Y la foto, tomada en una búsqueda de google imágenes, y aparentemente con origen en la web digital del periódico El Correo, detiene un lance del primer partido en el que sale en primer plano la capitana Iraia Iturregi, quien bien podría haber encabezado esta entrada.

martes, 4 de octubre de 2016

Victor Oladipo



No es nuevo, de hecho, es la sexta. Hablo de esto: el Unicaja de Málaga ganó por 102 a 99 a los Memphis Grizzlies en 2007. Un año antes, en 2006, el FC Barcelona consiguió la primera victoria de un equipo español ante un equipo de la NBA, al vencer a los Philadelphia 76ers por 104 a 99. En años posteriores, los catalanes añadirían otras dos victorias más: 92-88 ante Los Ángeles Lakers en 2010 y 99-85 ante los Dallas Mavericks en 2012. La de ayer del Real Madrid fue la segunda en la cuenta del equipo madrileño. Antes, en 2007, ganaron por un apretado 104-103 a Toronto Raptors. 
Hasta 2006, todos los encuentros, amistosos, por supuesto, entre equipos norteamericanos de la NBA y equipos españoles de la ACB, se habían saldado con derrotas. 16 desde que el Real Madrid cayera por 96 a 111 ante los Boston Celtics en 1988. Para muchos aficionados al baloncesto, aquellos primeros duelos de finales de los 80 y de los 90 fueron un acontecimiento y se guardan en la memoria. Muchos de ellos se disputaban bajo el auspicio del Open-Mundial McDonald's, que, durante el mes de octubre, nos daba la oportunidad de soñar que las distancias se podían borrar y que esta vez, el sueño, ficticio como el original, cruzaba el charco. Quién no recuerda el apretado triunfo de los Denver Nuggets de Walter Davis ante la histórica Jugoplastika en Roma, allá por 1989 o, sobre todo, aquel emocionante duelo entre Los Ángeles Lakers de Magic Johnson y la Joventut de un inspirado Carles Ruf. El 116-114 en el Paris-Bercy aún lo recordamos muchos, entre otras cosas, porque se dieron cita en aquella cancha jugadores históricos de dos contextos baloncestísticos muy dispares, pero que brillaron en competencia aquel día. Magic Johnson (16 puntos y 17 asistencias aquel día, antes de anunciar que era portador del virus del sida), Byron Scott, James Worthy, AC Green, Terry Teagle, Elden Campbell, Sam Perkins, Vlade Divac... Y, en el otro lado, a las órdenes de Lolo Sainz, Mike Smith, el ya mencionado Carles Ruf, Harold Pressley, Corny Thompson, Rafael Jofresa, el bilbaíno Juanan Morales... Tres años más tarde, los de Badalona alcanzarían la cima del baloncesto europeo de la mano de Zeljko Obradovic y muchos de los que jugaron aquel amistoso contra Los Ángeles Lakers, también estuvieron en La Mano de Elías. 
Así que que ayer el Real Madrid le ganara un amistoso a los Oklahoma City Thunders no tiene nada de sorprendente ni de noticia ya. Pero, aún hoy en día, que un equipo europeo, aunque sea uno de los más fuertes y poderosos del continente, le gane a un equipo NBA, aunque sea un equipo en claro proceso de recomposición tras la marcha de Kevin Durant (y en plena pretemporada) sigue despertando en los aficionados europeos un mínimo de alegría difusa y relativa. El partido, además, fue emocionante y espectacular, con poca defensa y mucho ataque, tal y como demuestra el resultado final (143 a 137), aunque se disputara una prórroga. Tuvo, incluso, dosis de emoción y un final épico. El Real Madrid realizó una gran remontada en el último cuarto, a pesar de que, cuando la empezó, los Thunder supieron contrarrestarla con buenos tiros. Se llegó al final del partido con ventaja de cinco puntos para los norteamericanos y cuatro segundos, sí, cuatro segundos por jugar. Solo quedaba espacio para una jugada rocambolesca y se dio. Andrés Nocioni se había tirado un triple desesperado y los árbitros le habían concedido tres tiros libres por falta. El primero entró llorando, el segundo entró limpio, el tercero lo tiró a fallar. El rebote salió picado, alguien metió la mano, y el balón llegó hasta Sergio Llull que estaba esperando en la línea de tres puntos. Y la metió. Y no era el primer triple, ni el segundo, del partido con el que el catalán cerraba un tiempo parcial. Así se fue a la prórroga y ahí fueron Sergio Llull, Othello Hunter y Jaycee Carroll los que cimentaron una victoria madridista que se basó, en gran parte, en tomarse el duelo muy en serio y en demostrar que la diferencia de calidad entre ambos continentes ha ido mermando para bien del baloncesto internacional. 
El partido y las conclusiones a sacar podrían ser más reposadas y profundas. Russell Westbrook se pasó los momentos definitivos en el banquillo, celebrando la puntería de un Álex Abrines que reivindicó su fichaje por los Thunder (12 puntos con cuatro triples y un buen final de partido). Sin Westbrook, los que llevaron el peso del equipo en el último cuarto fueron Victor Oladipo (34 puntos y 5 asistencias, mejor en el tiro que en la dirección) y Enes Kanter (29 puntos, 10 rebotes, y una buena exhibición de movimientos y compromiso). Ersan Ilyasova tuvo una buena actuación (11 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias) y más flojo se vio, en su regreso a Madrid, a un Kyle Singler con un peinado muy atrevido. Domantas Sabonis salió de titular y aportó 7 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias. Por el Real Madrid, jugaron los catorce jugadores de la plantilla, aunque algunos como Álex Suárez y Felipe Reyes no llegaron a los diez minutos. Todos tuvieron, en parte, su momento de gloria. Algunos, como Luka Doncic, dejaron pequeños detalles en los minutos con los que contó y otros aportaron lo mejor al final, como el Chapu Nocioni. Si Westbrook se quedó en el banquillo cuando su equipo se jugaba el partido, lo mismo se podría decir de un Gustavo Ayón que solo disputó 13 minutos, aunque salió de titular. Fue un buen partido para los cuatro americanos del Real Madrid: Trey Thompkins se fue hasta los 16 puntos, Othello Hunter aportó 19 puntos y 5 rebotes, incluyendo un triple decisivo, Jaycee Carroll estuvo todo el partido enchufado (24 puntos) y a Anthony Randolph se le vio muy motivado, incluso demasiado en algunos momentos: 12 puntos y 6 rebotes. Sin embargo, el mejor fue un nacional, Sergio Llull, quien, con 22 puntos y 9 asistencias, incluyendo cinco triples de seis intentos, sustentó la victoria del equipo de Pablo Laso. 
Fue un partido divertido que el público disfrutó. No se pueden hacer lecturas tremendistas ni exageradas, pero se agradece ver que los extremos se acercan, las distancias se achican y las posibilidades crecen. Billy Donovan tiene trabajo por delante. La carrera de este joven entrenador de Nueva York ha sido meteórica. Desde que empezara como auxiliar de Rick Pitino en los Wildcats de Kentucky, aprovechó su oportunidad en Marshall University para llegar a los Gators de Florida y cosechar lo mismo buenas que malas críticas. Ahora, en su segundo año en Oklahoma City, y con rumores que le sitúan como sucesor de Mike Krzyzewski en la selección nacional, tiene la labor de levantar a un equipo que se presenta dispuesto a superar la marcha de Kevin Durant. Tiene juego en la línea exterior y Enes Kanter parece dispuesto a dar un paso adelante. Habrá que ver cómo responden. Por su parte, el Real Madrid de Pablo Laso da un poco de miedo. Con una plantilla larga y buenos fichajes en verano, parece que los madrileños superarán la marcha de Sergio Rodríguez y serán capaces de aspirar a todo un año más. 
Y yo, por mi parte, agradecido de haber visto el último cuarto tranquilo en casa, que hacía mucho tiempo que no veía baloncesto en la televisión desde el sofá. Un buen rato y una entrada rápida no es mal bagaje para estar a principios de semana. 

Posdata: titular para Victor Oladipo por regalárselo a uno que estuvo en el bando de los derrotados ayer y fotografía de cuando jugaba para Indiana, defendiendo a Tim Hardaway Jr con Michigan, simple y llanamente porque no tiene derechos de uso y no tengo que tomarla prestada sin pedir permiso.